Capítulo 7

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- ¡Es hora de levantarse, su majestad! Espero que haya descansado lo suficiente para el día de hoy. -

El erizo azul se revolvía de tierna manera entre las aterciopeladas sábanas de su lecho. Al oír la voz femenina que se dirigía a él no pudo evitar recordar que su "entrenamiento " debía seguir con normalidad para concretar su elaborado plan. Su cuerpo entero se estremeció al escuchar apresurados pasos en toda su habitación junto al rápido correr de las cortinas y, adormilado , estiró lentamente su cuerpo para liberarse de la pereza.

- B-buen día, Merlina. - pronunció el rey con su mañanera voz ronca.

- Ya casi es medio día ¡Es hora de continuar con las lecciones!

"¿MEDIO DÍA?" Exclamó el rey para sus adentros, dibujando en su rostro un gesto de sorpresa y terror combinados.

Cuando la hechicera apartó las lujosas cortinas que cubrían la comodísima cama del monarca, este pudo ver como el sol se encontraba a unos pocos minutos de alcanzar su punto más alto al percibir los cálido rayos del sol en su orbes esmeralda, deslumbrándolo al instante. Era un día bello afuera y, según la pelirroja, un momento perfecto para adiestrar a su rey en una de las artes más expresivas del cuerpo, el baile.

- ¿Qué haremos hoy, Madame? - preguntó curioso el azulado al ver como la fémina lo observaba con puro entusiasmo.

- ¡Aprenderá a bailar! - exclamó alegremente la muchacha mientras reía tratando de contagiar su emoción. - Para la lección de hoy Sir Lancelot le ayudará, debe prepararse ya ¡Lo está esperando!

Arthur sintió inmediatamente como la sangre de su cuerpo subía directamente a su rostro tornando sus mejillas a un indiscutible color carmesí, para el erizo azul le resultaba casi imposible imaginarse a sí mismo bailando junto a su caballero. El corazón del monarca empezó a latir con rapidez, le estaban dando la excusa más perfecta para poder convivir de esa manera con el moreno y se sentía con suerte pues, el otro erizo se negaba a dejarlo solo en todo momento y le encantaba eso, le encantaba la atención que estaba recibiendo de Lancelot. Es así que, con desasosiego, el erizo de piel melocotón se levantó decidido a comer algo y luego vestirse para la ocasión.

Tembló de la emoción al imaginar lo apuesto que se vería su amado.

...

- Ya estamos aquí, Sir Lancelot. - anunció la hechicera con una gran sonrisa.

El mencionado se giró en el acto para ver a la joven junto a su alteza, quien ya llevaba encima su atavío verde junto a un hermoso peinado y un ligero rubor en sus mejillas.

Para el erizo oscuro se veía simplemente hermoso.

- Buenos días, majestad. - saludó el moreno haciendo una reverencia al mencionado - Se ve muy reluciente hoy.

Arthur no dudó ni un segundo en responder como ya le habían enseñado, de la misma manera que las damas de la realeza elogiaban a otros.

- Buenos días, Sir Lancelot. - dijo entonces con una voz impostada que estuvo practicando, tan dulce y femenina como pudo para engañar a cualquiera - Muchas gracias, me siento afortunada de tener la compañía de un hombre tan galante.

Ninguno de los dos dejaba de verse, el caballero usaba un chaleco carmesí, junto con unos pantalones negros y botas café a juego. Su apariencia era la de un impecable y muy apuesto varón. Merlina llevó entonces a una orquesta para que tocaran las melodías de la época y, sin más preámbulos, les dió la orden para empezar a tocar la música que acompañaría a los dos erizos, la Basse Danse (o Bassa Danza).

Lancelot hizo una reverencia frente a Arthur, quien muy  comprometido con su papel, lo imitó dándole una sonrisa atrevida al levantarse y verse cara a cara de nuevo. El caballero enarcó una ceja de manera juguetona al observar ese gesto, la confianza que su alteza emanaba era agradable y le inspiraba confianza. Así pues, tendió su mano hacia su pareja, sintiendo de pronto al otro tomándola suavemente. Ya estaban listos para empezar.

¡Por el rey! | LancelotxArthur |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora