{39} ¿Quién no está muerto?

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¿Quién no está muerto?

...12 horas antes...

Pansy miró por la ventana mientras su café se enfriaba en su mano. Ella juguetea distraídamente con el reloj muggle, girándolo sobre su muñeca de un lado a otro. Era casi la hora, no podía dejar de mirar a la calle, esperar el momento específico. A su lado, su inefable compañía carraspeo. Ella sabía que él quería llamar su atención, pero lo ignoró firmemente. Pero él lo hizo de nuevo, y de nuevo, hasta que fue casi imposible hacer oídos sordos a sus molestos sonidos.

—¿Qué? — chilló, indignada con su presencia.

— ¿Hasta cuándo tendremos que esperar? — George preguntó, alzando una ceja colorada y mirándola analiticamente. Pansy suspiró. Sabía que recurrir a él no era una buena dieta.

— Hasta que aparezca — respondió de todos modos, aprovechando para tomar un sorbo de su bebida.

— ¿Y eso va a ser...? — George preguntó, insistiendo.

Pansy miró su reloj de pulsera, un hábito muggle que había aprendido a usar y que consideraba muy útil.

— Es casi la hora que lo vi — ella respondió, su mirada perdida al frente, en el mismo lugar a donde había visto a Blaise Zabini antes.

George suspiró a su lado y ella se volteó para miralro, molesta por su gesto que sabía lo que significaba: él no le creía. Daphne había dicho que no había cuerpo, ella lo había confirmado, pero así mismo sus amigos, y George, encontraron la forma de justificar que ella no había visto a quién creía haber visto. Eran patéticos.

— Estoy segura que lo vi — comenzó ella, sintiendo la necesidad de explicar más una vez, defendiendose — del mismo modo que te estoy viendo a vos, y si no hubiera sido tan estúpida de salir corriendo como si hubiera visto un fantasma, definitivamente ahora la conversación sería diferente.

— No eres estúpida — él retruco, su tono un poco bajo para el lugar corriendo a donde estaban. Pero Pansy lo escuchó de todos modos y lo miró, analizando al mago que tenía ante ella y que una vez había besado.

— Ahora no me consideras estúpida — ella respondió, su tono amargo, recordando lo que había pasado antes y que ella aún no había superado. Nunca habían regresado sobre ese asunto, siquiera cuando ella se presentó en su tienda esa mañana para pedirle ayuda.

— Nunca dije que lo fueras — George se defendió, dejando su café para mirarla.

— Ah, claro — ella retrucó, la furia creciendo en su pecho.

— Fuiste tú la que me fue a buscar — George le recrimino, mirándola entre enojado e indignado.

—Precisaba la ayuda de alguien que supiera este asunto — ella hizo un ademán hacia la parte exterior de la cafetería donde estaban sentados — y no podía pedirle a Draco o a Hermione, ya tienen suficiente. ¡Oh, sorpresa! Sobraste vos, ¡pero fue una terrible idea! — ella se puso en pie, su latte olvidado. Estaba dispuesta a irse, a finalizar el plan y encargarse del asunto después, pero George también se puso en pie y la sostuvo por el brazo, deteniendo su avance y haciendo con que ella retorciera para mirarlo.

— La vez que nos besamos huiste, y ahora pretendes hacer lo mismo. — George gruñó, claramente enojado. Su temperamento juguetón olvidado. — ¿Siempre huyes o es solo conmigo? — él cuestionó, una pequeña sonrisa tirando de la comisuras de sus labios, lo que solo logró molestar aún más a Pansy.

— Claro, porque quedarme en el lugar donde no soy bienvenida es ideal. Dijiste que había sido un error besarme y que no lo irías a repetir. ¿Para qué querías que me quedara? ¿Para decírmelo directamente? — ella cuestionó, las palabras saliendo de su boca ante mismo de que las pudiera pensar. Pero si era sincera, la rabia y la amargura de ese día nunca se habían ido, incluso después de tantos años.

Efecto Colateral /DRAMIONE/ {TERMINADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora