𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕❜𝒔 2.0

𝓛𝓲𝓫𝓮𝓻𝓽𝓪𝓭.

- Zeldris X Sakura Haruno -

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Contrario a lo que todos pensaban, la guerra nunca fue de su agrado, amaba el dolor ajeno sí, pero no disfrutaba de matar por matar, no sin una muy buena y justificada razón, sin embargo tenia que proteger a su clan ya que su hermano mayor estaba cada vez más distraído con aquella chica misteriosa, claro que Meliodas jamás le había dicho que era una chica, él lo dedujo, pero volviendo al tema... alguien tenia que cuidar y vengar a su gente por lo que estar a cargo de los diez mandamientos era algo que tomaba muy en serio. 

Le gustaba pelear y ansiaba el poder, pero muchas veces ese dolor era infringido en gente inocente como los humanos quienes no contaban con nada relevante, eran ingenuos y débiles, no le veía el caso a pelear contra simples insectos como los describía su padre. Muchas veces estuvo detrás de grandes masacres y mató a cientos o miles de ellos, muchos de ellos eran asquerosos y traicioneros pero el curso de sus acciones los inocentes eran quienes lidiaban con las consecuencias. 

— Almas desafortunadas en un mundo demasiado cruel para su propio bien — pensó.

El hecho de que fuera el hijo del rey demonio no tenia nada que ver con su ¿Moral? no sabia  siquiera si tenia moral, había matado a tantos seres, demonios, magos, gigantes, diosas. ¡Por dios!... hasta había asesinado a parientes cercanos de la que alguna vez pudo ser su compañera, había matado vampiros, y luego estaban las hadas, ellas tampoco se salvaron de su ira.

Estas ultimas eran más difíciles de matar aunque muchos no lo creerían, principalmente porque las hadas tenían esa apariencia dulce, inocente y pura, más pura que las diosas, las hadas podrían tener una fachada de un recién nacido pero en realidad tenían años o siglos de existir, abusaban de su apariencia para conseguir un poco de misericordia y cuando bajaban la guardia, atacaban, algunas podían leer la mente y eso lo complicaba aún más. Ciertamente no eran muy hábiles en combate pero muy poca cantidad de ellos fueron reconocidos como grandes guerreros, los Senju por ejemplo.

El clan de las hadas Senju era uno de los clanes más antiguos. Ashura Senju había sido el creador y fundador de un enorme reino hada que sobresalió por sus riquezas, flora, fauna, conocimientos de curación y un alma feroz en combate, fueron temidos y sumamente respetados, más todo tiene un final.

Sucedió justo en el reinado de Hashirama Senju... ¿Quién diría que serian traicionados por su propia gente?... las hadas no se salvaban de la envidia y la corrupción, todos anhelaban los terrenos, habilidades y el conocimiento Senju así que acabaron con la mayoría de ellos incluso haciendo una alianza con la raza de los gigantes. El derrocamiento del honorable clan Senju fue un hecho histórico.

Hubieron tantas muertes y los que sobrevivieron fueros sometidos para después suicidarse o ser asesinados pues preferían morir antes de traicionar a su clan.

『 Los Senju son una raza hada superior. 』

『 Ningún Senju debe reflejar debilidad, nunca. 』

『 Inclinarse no es digno de una raza guerrera. 』

『 Un Senju nunca baja la mirada hacia nadie, ni a la mismísimo Rey Demonio. 』

Esas palabras eran sus primeras palabras escuchadas, después abrirían los ojos y con forme crecieran iban adquiriendo ese porte de realeza.

Hubo rumores de que algunos huyeron pero en todos estos siglos jamás se llego a saber de un sobreviviente. 

El hermoso y basto bosque pereció al derramar la sangre de sus creadores con los años, nadie tenia el poder para hacer crecer la vegetación, la habilidad del Mukuton de Hashirama no era un simple juego. Habiendo visto esas tierras perdidas decidieron aprovechar los pergaminos y armas que quedaron... otro error, nadie nunca pudo descifrar los pergaminos de Tobirama Senju, las armas que encontraron eran forjadas por y para cada guerrero así que nadie podía empuñarlas, muchos murieron envenenados con sólo tocarlas, algunos decían que la espada de Itama Senju ardía como la lava y la corona de la legendaria Mito Senju podría derretirte la piel... los Senju siempre fueron precavidos y una vez más demostraron que siempre irían un paso adelante al  asegurarse de que nadie explotara sus vienes hasta que un fiel heredero regresara y vengara a sus ancestros.