La profecía

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-Me gustaría decir que me alegra verte de nuevo, pero en realidad todo lo contrario- comentó Black mientras rodeaba a Jack con una sonrisa siniestra.

-¿Cómo rayos sigues vivo?- preguntó con desconcierto apuntándole con su cayado.

-Derrotar al amo de las pesadillas no es tan sencillo, Jack- alzó los hombros como restándole importancia.

-Devuélveme esa caja.- exigió apretando los dientes.

-¿Esto?- dijo observando el objeto y mirando el rostro de Elsa pintado en el extremo-Esa chica te importa mucho, ¿verdad? Te sorprenderá saber que es la razón por la que regresé.

-No te atrevas a acercarte a ella o si no...-sintió un enojo creciente cuando mencionó su nombre, lanzó un rayo helado hacia él con coraje, pero Pitch lo esquivó con facilidad.

-¿O si no qué? - soltó una carcajada- Aquí yo soy quien hace las amenazas Jack, no querrás que tu querida Elsa se entere de que eres el encapuchado, ¿o si?-sonrió burlonamente.

Estaba a punto de atacarlo de nuevo, pero lo que dijo lo congeló por completo, un escalofrío recorrió todo su ser. ¿Cómo rayos sabe eso?

-No sé de que rayos estás hablando.- mintió y lanzó una ráfaga de hielo con su cayado.

-Por favor Jack, no tienes que mentir, yo ya lo sé todo, aparte no vine a pelear sino a negociar- envolvió al peliblanco en rayos oscuros impidiéndole moverse e hizo caer lejos su cayado- después de todo, el destino de Elsa es lo único que está en juego.

-Ella no tiene nada que ver con el odio que me tienes, déjala en paz-gritó e intentó safarse pero solo lograba inmovilizarse más.

-Si piensas que lo que busco es venganza, te equivocas. En realidad, lo que todos queremos es paz, ser felices, incluso yo.- hizo un movimiento de mano y creó una especie de silla hecha de oscuridad, se sentó tan tranquilamente como si solo fuera a tomar el té- Y hacer pesadillas es lo que me hace feliz.-agregó.

-No te creo nada- lo fulminó con la mirada.

-Aunque no lo creas, el miedo también es necesario Jack, te impide hacer cosas que podrían hacerte daño. Y lo único que quiero es que me dejen hacer mi trabajo: sembrar miedo.

-¿En serio piensas que te dejaremos hacer eso?

-¡Pues claro! Y tu vas a ayudarme, porque la verdad es que a ninguno de los dos nos conviene que Elsa se entere de que la abandonaste.

-¡YO NO LA ABANDONÉ!- le gritó y se levantó con rabia, pero rápidamente la arena lo hizo caer de nuevo sonbre la nieve bruscamente.

-Claro que lo hiciste, ¿y sabes? Yo veía como lloraba día y noche por ti- dijo con lástima fingida- de hecho tengo que agradecerte, le generaste tanto miedo e inseguridad que yo pude sobrevivir, sus sentimientos le dieron fuerza a mis poderes.

-Basta...-apretó los dientes con rabia.

-Pero por ahora, lo único que importa es que ella no puede enterarse de eso porque sino se cumplirá la profecía de Eren.

-¿De qué hablas? -lo miró entrecerrando los ojos, estaba seguro de haber escuchado ese nombre en algún lado.

-Hace años, vivía en Noruega un troll antiguo llamado Eren, el Hombre de la Luna le otorgó el don de ver el futuro en el agua, incluso escribió un libro, con muchas profecías que se han cumplido, como la llegada de los Guardianes de la Infancia o la Edad Oscura. Conoces la historia, ¿no? Seguramente Norte te obligó a leer ese libro alguna vez, ¿sabes porqué Eren dejó de ver profecías?

𝑬𝑳 𝑪𝑶𝑺𝑻𝑶 𝑫𝑬𝑳 𝑶𝑳𝑽𝑰𝑫𝑶  [𝐉𝐞𝐥𝐬𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora