Apocalypse | Regulus Black ✔️

7.

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Mamá estaba orgullosa de que me nombraran premio anual.

El señor tenebroso amenazó con matar a Kreacher este verano.

Estoy tan contento de poder irme un año entero.

Oliva no fue nombrada premio anual. Todos sabíamos a quién elegirían.

Y yo tenía razón, sentada en ese compartimento, la vi entrar con la insignia de premio anual.

Admiraba cada centímetro de ella. Se cortó el pelo de nuevo. Era más corto y ahora tenía un flequillo.

Ella sigue siendo la mejor  jodida obra de arte.

—"No puedo creer que hayan elegido a una sangre sucia como premio anual", —se burló Olivia rodeando mi brazo con el suyo.

Hestia le sonrió. Esa sonrisa por la que moriría. Esa sonrisa amable.

Ella se mudo a la habitación frente a la mía.

Como un cachorro pateado llamé a su puerta.

Abrió la puerta, estaba en camisón lista para dormir.

—"Me alegro de verte, Davies. ¿Por qué coño la llamo así?

—"Igualmente"— Ella miró hacia otro lado y cerró la puerta.

Esperaba que me dejara entrar. No lo hizo. Me había dejado entrar demasiadas veces. Y siempre acababa igual.

Así que cada mañana oía su puerta, deseando que llegara el día en que llamara a mi puerta.

Yo la dejaría entrar.

Le daría la bienvenida a casa.

Este año volvió a ser compañera de Barty que incluso tengo que admitir que se puso guapo con el tiempo.

La casa Slytherin sólo empezó a tratarla peor. Todos sus protectores se habían graduado.

Hechizaban todo su falda para que fuera transparente, durante los partidos de quidditch cometían tantas faltas hacia ella.

Era inútil. Ella se levantaba cada vez.

Evan, que era mucho más alto que ella, la "chocaba" en los pasillos con tanta fuerza que se caía de espaldas.

Nadie la ayudaba a levantarse.

Ella se levantaba sola.

Nunca lo detuve. Podría haberlo hecho fácilmente. Pero nadie podía saber que ella era mi punto débil.

Yo entraba en mi habitación cuando ella también entraba en la suya.

Podía oír su respiración, y oía leves gritos mientras trataba de abrir su puerta.

Barty encantó la cerradura de la puerta para que cambiara. y nuestras cerraduras estaban encantadas para que nadie pudiera usar un simple encantamiento "Alohamora".

—"No jodas" —ella dejo caer las llaves

Y se quedó en el suelo.

—"Por favor, vete Black"— se dio cuenta de que tenía la puerta abierta pero seguía mirándola.

—"Aquí" —extendí mi brazo.

—"Estoy bien No dejes que nadie te vea con una sangre sucia. Olivia llegará pronto" —Ella se levantó sin mi mano.

Ni siquiera supe qué decir. Nunca la había visto enfadada. Las puntas de sus dedos chisporrotearon.

—"Bombarda Máxima" —voló su puerta.

Una vez dentro de su habitación me miró. Se mordió el labio para no decir nada de lo que se pudiera arrepentir.

—"Reparo"

La puerta empezó a construirse sola.

Ella se había ido.

Algo grave me pasaba porque después de eso seguía sin parar a mis "amigos".

Durante la cena Lacon Greengrass encantó un cubo de sangre de cerdo y lodo para que cayera encima de ella.

Recuerdo haber oído el grito de la mesa.

Su grito y la sangre derramada sobre ella.

—"Señorita Davies"— McGonagall corrió hacia ella.

—"Está bien, profesora McGonagall",— le limpió la sangre y el barro de la cara.

Se alejó antes de que pudiera decir nada.

McGonagall limpió el desastre y Dumbledore le quitó 100 puntos a la casa de Slytherin porque todos se estaban riendo.

Cuando llegaron las vacaciones de invierno la luz de su interior se había apagado.

Habían pasado semanas desde la última vez que la vi sonreír.

Recuerdo haberla oído gritar cuando encontró el cerdo muerto que Barty y Evan habían colocado en su cama.

Habían manchado sus ojos de miel.

Ella abandonó el slug club Olivia seguía hechizando su comida para que se derramara sobre su cabeza.

Y yo no hice nada.

No supe nada de ella en todo el recreo Me di cuenta de que se había quitado el medallón.

En Kings Cross Sirius la recogió. Se quedaron abrazados un rato antes de desaparecer.

Me senté en mi habitación vacía odiando mi vida sin su brillante sonrisa.

¿Por qué tenía que ser yo el débil? Sirius la habría defendido. Incluso Potter los habría detenido.

Pero no, me reí con ellos.

Mientras la empujaban hacia abajo mientras se burlaban de ella. Me reí.

Pronto terminaría la escuela y no la volvería a ver.

Estaba rodeada de oscuridad que apagaba su luz.

Nunca me había sentido tan vacío.

Lentas lágrimas rodaron por mi rostro.

Permití que otras personas la arruinaran.

La única persona que era amable y buena. Dejé que la arruinaran.

Yo también me odiaría Hestia.

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