Y el metro ya no está en Moscú (Metro 2033)

Oro Negro y otros contratiempos

Era un mañana tranquila los aldeanos se despertaban al alba para atender los campos abrir sus comercios y ocuparse de sus tareas diarias, a pesar de las noticias de posibles asentamientos bandidos o bárbaros en la zona, todavía mantenían cierto nivel de tranquilidad pues no se tenía conocimiento de algún ataque o incursión de estos lo cual era raro pero aún así no podían dejar que la incertidumbre evitará que continúen con su rutina.

En un campo a las afueras del pueblo se encontraban los campesinos preparándose para la siembra, ahí se cultivan cereales, legumbres y hortalizas. Los campos ya habían Sido arados y los jornaleros ya habían empezado la siembra, sin embargo tenían un problema ya que durante la noche o en momentos donde nadie vigilaba los costales llenos de grano solían perder su volumen durante la noche, lo que no era sorpresa para nadie pues era común que las ratas o las aves se comieran una parte, pero en el momento en el que uno o más costales desaparecieran de forma rápida y sin previo aviso solo podía significar una cosa, y es que había ladrones, esto pese a ser preocupante no era nada nuevo pues en años anteriores ya había pasado, pero está vez era más seguido y las cantidades robadas eran bastante más altas, esto preocupaba mucho a las aldeas del "valle sin nombre", lugar que al estar en disputa internacional que solo era referido de tal forma al ser tierra de nadie.

A las aldeas del valle habían llegado rumores acerca de un grupo de bandidos muy particulares, estos no llevaban espadas, hachas o mazas, solo extrañas varas que provocaban estruendos y unos cuchillos pequeños y oxidados pero lo suficientemente afilados y resistentes como para mantener un combate, además de vestimentas extrañas, estos eran los habitantes del metro, quienes al ver las preparaciones de siembra de las aldeas cercanas se habían puesto a preparar los campos en las salidas de las estaciones del metro, pero solo tenían un problema, y este era que sembrarían, por este motivo cada estación habitada formó pequeños grupos para "recolectar" cualquier cosa que fuera de utilidad para el metro, pues si bien las estaciones ya no estaban enfrentadas no significaba que se llevarán bien, después de todo acaba de terminar la guerra entre la Línea Roja y el Cuarto Reich, pero no, este no era el único conflicto que había en el metro. Al final de cuentas solo se toleraban y no se dispararían al momento de verse, bueno al menos no la mayor parte del tiempo, pero esto disminuiría con el tiempo, para el final del día todos preferían centrarse en sus propios problemas y si para solucionarlos se tenía que recurrir a la ayuda de viejos enemigos, preferían tragarse su orgullo y llevarse la mano por el campo saltando entre las flores.

En un lugar más apartado de las aldeas y más cercano a las "estaciones" se encontraba otro grupo bastante particular, este estaba compuesto por miembros de las líneas más importantes del metro, tales como La Hansa, La polis, El cuarto Reich, La Línea Roja y diversos "especialistas" de otras estaciones libres, no estaban ahí por casualidad o como parte de una convivencia para limar asperezas, sino para solucionar un problema que aquejaba a todo el metro.

Ingeniero: Muy bien señores CARGAS PREPARADAS!!!

Grito un hombre de edad ya avanzada pero sin ser un anciano, de contextura robusta y voz áspera

Trabajador 1: detonación en 3 2 1 YA!!!!!

Una serie de pequeñas detonaciones se sucedió en un área relativamente pequeña del valle, ahí cerca se encontraba una pequeña base de operaciones con varios aparatos destinados a una sola tarea, buscar petróleo.

Ingeniero: muy bien señores, según las lecturas del sonar debemos taladrar justo... Aquí.

Dijo señalando un lugar un poco mas alejado del lugar de las detonaciones.

Trabajador 2: está seguro que encontraremos petróleo?

Ingeniero: en el peor de los casos será un lago subterráneo pero solo lo sabremos cuando lleguemos hasta el.