Capítulo 5

116 16 2
                                    

DERECK.

—¿Qué tal te fue, McQueen estrella? —observe a Isaac acercándose.

—¿Sabes? —dije —Yo no le pido mucho a la vida, pero ahora mismo quiero que te pase algo malo.

—¿A mí? ¿Algo malo como qué? —preguntó, confundido.

—Qué te caiga un rayo.

—Tú eres un rayo, McQueen.

—Bueno, pues te voy a caer, pero a golpes, idiota.

—Dos cosas aquí, le bajas a tu furia, y ¿por qué tanta agresividad?

—Espero y hayas aprovechado el tiempo con esa chica, porque el mío fue tedioso.

—Ya veo porque tanta tensión en el aire.

—¿Te acostaste con esa chica? Andas chupeteado el cuello. —dije.

—Deja de actuar como niño, y no, solo nos besamos y nos divertimos explorando las partes de nuestro cuerpo.

—Me dan asco. —bebí de mi bebida.

—No hables como si no nunca te has follado a una chica. Estoy seguro de que ya perdiste hasta la cuenta de cuantos revolcones llevas.

Lo mire molesto. 

—Te conozco, y mejor dime que hiciste anoche aparte de ir a dejar a Grace. —dijo, viéndome.

—Me acosté con Meredith. —confese.

—Santa putiza. —dijo Isaac.

—Y hay un problema. —dije.

—¿Problema? Obvio hay un problema ¿Te golpeaste la cabeza en alguna parte? Jodido infierno. ¿De qué problema hablas? ¿Te contagio una ITS? La primera regla de follar es siempre envolverlo. Vamos, amigo, no eres un aficionado.

—No es eso, Isaac. —le di otro sorbo al refresco.

—¿Entonces qué es? ¿Realmente necesitas hacerte ese chequeo? Tal vez podría encontrar un sacerdote y hacer algo de exorcismo. Te lo digo, si hay un demonio dentro de ti, obtengo los derechos para vender tu historia a Hollywood.

—Cierra la boca.

—¿Qué? ¿Tienes alguna idea de cuántas personas se vuelven tontas para este tipo de mierda real?

—Mejor ayúdame para hacer que deje ella se desaparezca de mi vida.

Lanzó todo su peso sobre la banca sentándose a mi lado y paso el brazo por encima del respaldo.

Luego, exageradamente, echa hacia atrás su cabello castaño.

—Estoy a favor de los planes malvados. ¿Qué necesitas? —dijo.

Sabía que él no diría que no a los problemas. Desde que nos conocemos, bueno, desde que somos niños nos llevamos bien, hemos tenido nuestras experiencias juntos.

Idioteces, planeado un desastre tras otro. Y siempre, siempre nos apoyábamos.

O él lo ha hecho mucho más.

—¿Por qué te acostaste con Meredith? —dijo, confundido.

—No sé, necesitaba hacerlo. —respondí, de lo más tranquilo.

—Para eso está tu mano.

—No funcionó.

—Santa putiza.

—Sí, esa chica está loca y ahora menos me la voy a quitar de encima.

—Todo fue por Liam, él te convenció. Te dije que era mala idea, pero no me hiciste caso. Nadie le hace caso a Isaac, lo digo porque muy fácil puedo tener la mente y experiencia de un anciano.

El Desastre De DereckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora