1 de Mayo
El timbre no tardó mucho en sonar avisando que las horas de clases de ese día habían terminado.
—Y recuerden traer las fotocopias para mañana, sin falta—. Anunció la profesora justo cuando estaba saliendo del aula.
Bien, al menos no tendría que hacer deberes esta tarde y podría pasar el resto del día con Bonnie, ya que había adelantado algunos de mis trabajos.
—¡Sophie!
Volteo cuando escucho la voz de mi mejor amiga. Viene corriendo hacia mí y siento que con esos zapatos puede caerse.
—¿Hacemos algo esta tarde?— pregunta en jadeos cuando llega hasta mí.
Sonreí, divertida.
—Lo siento. Hoy salgo a pasear con Bonnie y luego debo cuidar de Chloe.
—¿Y no puedes llevar a tu perrita otro día al parque?— pregunta haciendo un puchero y no puedo evitar reírme.
—Sabes que no.— comienzo a caminar hacia la salida del colegio, con Ryley siguiéndome mientras sigue suplicando. Me detengo cuando salimos al exterior.— Ya para, Ry. Quedamos para otro día, ¿Si?
Suelta un suspiro y asiente con su cabeza.
—Está bien. — se acerca y besa mi mejilla— Nos vemos mañana.
—Adiós, Ryley.
Volteo para comenzar a caminar y dirigirme a casa.
Bonnie debería de estar esperándome después de una larga mañana.
•°•°•
Tal como había dicho antes, Bonnie esperaba por mi apenas abrí la puerta de casa.
No pude evitar soltar una risita cuando vino corriendo y empezó a corretear a mi alrededor.
—Hola Bonnie, ¿Me extrañaste?
En respuesta, ladró y me agaché para acariciarla.
Adoptamos a Bonnie hace un mes cuando paseábamos por la calles de la ciudad vecina y estaba dentro de una caja en un callejón. Según mi papá era un Golden retriever y que estaba recién nacida.
Convencí a mis padres para que lo pudiéramos traer a casa y jure que la cuidaría. Se notaba bastante que tenía hambre y frío. Estaba sucia y cuando llegamos, no tardé en darle un baño y alimentarla.
Desde entonces, ha sido la diversión y el caos en casa.
Mis padres la adoran, pero a veces siento que por las cosas que hace, prefieren no tenerla en casa, pero como dije, la adoran demasiado y no se atreverían a hacerme algo como eso por más que les disgustara.
—¿Quieres que hoy salgamos a pasear?—Le pregunté, emocionada y ella como siempre, me ladró en respuesta.
Sentí como unos pasos se acercaban lentamente hasta detenerse al frente mio. No hacía falta que levantara la cabeza para saber quién era.
—¿Puedo acompañarlas?— dijo en un susurro.
—¡Dile que no, Sophie!
Al instante apareció mamá con un trapo en sus manos.
—Pero...¡Estoy aburrida!
—Bueno, si estás tan aburrida como dices, ¿Por qué no vas a levantar todos los juguetes que tiraste?
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Regalo bajo la lluvia
RomanceQuien diría, que una tarde, Sophie iba a salir a pasear con su perrita Bonnie y que en un abrir y cerrar los ojos, ella se termina perdiendo. Quien diría, que una tarde, Nicholas iba a salir a entrenar con su bicicleta y que en un abrir y cerrar los...