No Strings (Chucky X Andy)

Despiadado

Treinta y dos días habían pasado de su ingreso a la organización "No Strings". Más Alfas han ido desapareciendo misteriosamente y la policía buscaba desesperada la localización de estas atrocidades, pues era bastante turbio cuando al Comisario le llegaban paquetes cada semana de miembros amputados como dedos, manos, ojos,... Todo el departamento tuvo que vomitar casi a la vez al ver este pequeño "regalo" que les estaban dando últimamente. Lógicamente rastrearon las huellas de dichos miembros, y al hacerlo, descubrieron que pertenecían en su mayoría a Alfas criminales, que abusaban sobretodo de Omegas. El Comisario, un Beta, nunca estuvo de acuerdo con la trata de la casta más débil, sin embargo aquello iba demasiado lejos.

Muchos de sus compañeros Alfa tenían opiniones muy atroces, que podían costarle la vida incluso, por ejemplo comentarios como: "Que acepten su destino de una maldita vez y que dejen de hacer estupideces." o "Son Omegas, no tienen ningún derecho". Y siempre acompañado de risas.

El Comisario suspiró y les advirtió que debían hacer bien su trabajo, que era localizar en donde se hallaban la raza más dominante.

. . . .

Se había metido en un buen lío, y no era para menos, el pelirrojo se había confiado más de la cuenta al no pagar no lo debido a ese grupo maleante de mafiosos. Estaba en desventaja, era un asesino nato, pero no podía con cinco hombres armados y sacándole tres cabezas, tan solo le quedaba en pensar de una manera de salir de esa, y rapido, porque lo empezaban a acorralar contra la orilla de un lago; se encontraban bajo un puente en donde vivían algunos vagabundos y que tuvieron que huir al ver la presencia amenazante de esos hombres.

-¡Vamos amigos! Ya les dije que les devolvería su dinero, que impacientes son.- Suspiró el Alfa de cansancio.

-Llevamos dos meses esperando idiota, ya has jugado con nosotros demasiado. Y ahora, el dinero o te vuelo los sesos. -Dijo uno de ellos apuntando con su pistola.

-Solo un día más, os prometo que mañana lo tendréis.–Explicó.

-¿Y porqué no ahora?–Amenazó otro de ellos.

-Porque debo ir a follarme a una de vuestras mujeres.- Dijo en reverencia como si fuera lo más romántico del mundo.

-Serás hijo de... -Dos de ellos se abalanzó a golpear, sin mucho éxito.

Esquivó con mucha agilidad los intentos de puños y patadas de los cinco hombres, por algo era famoso también por ser una rata escurridiza. Dañaba con su cuchillo algunos de ellos y sonrió triunfante hasta que uno de ellos consiguió darle en su mejilla derecha con una navaja, Charles le miró perplejo, y se echó a reír, llevándose unas miradas de total confusión. De verdad aquel tipo estaba completamente loco.

-Decidle a ese saco de carne que tenéis como jefe que mañana sin falta le entrego el dinero. Y espero que no me volváis a molestar.- Escupió con sarna.

Jugaba con la punta del cuchillo con la yema de los dedos, en un segundo apuntó y lanzó el arma a una de las piernas de un mafioso, logrando que desviaran la atención un segundo y cuando volvieron a ver, Charles ya no estaba. Maldijeron a ese infeliz en alto lo suficiente para que lo escuchara. Lo estuvieron buscando durante bastante tiempo, no querían que su jefe los volviera a regañar de nuevo por dejar escapar a ese chico, eran muchos mafiosos contra uno; cualquier jefe se enfadaria al no conseguir lo que quiere.

Por fin se había deshecho de esos pobres infelices, aunque lo cierto es que tendrá que ir a robar a algún lado para conseguir el dichoso dinero, porque estaba claro que no lo tenía, suerte que le quedaba otro cuchillo. Se dirigió a una de las pocas calles poco transitadas y localizó tres posibles tiendas en donde ir y sacar el dinero. No iba a hacerlo en un banco, llamaría demasiado la atención y no le interesaba.
Mientras se dirigía a uno de los objetivos, su Alfa interior le recriminó por el comentario anterior hacia los mafiosos, siempre lo hacía cuando hablaba de tirarse al club entero o cuando directamente pasaba a la acción; a su Alfa no le gustaba. Había aprendido a ignorarlo por completo, estaba claro lo que pedía. A su Omega.