Capítulo 3

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DERECK.

¿Qué hago yo con mi vida?

Suspire arrepintiéndome de haber hecho que Grace Sáenz aceptara mi propuesta de llevarla a su casa, o donde sea que diga que la deje.

Juro que Isaac me las va a pagar, ni siquiera lo hice por ver a la pobre chica batallando mentalmente en que hacer, sabía que ella estaba asustada de estar ahí y sin nadie a su alrededor que le brindé confianza.

Pero Isaac.

Isaac me dijo todo con la mirada, me había hecho señas para hacerle compañía hasta su casa, mientras que él llevaría a la chica que no sé su nombre.

Observé a Grace jugar con su cabello, quise decirle que dejara de hacer eso, me inquietaba que se sintiera tan incómoda. No es que yo sea alguien conocido para ella para decirle eso, pero tendría que hablar, porque ni siquiera sé hacia dónde llevo el auto.

—Tu auto es bonito. —me dijo, aun con su cabello en sus dedos.

—Ah.

—¿No dirás gracias? —pregunto ella.

—¿Gracias de qué? —conteste sin mirarla.

—De que haya dicho que tu auto es bonito.

—¿Ya te aburriste de estar callada? —le pregunte, viendo la carretera.

—Si te soy honesta sí, es incómodo y odio el silencio ¿Tú no odias el silencio? Verdad que sí, es tan aburrido. —mire como levantaba su cabeza para centrar su atención en mí.

—No, a mí me gusta el silencio, tristemente ahora no es de esos momentos, porque una chica parlanchina se le da de estar de ruidosa, como lo que estás haciendo en estos momentos.

—¿Te han dicho que eres algo amargado, McQueen?

Le di una mirada rápida, sus piernas estaban cruzadas y su espalda estaba recostada en la puerta del auto, ni siquiera tiene el cinturón puesto. Si fuera una mala persona abriría la puerta para se caiga.

—¿Te han dicho que eres muy parlanchina, Grace?

—Muchas veces, mi hermano cree que estoy loca cuando me rio y recuerdo algo que paso hace años, realmente soy increíble. Tengo la memoria de un elefante, no se me olvida nada. 

—Y también eres como una cotorra, nunca te callas.

—Grosero. —se quejó. 

—Ponte el cinturón, Graciela. 

—Soy Grace, McQueen. —se miraba distraída.

—No me llames así. —confese. 

—¿Por qué? Así te dicen todos.

—Es raro que lo hagas tú, es como si yo te diga pomposa.

—¿Pomposa? ¿Tengo que ofenderme? Lo buscare en internet para no sentirme tan ignorante. Enserio no sé qué significa.

Rodé mis ojos cuando ella saco su celular e hizo lo que dijo que haría, buscar en internet el significado de la palabra.

Me di cuenta de que lo busco cuando dijo mientras escribía: ¿Que es una persona pomposa?

—Según la real academia española —empezó. Suspire viendo la carretera alegre de que ya hayamos entrado a la cuidad —, es una persona que se expresa de forma pomposa. Bien eso no es tan ofensivo como creí, oh, espera hay más. Ehm, dice también que es demasiado ostentoso, exagerado y adorable, yo soy demasiado adorable, también dice que es alguien magnifico, grave y autorizado.

El Desastre De DereckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora