Alone.

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Algo iba mal.

Cuando Evan y Theo fueron asignados para completar la tarea lo vi.

Peter Pettigrew.

Qué demonios hacía en una reunión de mortífagos.

"Kreacher escuchó al señor oscuro en la reunión"

"¿Algo?"

"Pettigrew reveló la ubicación"

Mi corazón cayó.

Llegué demasiado tarde.

La casa estaba en ruinas.

Entré corriendo.

"HESTIA" dije entrando más profundamente en la casa.

No. No. No.

Estaba tendida sin vida, con los ojos aún abiertos.

Me arrodillé.

"Hestia" sus ojos de miel seguían siendo los mismos pero veían a la nada.

Pero su cuerpo estaba frío.

Su cuerpo de fuego.

Ahora frío.

Acaricié su cara.

Cerré sus ojos de miel, porque ya no pertenecían a este mundo.

Ella nunca los abriría de nuevo.

Hestia nunca volvería a hacer nada.

Me senté sosteniendo su cuerpo.

Su pelo estaba desordenado por todas partes.

"Te amo"

Besé su frente.

Ni siquiera me había dado cuenta de que habían matado a toda su familia.

Su hermano era sólo un niño.

Antes la amaba desde lejos.

Pero ahora nunca podría llegar a donde ella estaba.

Estaba en un lugar al que iban todas las diosas.

Me di cuenta de que la necesitaba.

De una manera que me partió el cráneo.

De una manera que cuando ella dio su último aliento, yo también di el mío.

Le pertenecía.

Su cara era portada en el Profeta .

Una foto de ella jugando quidditch y su retrato de premio anual.

Recorté las fotos y las guardé en el interior de mi túnica.

Desde su muerte, el mundo a mi alrededor se volvió negro y gris.

Nada me importaba.

Quizá por eso entré en aquella cueva.

Quería detenerlo.

Y él quería vivir para siempre.

No se lo merecía.

Y yo solía admirar a ese hombre.

Guardaba sus recortes de artículos por mi habitación.

Y me lo quitó todo.

Él sabía lo que hacía al matarla.

Y yo moriría haciendo mi parte para detenerlo.

Por Hestia.

Porque su corazón bondadoso merecía estar vivo.

Desde muy joven supe que moriría besando el suelo que ella pisaba.

Mientras el agua llenaba mis pulmones.

La vi debajo del agua.

Me sonreía.

La misma sonrisa que vi desde que éramos niños.

Sus ojos tenían el mismo brillo.

"Ahora estaremos juntos para siempre" me susurró al oído.

Ella y yo éramos ....... 

El último apocalipsis.

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Apocalypse | Regulus Black ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora