Ágape.

320 48 4
                                    

POV Lisa. 

Desde en que dejé salir las palabras de mi boca el arrepentimiento se había comenzado a apoderar de mi, y es que, siendo honesta, yo seguía sin saber que era lo que quería o sentía, pero lo que si sabía es que definitivamente quería dejar de hacerles daño. Ni Rosé ni Jennie merecían estar en este triangulo raro y sin sentido. 

Sabía que mi decisión las había tomado por sorpresa, y en sus caras estaba más que reflejado, pero en Jennie... bueno, en ella sus ojos no me mostraban solo sorpresa, sino que también mostraban dolor, y eso me había pegado directo al corazón. Es decir, había hecho esto para no lastimarla más y, sabía que la estaba lastimando, pero era mejor ahora que seguirla lastimando por mucho más tiempo, ¿no?. 

Sabía que había hecho lo correcto, pero una vez Jennie se puso de pie para marcharse, el sentimiento de culpa había comenzado a apoderarse de mi. Después de lo que habíamos pasado por la mañana, después de lo que ella había hecho por mi, yo solo me había encargado de destrozar toda mínima esperanza de volver a estar juntas, esperanza que había alimentado por la mañana. 

"La estúpida Lalisa lo ha hecho de nuevo", pensaba una y otra vez mientras la veía caminar hacia la salida. Pero ya no podía hacer nada, no podía ir detrás de ella porque sabría que entonces sería un acto sumamente egoísta de mi parte. El quererla tener a mi lado, besarle, abrazarle, amarle, pero también seguir amando a quien era el amor de mi vida era un acto sumamente egoísta, y es que, que difícil puede ser amar a alguien que ya a encontrado al amor de su vida, ¿no?. Era un sentimiento que yo no podía imaginar, pero que sabía que no se debía de sentir nada bien, y era por ello que la había dejado ir, porque sabía que ella podría encontrar al amor de la suya, y que el mío, aunque ya no estuviera aquí, seguiría siendo el amor de mi vida. Rosé tenía ese papel que nunca nadie podría remplazar por mucho que la amara, y sabía que eso le estaba afectando, aunque mi amor por ella fuera indescriptible. 

El resto de la cena Rosé y yo la pasamos en silencio, sin quitar la mirada de los platos, para luego pagar la cuenta y tener un incomodo y silencioso viaje a casa. 

- ¿No me dirás nada? - Dijo Rosé una vez se abrieron las puertas del elevador que llegaba a la sala. 

- Voy a poner una película por si quieres verla conmigo - Dije evadiendo el tema del que claramente quería hablar. 

- Me pondré la pijama y vuelvo - Respondió y yo solo asentí para luego dejarme caer en el sofá y disponerme a buscar una película. 

Ni siquiera era consiente de lo que estaba buscando, veía la pantalla fijamente viendo el montón de portadas sin prestar atención para ver de que trataba la película, por lo que solo presioné el botón para que comenzara a reproducirse alguna película de perritos... o algo así había visto. 

- ¿Qué película pusiste?- Preguntó Rosie mientras se acomodaba en el otro sofá. 

- Ni idea. Una de perritos, creo - Respondí sin quitar la mirada de la pantalla. 

- ¿Tu objetivo de hoy es hacerme llorar?- Preguntó divertida. Y aunque yo sabía que no se refería a la platica de la cena de hoy, me era imposible no sentirme culpable por ello. 

- Lo siento - Respondí seria sin mirarla. 

- No, Lisa... a ver - Dijo para ponerse de pie y quitarme el mando del televisor de las manos. - No iba a sacar el tema porque se nota que no quieres, pero me es imposible no preguntarte. Y necesito que seas muy honesta conmigo - Dijo frente a mi. 

- Okay, pero vuelve a tu lugar, me pones nerviosa - Dije para hacerla reír. 

- jajaja. Bien - Dijo para darse media vuelta y caminar hasta el sofá que se encontraba frente al mío - Listo. Ahora, ¿podrías decirme qué fue lo que pasó? - Preguntó seria. 

¿Cómo te olvido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora