VI

397 36 0
                                    

Félix

—Vamos Félix, llegaremos tarde.

Dios, Adrien a veces eres un pesado.

Baje como de costumbre y me encaminé hacia el auto.

Sin decir nada me subí, y me puse a ver todo el trayecto para ir a la escuela. París es lindo y aunque viví toda mi vida en Londres me gustó París; y no solo por su paisaje sino por una persona.

Sacudí la cabeza, Marinette es solo una compañera de clases que durará unos meses.

—Bueno chicos, busquen sus asientos.—Dijo señorita Bustier.

Cómo en la clase anterior, me tocó con mi compañera Marinette.

Me senté en silencio, no tenía porque entablar una conversación con Marinette.

Voltee mi cara para verla pero ya me estaba viendo.

—Ho...hola.—Dijo.

—¿Que tal?.—Dije siguiéndole la corriente.

—Todo bien ¿y tú?.

—Bien.

Me quedé un segundo mirándola hasta que la voz de la señorita Bustier interrumpió.

—Félix y Marinette, ¿pueden decirme de que hablé?.

Oh Dios, no escuché nada.

—Bueno, hablé del proyecto que harán en parejas. Y como se llevan tan bien ahora pueden hacerlo juntos.

Gracias universo.

Gracias nada. No sé si es bueno o malo; creo que sería 50 y 50.

—Okay.—Dijo Marinette.

¿Estaba de acuerdo con eso?.

—Tienen 2 semanas para hacer el proyecto. Hoy se irán más temprano de lo normal para que vayan investigando.

Salí del salón para ir al baño.

Marinette

Bueno, yo me busqué esto.

Félix no me dijo nada, solo cogió su mochila y salió.

—Bueno, ¿y como te sientes?.—Dijo Alya acercándose

—¿Como me siento de?.—Dije extrañada, no sé a qué se refiere.

—De lo que tienes tu con Félix.

—Que...¿que te hace pensar eso?—Dije mirándola fijamente.

—Bueno, estaban tan concentrados hablando que no escuchaban nada. Es como en las películas, mientras hablan solo están ustedes dos.—Dijo dramáticamente.

—Ay por favor, no es nada de eso. Solo no escuché a la señorita Bustier.

—Lo que tu digas.—Dijo Alya echándose a reír.

Busqué a Félix con la mirada pero no lo encontré, como íbamos hacer el proyecto si no tenía su número para confirmar dónde nos reunimos.

Tenía ganas de preguntarle a Adrien pero saben que no me salen palabras cuando estoy cerca de él.

Bajando las escaleras pude verlo.

Me acerque rápidamente antes de que lo perdiera de vista.

—Félix.—Lo llame acercándome.

—¿Si?—Dijo irritado por mi presencia.

Si, ese es el Félix que recuerdo. No tiene ganas de hablar con nadie.

—Bueno, solo quería decirte algo sobre el proyecto, pero veo que te fastidia mi presencia.—Dije dándome la vuelta para irme.

Sentí que me agarraron de la muñeca y sin girarme supe que era él.

Adrien.

—Disculpa a Félix Marinette, no es su mejor día.—Dijo Adrien.

—No...no pasa nada.—Dije un poquitito nerviosa.

—Félix escucha lo que te dirá Marinette, no le pongas mala cara.—Dijo dirigiéndose al auto.

—¿Que quieres decirme?.—Dijo

Esta vez no sonó tan irritado, pero aún así no lo perdono.

—Quería hablarte sobre el proyecto, no tengo donde conectarte para reunirnos hacerlo.

Sin más, saque un bolígrafo y tome su mano para escribir mi número

—Que...¿qué haces?.—Dijo.

Lo escuché un poco nervioso.

—Solo escribo mi número telefónico para que puedas llamarme o escribirme.—Dije escribiéndolo.

Guardé mi bolígrafo y me fui alejando.

—Llámame para guardar tu número, o un mensaje.

¿Es posible querer tanto a alguien?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora