Efecto Colateral /DRAMIONE/ {TERMINADO}

{12} Visita inesperada

{12}

Visita inesperada

Dejó caer las manos sobre la mesa con un fuerte golpe, que fue suficiente para sacar a Hermione de todas sus ideas internas. La bruja, contra todo pronóstico, extendió la mano por sobre la mesa y sostuvo la mano del rubio, para sorpresa de los dos. Pero no se dejó intimidar por la mirada intrigada que él le dio, sino que apretó su agarre y le dio una sonrisa alentadora.

.

.

.

Draco terminó de lavar los platos y se quitó el delantal que usaba para no mojar su ropa. Se volteó para dar una mirada general a su casa, que le fue suficiente para notar el desorden que había. Ropas y juguetes tirados por todas partes, desde arriba de la mesada que usaban para comer hasta el sofá. Las mantas que había usado para cubrir a Scorpius y para cubrirse a sí mismo aún estaban allí, esparcidas sobre el sofá y sobre el suelo. Eso sin contar los innúmeros juguetes que había en el suelo.

Resoplando, recogió el sesto donde ponía los juguetes de Scorpius y comenzó a juntarlos, luego de apagar el televisor que estaba transmitiendo una receta que nunca sería capaz de hacer. Desde que había abandonado la magia y se había mudado con Astoria a un lugar olvidado por Merlín, había aprendido muchas cosas sobre valerse por sí mismo, principalmente sobre ordenar y limpiar su casa, pero siempre había sido Astoria quien se dedicaba a la cocina. Con paciencia y determinación había sabido sacar adelante las recetas que los muggles mostraban como fáciles. Pero desde que ella no estaba, había tenido que aprender a hacer algunas cosas, mismo que básicas. Se podría decir que la alimentación que tenían con su hijo no era muy variada, pero hacía el intento.

Había terminado de recoger los peluches y los juguetes y estaba por comenzar a arreglar las ropas largadas a doquier, cuando la voz del niño invadió el lugar.

— Papaá... — fue un susurro lastimoso que salió de los labios del pequeño, que se agarraba a la manta y mantenía un dedo dentro de su boca a modo de chupete — mal siento — sollozó el pequeño.

Draco suspiro en su lugar, pero soltó las ropas sobre el sofá y se acercó a su hijo con mirada preocupada.

— Ya lo sé, amor. Estas con gripe, mientras no te cures, te vas a sentir un poco mal — respondió, pasando la mano por el rostro de su hijo y aprovechando para sentir su temperatura — estás con fiebre de nuevo... — Draco repaso mentalmente lo que la pediatra le había dicho que era bueno para la fiebre... sabía que había algo que podía hacer desde casa, sin necesidad de más pociones especiales o remedios feos.

— Tengo frío — se quejó el pequeño, acercándose más a su padre, mientras su pequeño cuerpo tiritaba.

— Baño... — dijo Draco de golpe, recomendando la recomendación de la médica de Polonia — un baño debería de funcionar.

Draco no estaba seguro, pero mismo así recogió al pequeño en brazos y caminó hasta el baño, donde comenzó a quitarle la ropa que llevaba.

— No quiero, papá. — se quejó Scorpius, pero sin llegar a abrir los ojos realmente.

— Será rápido... — las manos de Draco temblaban mientras continuaba removiendo las ropas de su hijo. No es como que llevará muchas, desde que había arrancado a sentirse mal, hace tres días, la fiebre había oscilado, pero se trataba de una gripe ocasionada por el cambio del clima entre Polonia y Londres. En donde había crecido el pequeño había tenido muchas de esas enfermedades pasajeras y nunca le duraban más de una semana. Con tes calientes y mantas había solucionado allá, pero acá se estaba mostrando un desafío aún más grande. Scorpius estaba molesto, no colaboraba para mejorar, y Draco estaba cansado. Llevaba días trabajando en sus proyectos sin parar y sin salir de casa. Ambos estaban pasando por un cambio y ambos estaban adaptándose a su modo. Draco era consciente de eso, por lo que trataba de ser lo más paciente posible.