11-Hospital.

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Veía la ventana, su entrecejo entraba fruncido mientras que a su costado Victor cortaba manzanas con figuritas de conejitos.

- Yurio debes comer, el doctor parecía muy preocupado por tu estado - Lo reprendio Victor al ver al muchacho sin animos de comer - Demaciado preocupado...

- Estoy bien Victor, ya comí un sándwich en la casa de Otabek - Dijo volteando sus ojos.

- Si...quería hablar de eso - Victor suspiro y vio al muchacho - ¿Estás enamorado de él o solo es un escenario para conseguir más cosas? Por qué Yurio, si enverdad le estás mintiendo a ese hombre yo juro que.. - Se la pensó un momento - Ugh, te vienes a vivir con nosotros a Japón.

- ¿Aún estás con eso? ¿No te dijo ya el cerdo que le gusta más Rusia? - El chico sonrió burlón.

- Habló encerio señorito.

- Ugh, yo... - Desvío la mirada y confesó - ¿Que? ¿Ahora me dirás qué miento? - Dijo fastidiado.

- Cuando Yurio dice la verdad nunca ve a las personas a la cara - Dijo Victor sonriente.

- ¡Deja de analizarme! - La puerta fue abierta por el japonés y el Kazajo, nos vieron confundidos al ambos rusos.

Yurio lo apuntaba con el dedo y Victor se escondía detrás de un plato con manzanas.

- Está...¿Está todo bien? - Pregunto Otabek confundido.

Yurio solo desvío la mirada avergonzado, no le gustaba que lo vieran como alguien débil..a menos que el quisiera, claro está.

- Si, solo debo decir - Dijo Victor levantándose y dejando las manzanas - Cuida bien del gatito ¿Si? - Otabek asintió confundido y el ruso se fue tomando la mano del japonés.

- ¿Cómo te sientes? - Pregunto el Kazajo una vez se vieron solos en la habitación del hospital.

- Bien, aunque no me agrada la idea de esto - Señaló la intravenosa fastidiado.

- El doctor dijo algo interesante Yura - El rubio desvío la mirada - Que tenías antecedentes de estar aquí por lo mismo ¿Cuántas veces a sucedido? - Yurio lo vio y desvío la mirada nervioso.

- Beka no, ahora no - Dijo encerio apenado.

- En algún momento me lo dirás ¿No? - El rubio asintió - Eso espero....

Hubo un lapso de silencio cómodo entre los dos, Yura alfin había decidido comer una manzana.

- Entonces...¿Cómo estamos? Más bien ¿Que somos? - Pregunto el rubio.

- Pues, antes de enterarme de..bueno, todo, creía que éramos pareja - Yurio asintió algo descepcionado - Me..a yo, Amm bueno - Otabek se vio nervioso y Yurio sonrió leve para darle confianza - Mira, que no confío en que sigas siendo así, entonces...para cuidarte me quedaré a tu lado.

- Entonces permanecer enfermo una vida - Yurio sonrió alegre - No...más bien todas.

- ¡No bromees con eso! - El azabache se cubrio la cara, Yurio lo vio confundido.

Viendo las orejas del hombre, se apreciaban que estaban rojas.

(...)

Otabek y Yurio veían una película en la habitación a la que el rubio estaba confinado, cuando la puerta fue tocada.

- ¿Será Victor? - Pregunto el azabache.

Yurio simplemente nego.

Otabek abrió la puerta y allí se encontraba una mujer hermosa, muy similar a su Yura, con la única diferencia de unos ojos fríos y sin vida y una expresión de molestia.

- ¿Quien se supone que eres? - Dijo en un tono fastidiado.

- Amm yo - Otabek se sintió intimidado y dió paso a la mujer.

Está camino hasta ganar la atención del otro rubio.

- Yulia - Dijo Yurio viéndola y luego desviando la mirada al tv.

- No espero nada de ti - Dijo la mujer dando pasos hacia el rubio, Yuri solo cerro los ojos, no lo dirá nunca en voz alta, pero tiene miedo - Y logras decepcionarme ¡¿Sabes siquiera como han reaccionado los pocos medios que te cubren?! - La mujer tomo con odio la cabellera del chico, Otabek reaccionó rápido y quizo detenerla, más Yurio abrió sus ojos y en un mensaje silencioso dijo.

No te muevas.

- Lo sien.. - Fue interrumpido al su cabello ser tirado con fuerza - Ah.

- No quiero tus palabras imbécil - La mujer siguió estrujando la dorada cabellera - Victor tuvo que intermediar para que no te descalificaran de tu maldita competencia, de haber Sido así pequeña perra - Otabek se aguantaba las ganas de saltarle encima, pero el rubio lo seguía mirando - Te tendrías que quedar con alguno de esos asquerosos viejos a los cuales les vendes tu asqueroso y sucio cuerpo hijo de puta - Yurio solo cerro sus ojos, su madre lo había sacudido tan violentamente que la intravenosa se había soltado y comenzaba a sangrar.

- . . . - Yurio prefirió callarse.

- No engordes, una simple frase, una simple orden ¿¡Que no puedes siquiera acatar!? Mira lo que has hecho pedazos de imbécil - Yuri seguía manteniendose callado - ¿Y quién mierdas se supone que es este sujeto? - Dijo la mujer tirando del cabello para que su hijo viera fijamente a Otabek.

Los ojos fríos del muchacho seguían dándole el mismo mensaje.

Quédate allí, no te muevas.

- ¿Es otro hombre del cual te aprovechas maldita perra? - Yurio siguió guardando silencio - ¡Contestame! - Lo sacudió aún más fuerte, haciéndole soltar una exclamación.

- Ay - Fue susurrada, pero Otabek la escucho.

Este rápidamente ignoro la orden de Yurio y tomo a la mujer por la muñeca, haciéndola soltar el cabello del rubio.

- ¡¿Quien te crees para tocarme?! - La mujer forcejeo y Otabek la sostuvo más fuerte, haciéndola exclamar dolorosamente - ¡Ay! ¡Suéltame enfermo! - Otabek entrecerró sus ojos con odio - ¿Te crees muy importante por qué Yuri te dió algo de atención? Te lo diré imbécil ¡¡El le vende su atencion a quien sea capaz de pagar lo suficiente por el!! No eres especial para esa zorra, solo eres una billetera con piernas para el - La mujer logro soltarse y vio con odio a su propia creación.

- Tu...¿Eres tan poca madre como para levantarle la mano a tu hijo enfermo? Realmente me das asco - Dijo Otabek arrecostandose contra la pared junto a la camilla de Yurio.

La mujer, al sentir su orgullo destruido abofeteo a Otabek y se retiró.

Yurio volvió en si poco después de que la mujer se retirará.

Temblaba en su lugar y sentía que se desquebraria en cualquier momento.

- Lo siento - Dijo Yurio con los ojos llorosos viendo al azabache, su mejilla comenzaba a tornarse roja - Te golp..eó por qué intenta..ste defenderme, lo..lo siento mucho - Dijo Yurio con más lágrimas y la voz rompiendose

El rubio, nerviosos acariciaba su enredado y maltratado cabello, Otabek solo suspiro y lo abrazo, manchando se un poco las muñecas de la sangre de Yurio.

- Oh dios, llamaré un médico - Antes de que siquiera el azabache se retirará Yurio se aferró a su manga con fuerza y miedo en sus ojos.

- Por favor...no te vayas - Pidió con la voz nuevamente desquebrajada - Me abandonaras ¿No?

- ¿Que? Claro que no Yuri - Dijo serio tomándolo de las mejillas - Volveré en un santiamén.

Y así el azabache se retiró.

En el momento en que me ví solo en aquel cuarto frío y con olor a desinfectante, me di cuenta de lo patético y rastrero que me he visto.

°•SUGAR LOVE•° [Por Que El Gatito Lo Quiere Todo Y El Está Dispuesto A Darselo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora