# 🗯️ 𝙏𝙊 𝘿𝙄𝙀 𝙁𝙊𝙍 🖇️
⁀➷｡🕷🔮 ˚𝐀 𝐌𝐚𝐫𝐯𝐞𝐥 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜 ♡
ˑ 𖥻 ۫ . Después de los hechos llevados a cabo durante la Guerra Civil, el mundo no ha vuelto a saber nada sobre los Vengadores. Pero cuando Natasha es secuestrada por un v...
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— ¿QUIERES QUE HAGAMOS QUÉ?
—Volver al refugio de Chukotka.
—Pero Steve...
—Te dije que habría condiciones, Wanda.
La joven se recostó en el sofá y resopló tan fuerte que parte de su cabello se elevó al aire. Estaba casi tan sorprendida como enfadada. A su lado, Bucky con los brazos cruzados y su habitual semblante inalterable tampoco parecía muy complacido. El resto se limitó a observar la discusión en silencio, la cual comenzaba a parecerse a la reprimenda que un padre le da a sus dos hijos cuando se portan mal.
Steve esperó a que Wanda se calmara nuevamente para seguir hablando:
—Esto no es un castigo. Nunca te encerraría conscientemente en un lugar en el que no quieras estar—dijo, mirando a la joven—. Pero insististe en que querías ayudar a Bucky a recordar parte de su pasado, y la única manera de hacerlo es lejos de aquí.
— ¿Por qué?—preguntó Bucky, abriendo la boca por primera vez en toda la tarde—. ¿Por qué deberíamos dejar Wakanda?
—Por tu propia seguridad. No puedo permitir que tú y Nat compartan el mismo techo. Ella podría intentar matarte en cualquier momento mientras que tú, tratando de defenderte, podrías lastimarla. Ninguna de esas cosas estaría bien para mí.
—Y en este momento es Tasha quien necesita la tecnología de Wakanda— agregó Clint, volviéndose hacia el ex Soldado de Invierno—. He oído que no te ha ido nada mal con todo ese progreso.
—Pero todavía no estoy del todo bien. Si mi mente divaga por un momento, podría... —Bucky miró a Wanda de reojo y suspiró—. Podría lastimarla.
Ella le devolvió la mirada, sus dos orbes verdes rebosantes de confianza.
—Yo puedo cuidar de mí misma.
—No has visto la peor versión de mí, muñeca—replicó él—. Y créeme, no querrás verla.
—No me llames así.
—Sí. No la llames así—dijo Clint, con la voz quebrada y una mirada de horror en su rostro.
Steve, que se estaba masajeando las sienes con dos dedos, dejó escapar un largo suspiro. Era demasiado amable para hacerlo, pero en ese momento todo lo que podía pensar era en gritarles a todos que se callaran y no cuestionaran más sus órdenes. Tampoco quería parecer el jefe del grupo; sin embargo, después de haber pensado tanto en su plan, lo mínimo que esperaba del resto de sus compañeros era un voto de confianza. Él sabía lo que estaba haciendo.
