Capitulo 2

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El beso que Caliburn estaba recibiendo era dulce, cálido y muy delicioso, pues Arondight movía cuidadosamente sus labios al ritmo de una melodía que la naturaleza tocaba especialmente para aquel momento que los dos estaban empezando a disfrutar.

El erizo rubio estaba sorprendido, pero algo en el sentía la necesidad de continuar con aquel beso, por eso acepto los labios del oscuro erizo sobre los suyos y siguió aquel pequeño vals que sus abultados belfos bailaban.

La falta de aire en sus pulmones hicieron que se separaran , Caliburn posó su mirada sobre los ojos de Arondight, aquellos ojos de color ámbar que en ese momento se veían muy hermosos para él.

Arondight sonrió de forma seductora de nuevo y observó como Caliburn agachaba su rostro sonrojado de la vergüenza.

- Conseguiré quedarme con tu corazón, Caliburn. Lo prometo...-susurró el erizo de púas negras inclinándose hacia la oreja del mencionado.

En ese instante Caliburn sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al sentir el cálido aliento de Arondight mientras este realizaba la indecente promesa.

- Yo... - trato de responder Caliburn olvidándose por completo de su seria postura  - ¡Y-ya lo veremos!

El erizo de oscuras púas soltó una carcajada ante la tardía reacción del otro, definitivamente para él no había otro ser más maravilloso que quien se encontraba junto a él en ese instante. Para nada del mundo iba a romper su promesa, le robaría el corazón a ese hermoso erizo, cueste lo que le cueste y estaba completamente seguro de que lo lograría con mucho tiempo y paciencia. Solo le restaba pasar esos pequeños momentos con él y hacerlos increíbles recuerdos. 

Por otro lado, exactamente en la habitación del Rey, Lancelot ayudaba a su majestad a dirigirse hacia el cuarto de aseo, pues este necesitaba un baño para limpiar las asperezas de su cuerpo junto al acumulado estrés que sentía en un chapuzón de agua tibia.

Al llegar al ya mencionado cuarto, el caballero de betas rojas vio la gran tina de Arthur llena de agua caliente, la tanteó con su mano y se aseguró de que estuviera a la temperatura perfecta. Con todo correctamente revisado, se dispuso a irse para que el Rey tuviera un poco de intimidad para poder desvestirse y meterse en la bañera.

-¡E-espere!-exclamó Arthur con prisa.

-¿Sí, su majestad?-respondió Lancelot, quien se detuvo para ver a su Rey.

-¿Desearía tomar este baño de agua conmigo?-pidió este con ternura.

En ese momento el caballero se sonrojó, sus pensamientos se llenaron de indecencia y manchaban la pureza de su Rey, esa no era la forma correcta de pensar de un caballero. A duras penas y contuvo un sangrado nasal para no asustar a su Majestad y responderlo con el respeto debido.

- C-claro, su alteza. -

- Me alegra mucho que haya aceptado pasar tiempo conmigo, caballero. - sonrió Arthur con una elegancia y gracia únicas, haciendo sentir perturbado a su servidor por su belleza.

Es así como los dos erizos terminaron juntos en el cuarto de aseo, Lancelot empezó a quitarse su armadura por completo, removiendo sus finas mallas finalmente para luego rodear su cintura con una toalla de baño. Cuando estuvo a punto de ingresar a la tina se percató que su Majestad tenía dificultades para quitarse su camisón, todo indicaba que se debía al gran dolor que sentía en todo su cuerpo así que, reuniendo mucho valor, se dirigió a su rey tratando de hablar con un tono de firmeza en su voz para disimular su nerviosismo.

- Deje que lo ayude, su alteza. - dijo por fin, acercándose a Arthur para desnudarle.

-Sí, por favor, mi cuerpo aún se siente muy débil y sensible. -respondió este soltando un jadeo de dolor mientras se recargaba en una de las paredes del cuarto.

Lancelot al encontrarse frente su Rey, se arrodilló y le quito sus largas medias con suma delicadeza, admirando la tersa piel del erizo azul, acto seguido, se levantó y le ayudó a quitarse lenta y cuidadosamente el enorme camisón que traía encima. Habiendo terminado su trabajo por completo, el caballero se encontró con un hermoso, perfecto y delicado cuerpo ante sus ojos, era todo lo que él había imaginado de su Rey.

- Ya esta listo su majestad...  -habló el erizo de betas rojas, admirando el maravilloso ser que es Arthur.

- Muchas gracias, caballero, necesitaba de su ayuda. -contestó este agradecido, sin darse cuenta de la mirada de su caballero.

Lo siguiente que hicieron fue meterse por fin en la bañera, la temperatura estaba perfecta, el cuarto de aseo estaba lleno relajante vapor de agua y el ambiente daba mucho que desear. La incomodidad se hizo presente rápidamente, Lancelot se aguantaba las ganas de comerse a su majestad de maneras indecentes, mientras que el mencionado se sentía muy agobiado por el gran silencio que había en la hanitación.

- Sir Lancelot, considero que es de gran importancia que los dos nos conozcamos un poco más. Creo que al ser usted mi mano derecha y yo su rey, debemos compartir un fuerte lazo que nos una. Me gustaría empezar a forjar ese lazo con usted desde ahora ¿Le gustaría? - sugirió Arthur firmemente para tratar de romper el hielo entre ellos.

- Me parece una buena idea, su alteza. A mi también me gustaría que compartiéramos nuestros sentimientos. Como su caballero y protector acepto con gusto su propuesta. - respondió Lancelot sonriente.

- Me alegra oír que esté de acuerdo conmigo, caballero. - dijo entusiasmado erizo de ojos esmeralda, percibiendo un peligroso rubor en sus mejillas.

- Oh, por favor, llámeme solo Lancelot cuando usted lo desee, su majestad. - 

- En ese caso, Lancelot, puedes llamarme Arthur cuando estemos solos y fuera de los asuntos del reino. - afirmó el rey con una agradable sensación de confianza y estabilidad crecientes entre los dos.

El caballero de betas rojas soltó una carcajada. Se sentía más cómodo de lo normal en la situación en la que estaba con el erizo junto a él. No recordaba sentirse así desde que era un niño que jugaba libremente en el bosque cuando era criado por Nimue, la Dama del Lago.

En ese instante, Arthur se ruborizó, siendo contagiado por la risa de su caballero, nunca en su vida había tenido ese tipo de conexión con alguien que no fuera su ya difunta madre. Se sentía más seguro en ese momento, el silencio ya no era agobiante y por fin pudo relajarse después de tanta tragedia ocurrida.

- Necesito permitirme hacerle una pregunta que he tenido desde que me dispuse a su servicio... - dijo Lancelot, llamando de inmediato la atención del otro erizo - ¿Por qué ascendió al trono si no se casó con la princesa Sally?

Arthur rió.

- Mi madre, mi padre y yo discutimos mucho cuando se decidió ello... - sonrió de forma nostálgica al recordar aquellos tiempos - La princesa Sally y yo no teníamos intenciones de casarnos para unir nuestros reinos, no estabamos enamorados, así que juntos ideamos otra manera de formalizar una alianza. Gracias a esa idea hoy existen la Embajada de Camelot y la Embajada de la isla de Ávalon.

- Arthur... - Susurró asombrado el caballero - Su idea fue grandiosa, es increíble que hayan logrado convencer a sus padres sobre esa decisión pero...eso quiere decir que...¿No planea casarse?

El rey volvió a reír, sonrojándose en el acto por la pregunta mientras miraba intensamente a su caballero. 

- Eso ya lo veremos, Lancelot.

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Wiiii! Aqui esta el capi :3 gracias por el apoyo aqui esta su rencompensa x3

Enjoy! See you later!


Editado: ESTO SE PONDRÁ ZUKULENTHO


¡Por el rey! | LancelotxArthur |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora