VII

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El comienzo de mi amor.

16/12/ ****

Una pequeña Alfa de 11 años corría por el bosque asustada, había sacado una mala nota en un examen, pero no es porque no supiera la respuesta sino que los nervios la traicionaron, decidió fugarse antes que enfrentar a su abuelo.

Corrió tanto que había perdido noción de dónde se encontraba, lo único que veía a su alrededor eran florecillas blancas, decidió sentarse allí, miro el paisaje y era hermoso, pero que tanto se alejo de casa para haber acabado ahí.

Se limpio las lágrimas que salían de sus ojos.

¡Perdón abuelo, por no ser perfecta!

Cerro sus ojos, intentando desaparecer, pero una cosa que golpeó su pierna la hizo levantarse y mirar a su alrededor encontrándose con una pequeña Omega de ojos verdes.

— ¿Por qué lloras?

—  no te puedo decir, déjame sola.

— mi mamá dice que nadie debe estar solo, siempre existe alguien destinado a ser tu alma gemela.

— Eso son solo mentiras que dicen los padres.

— Es mejor creer eso a no creer en nada, soy Yuzu y tú eres.

— no te importa.

— Eres muy grosera, no me acuerdo de verte visto en la escuela vives aquí, dónde están tus papás.

— no te diré nada.

— Quieres jugar conmigo, mis amigos dicen que yo no soy buena y casi nunca me elijen en sus equipos.

— por qué perdería el tiempo jugando contigo.

—  pues porque yo soy genial, si juegas conmigo ya no vas ha llorar, serás feliz.

Para Mei esas palabras traspasaron sus recuerdos, nadie le había dicho que la harían feliz, solo podía preguntarse quien era esa niña que no dejaba de hablar, al final decidió jugar con ella.

Un balón que Yuzu lanzaba y que Mei tenía que atraparlo, algo simple para los demás pero para ambas niñas se volvió especial, ese momento se volvió el mejor día de Mei, esa pequeña niña de ojos verdes  se había ganado un lugar en su corazón, nadie se había preocupado por verla llorar más que yuzu.

— yuzu, voy a volver a casa.

— ah ok, puedo acompañarte.

— no, pero prometo volver por ti algún día y llevarte conmigo.

— entonces no podré ir a jugar contigo, bueno algún día volveremos a jugar.

— yuzu serás mi alma gemela.

—  me vas dar comida si acepto.

— sí, mucha comida, te compraré todo lo que me pidas.

— entonces está bien seré tu alma gemela.

— bien! Cuando sea mayor vendré por ti, y seremos felices.

Después de ese día te acompañe a tu casa, y decidí volver a la mía, debía enfrentar a mi abuelo, y heredar la Empresa Aihara, si lo hacía podía darte todo lo que quisieras serías feliz.

Pero antes que pudiera memorizarme el camino para visitarte mi abuelo estaba en una camioneta, yo entendí y subí, el regaño comenzó palabras que no recuerdo pues mis pensamientos estaban centrados en yuzu.

Al transcurrir los años no deje de buscarte, pero no te hallaba es como si el lugar hubiera desaparecido. Cuando mi abuelo murió, decidí anular mi compromiso con una Omega adinerada.

Un día decidí participar en una reunión roja, lo cual era subasta de omegas, no estaba interesada en lo más mínimo pero cada vez que pensaba que te pudo pasar eso a ti, me preocupaba, aunque fue mi primera vez allí, sabía lo que hacían y que siempre dejaban lo mejor para el final.

Cuando te mire, dude si eras tú, pero mis recuerdos no me mentían tú eras aquella niña cotorra que me había mantenido con ganas de vivir todos estos años. El dinero que di por ti no era nada comparado con la felicidad que sentí al encontrarte.

Lo que más me molesta es que lo que para mí es el recuerdo más preciado, para ti no significó nada, ni siquiera te acuerdas de mí.

— Mei, estás bien?

Se sienta al lado de la Alfa

— sí  estoy bien, solo me quedé pensando en algo que pasó hace mucho.

—  Ah OK, por cierto quería preguntarte si volveremos a salir alguna otra fiesta.

— No sé, estoy con dolor de cabeza, conozco una manera para curarlo inmediato pero no me vas ayudar.

— Yo feliz de ayudarte, sirve y también  me siento mejor yo, de qué  trata.

— pues vamos a tener sexo.

—  yo... quiero ayudar... esta bien supongo.

《Cómo podría dejarte libre yuzu, si tú eres mía, serás la madre de mis hijos, como pretendes amarme si quieres escapar de mi lado 》

Agarre la mandíbula de yuzu para acercar nuestros labios.

— Gracias por ayudarme yuzu, no te vas arrepentir.

En Medio De Nuestro Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora