VII: Grande eres, Aether... ¿Mi campeón?

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Un rato antes del encuentro, el cazador rubio estaba rabioso bebiendo en la mayor taberna local, más concurrida del lugar "El Obsequio del Ángel"... Donde Aether bebía para ahogar su furia, había aparecido la madre de Venti y no había pistas de su futuro esposo; sentía mucha molestia, como siempre lograba escapársele su ansiada presa; porque así veía al pelirrojo y lo seguiría viendo de tal forma hasta el día en que pueda colocarlo en el mismo lugar que demás féminas y donceles del pueblo: clamando por él.

Preocupados genuinamente, además de la señora Gunnhildr antes de la llegada de su hija mayor y prometido, estaban Lumine y Ajax, su mejor cliente y gran amigo había desaparecido, el joven no era de las personas que se iban sin enviar noticias, al igual, sabían que Venti es de las personas que, aunque no vaya a ningún lado siempre les enviaba cartas para que estuvieran al tanto de su bienestar.

Por el lado de Kazuha, estaba en contraposición, consideró por mucho tiempo ser amigo de Venti y admiraba mucho que pelinegro era alguien que cuestionaba mucho la situación entre las mujeres y los donceles frente a la de muchos hombres y chevaliers, cuando su única diferencia que existía era concebir o no. También tenía una mente disparatada cada vez que se presentaba la oportunidad de hablar de cualquier tema, jamás lo dejaba morir, especialmente sobre sueños extraños.

A su vez, temía mucho el hecho de cargar la misma consecuencia que el pelinegro cargaba, la soledad y las burlas, solo destacando su particular belleza siendo el único que notaba aquello era el propio Venti... Algo que enfadaba al peliblanco porque fuera capricho o no, había soñado que su vida sería con un chico rubio y Aether era el único que conocía que posee el cabello en aquel color.

Simplemente esperaba el día en que lo viera como el doncel que tanto había buscado... Si es que no lo engañaba como a otras chicas y donceles que aún claman por el cazador.

 Si es que no lo engañaba como a otras chicas y donceles que aún claman por el cazador

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Aether bebía un espumante tarro de cerveza como si fuese agua, bastante molesto. - Me humillé, traté de comprenderlo, ser comunicativo con ese hermoso fenómeno... ¿Y qué hizo él? - Lanzó el tarro, con rabia, hacia el centro de la chimenea, los que estaban cerca se alejaron de aquel lugar bruscamente. - ¡Me rechazó muchas veces y desapareció! ¡Como si yo no importara! - Comentó molesto.

Kazuha trató de mantener la calma mientras sostenía dos tarros de cerveza. - ¿Gustas otra bien fría? - Las cervezas fueron tumbadas de un manotazo.

- Kazuha, ¿qué caso tiene ya estar animado? ... Ya me veía junto al fuego, viendo a los niños jugar alrededor de la casa; a mi lindo Venti como mi esposo mimándome a cada momento... Pero, ahora... Nada. - Dijo devastado mientras tumbaba su cabeza, desanimando a todo el bar al ser él, el favorito del pueblo y estrujándole el corazón al peliblanco.

- Venga ya, Aether, existen muchas más chicas y donceles que darían todo por estar a tu lado. - Decía mientras algunas chicas y donceles afirmaban al fondo.

- Nadie lo vale... Solo él por su belleza... - Decía mientras iba agachando su cabeza para que Kazuha lo tomara de esta y lo alzara.

- Aether... Verte así no me gusta... Tan consternado y tristón... - Lo soltó, se agachó y acomodó su cabeza como si lo estuviera acariciando, ganándose un empujón por parte del rubio. - Ser como tú, todos piden, Aether ~

El doncel y la bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora