Capítulo 1

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DERECK MCQUEEN.

El sudor.

Los gritos.

El ruido.

El viento.

Un auto.

Es en cómo se basa mi noche hoy. Todos odian los lunes, y no lo niego yo también, pero las noches para mí son las mejores.

Siempre nos movilizamos de un lugar a otro por las carreras. Y no niego que me encanta participar en ellas, y ahora que he vuelto donde vivía ante es más fácil. 

Había odiado la idea de mudarnos de ciudad una vez más, pero no porque me gustaba donde estábamos viviendo con mamá, lo que odie fue que teníamos que mudarnos a la casa del esposo de ella.

Me moleste porque mamá no me contó que tenía una relación con un señor, me moleste que mamá no tuvo la confianza de decirme que se había casado y yo no me había dado cuenta.

Y no me molesta que ella haya encontrado lo que muchos llaman el amor y toda esa mierda, y ésta bien que sea feliz, mamá no es alguien que se ha interesado en su vida amorosa, lo que me molesto fue que no me contó, ella no confío en mí y me sentí excluido y algo desorientado.

Pero realmente no es algo que me importe, lo que me incomoda es estar viviendo en la casa de Roger Morrison junto con su hija, Brithany, que siempre se me hace irritable.

Antes tenía que venir desde donde vivía anteriormente hasta aquí, y muchas veces no venía porque se me hacía estresante movilizarme. Así que lo único bueno de este matrimonio de mamá es que volvería a competir en las carreras.

Y hoy me tocaba participar en una.

Pero antes de subir al auto prefiero alejarme y relajarme, no me gusta estar bajo presión, es algo que hace que pierda la paciencia con facilidad.

Esta era la cuarta vez que competía desde que llegué, y no soy de competir todos los lunes, lo hago solo dos lunes al mes, tampoco quiero estar siempre en esto, porque no quiero que las carreras clandestinas se vuelvan un vicio para mí.

Aunque muy fácilmente puede ser así.

Y aunque he tratado de ser discreto con esto que hago porque no quiero que mi mamá se entere, pero sé que ella sospecha de algo, mamá no es alguien a quien se pueda engañar fácilmente.

He notado como indaga en mi vida para saber lo que hago, he notado como observa todo de mí y muchas veces le pregunta a Isaac que hacemos en las noches.

De hecho, Isaac fue quien me convenció a empezar a participar, él me comentó que estas carreras se gana dinero.

Acepte, porque antes solo eramos mamá y yo, y de alguna manera quería ayudarle con los gastos, no voy a negar la manera en la que se molestó cuando le entregue parte del dinero que había ganado, y sin olvidar cómo me inundó de preguntas que de donde había sacaba el dinero.

Pero honestamente quería ser honrado con ella.

Cerré mis ojos y recosté mi espalda en la pared antes de irme, el aire estaba chocando con mi rostro y me relajé cuando mis párpados se sintieron bien al estar cerrados.

La calle estaba sola, y a lo lejos se podía escuchar la música, no obstante, podía escuchar con mucha claridad las voces de unas chicas.

Centre mi mirada a el grupo de cuatro chicas caminar y una de ellas se quedó parada en medio de la calle, las otras tres se dieron vuelta para verla.

Ellas estaban a unos cuantos metros lejos de mí y yo podría ser visto por ellas muy fácilmente, pero, aunque yo no quisiera escuchar su conversación, fue difícil no hacerlo.

El Desastre De DereckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora