42. Un ¿Consejo?

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A última hora de la mañana siguiente, Riley estaba sentada en la sala de estar de los aposentos de Liam mientras él estaba en su estudio poniéndose al día con algo de trabajo. Estaba leyendo un libro a Alexander cuando llamaron a la puerta y les gritó que entraran. Sebastián y Celeste aparecieron en la sala de estar un momento después.

|| Buenos días || Les dijo ella sonriendo.

|| Buenos días || Sonrió Celeste.

|| Te trajimos algo || Dijo Sebastián que tenía una sonrisa sutil. Entró en el pasillo y lo hizo rodar a través de la puerta y Riley soltó una carcajada.

|| ¿De dónde sacaste eso? || Ella se rio.

|| Uno de los guardias se lesionó la pierna no hace mucho y la usó. Le pedí que me lo prestara ||

Celeste se acercó tomando a Alexander de Riley y Sebastián la ayudó a levantarse del sofá, rodando el patinete de rodillas hacia ella.

|| Bueno, esto será mucho más conveniente que esperar a que Liam me lleve a todas partes || Se rio || Gracias, Bas ||

|| De nada. Si deseas darte una... vuelta, estaremos encantados de quedarnos con Alexander ||

Riley sonrió.

|| Ok... Veamos si puedo recordar mi camino al estudio de Liam ||

**

Liam estaba sentado en su estudio con Leo, con la cabeza caída en su mano mientras la sacudía con irritación. Estaba hablando por teléfono con el embajador de Francia, que le estaba haciendo pasar un mal rato por un acuerdo de incentivos fiscales que tenían, o al menos Liam creía que tenían. Pero ahora estaba tratando de cambiar los términos de su acuerdo inicial. Leo se sentó en la silla viendo cómo aumentaba la irritación de su hermano mientras silenciaba la llamada mientras el hombre continuaba divagando.

|| ¡Aftós eínai énas pónos dikaíoma ston kólo mou! || Liam gruñó.

|| En efecto, es un dolor en el trasero de todos, no solo tuyo || Le respondió Leo || Mi mou peíte kamía symfonía... No hay trato a menos que sean los términos iniciales que acordaste originalmente ||

|| Eínai étoimos na párei to mégethos mou dekatreís ston kólo tou! || (Está a punto de recibir mi talla trece en el trasero) Liam escupió y Leo no pudo contener la risa. Eran muy pocos y esporádicos los momentos cuando Liam, que normalmente era tranquilo y estoico, se alteraba tanto que hablaba tanto en griego.

|| Cálmate || Se rio Leo.

En ese momento llamaron a la puerta y Leo se puso de pie para abrir. Abrió la puerta y comenzó a reírse de la expresión en el rostro de Riley mientras cruzaba el umbral en el scooter de rodilla. Liam levantó la vista y comenzó a reír cuando ella lo miró sonriendo e instantáneamente sintió que lo recorría una calidez y la ira de su conversación desapareció cuando sus ojos se posaron en ella. Desactivó la llamada.

|| Je m'excuse. Je vais devoir écourter ce disours. Je serai en contact bientôt || (Me disculpo. Voy a tener que acortar esta reunión. Estaré en contacto pronto) Colgó después de despedirse y se levantó de su silla || ¿De dónde sacaste eso? || Liam se rio entre dientes mientras rodeaba su escritorio y se acercaba a ella, inclinándose para besarla en la mejilla.

|| Bas lo trajo para mí. Lo tomó prestado de otro guardia. Así que le estaba dando una probadita || Sonrió.

Se dio la vuelta y rodó de regreso al pasillo con Liam y Leo siguiéndola. La vieron empujarse por el pasillo y ambos se miraron con una sonrisa mientras salían tras ella. Riley de repente sintió un peso en la parte trasera del scooter y giró la cabeza hacia atrás para ver a Liam parado en la pequeña plataforma en las ruedas traseras, sus manos yendo a sus hombros, y se rio entre dientes mientras levantaba la pierna y Liam empujaba con la suya. enviarlos volando por el pasillo.

Mi gran SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora