Solo un ladrón poco ortodoxo

Capítulo 40: Trigésimo atraco

Waver honestamente no sabía qué esperar una vez que llegó al templo.

Había apostado a que al menos una persona permanecía en la ciudad. Por lo general, había uno o dos idiotas obstinados que permanecían en un área a pesar de las advertencias del gobierno. Incluso en la Torre del Reloj había quienes ignoraban las emergencias y se quedaron en sus habitaciones. gracias, se descuidó que tenía razón y aceptaron el dinero que tenía en la mano para el viaje al templo. Y tuvo suerte de que el templo fuera el lugar correcto para ir. Aunque el centro cívico, la mansión de los Einzbern y la casa Tohsaka ya estaban fuera de discusión. Así que fue más como un proceso de eliminación.

En realidad, fue un milagro que había llegado cuando lo hizo, encontrando a Saber en el suelo con numerosos hombres con máscaras de búhos rodeándola a ella ya Assassin y sosteniéndolos a punta de pistola, con el que presumiblemente era su líder levantando su mano derecha que Llevaba Comando. Sella mucho para su sorpresa. Esto probablemente significaba que Saber ahora no tenía Maestro y el hombre Búho era su única opción para permanecer en la guerra.

"Al menos hasta que aparezca". Waver murmuró antes de dejar escapar un suave gemido. "Tengo suerte de que no me dispararon".

Pero aun así, Saber se convirtió en su Servant y procedió a asegurarse de que eso no sucediera. Waver se escondió después de eso, reprimiendo sus emociones por un momento. Después de todo, acaba de convertirse en el Amo del Sirviente que mató a su amigo. Saber era el Rey Arturo, y aunque Waver sintió una oleada de orgullo nacionalista ante la idea de estar al lado del Rey Arturo, aun así mató a su amigo y él todavía estaba un poco enojado por eso. Podría ser injusto para Saber, ya que no había forma de que llegara al Grial sin matar a Rider y Waver sabía de esta posibilidad desde el principio, todavía le dolía.

Pero al menos era mejor que dejar que la reclutaran de mala gana para la agenda de ese Hombre Búho, que de alguna manera había escuchado desde su escondite.

Sin embargo, esa no era exactamente su mayor preocupación en este momento.

"¿Debería irme?"

Waver pensó para sí mismo mientras se mordía el labio.

"Sé que dije que vería las cosas hasta el final, pero..."

Waver, por alguna razón, sintió el inexplicable deseo de correr. Escaparse, tan lejos como pudiera. Sintió miedo y náuseas, una especie de impulso primario de huir aterrorizado porque algo realmente terrible estaba cerca. Le temblaba la mano y sudaba por todas partes. El aire cambiaba de caliente a frio casi con cada segundo que pasaba.

"¿Este sentimiento... viene del Grial?" se preguntó Waver. "¿Alguien ganó?"

Pero su conexión con Saber no había sido cortada ni su nuevo Servant había regresado para decirle que todo había terminado para que pudiera pedir sus deseos al Santo Grial. Algo estaba mal. Waver no sabía qué era, pero algo había salido terriblemente mal.

Entonces, un olor familiar invadió las fosas nasales de Waver. No era el hedor pútrido de la muerte que emanaba de los Hombres Búho, ni el olor de la sangre.

Era el olor a quemado.

Los ojos de Waver se abrieron cuando notó llamas saliendo del interior del templo. "¿¡Un incendio!?" ¿La batalla entre Saber y Assassin tuvo un incendio? Waver se cubrió la boca mientras el olor a carne y cabello quemados se extendía. Las llamas dentro del templo crecieron, provocando que las ventanas se rompieran y explotaran mientras salía humo. Los cadáveres de los Hombres Búho probablemente estaban siendo quemados por las llamas. Un templo con cientos de años de historia estaba siendo quemado hasta los cimientos.