Capítulo VII

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-Blake, ¿Tu que dices? ¿Verde o rosa?- preguntaba Horacio mientras la peluquera le ponía la carta de colores para su cresta.
-¿Azul?- Dijo éste mirando también la carta por encima de su amigo.
-No, Azul lo tuve cuando estuve con Andrew en London, creo que verde me mola mucho-
-Si puede ser pero creo que el rosa resalta mejor el tono de tu piel ¿Sabes?- Comento aún mirando los colores.
-¿Encerio? ¿Te gusto Blake? ¿Quieres que te bese? Sabes que yo no tengo problema- Dijo mientras estiraba su boca en forma de pico.
-¿Pero que dices, macho? Si sabes que estoy con Jota- Se corrió el más morocho.
-Puede ser nuestro secreto ¿Sabes?- Siguió molestando su amigo. -Alanna ¿Sabías que B me quiere besar?- Dijo por radio para molestar a su mejor amigo.
-¿¡COMO!?- gritó Alanna por la radio -Pero es que... Encerio Blake que no tú no cambias-. El crestas no dejaba de reírse por la cara que su amigo había puesto.
-QUE NO QUE NO, QUE YO ESTOY BIEN CON JOTA- Grito Blake por la radio.
-Creo que me quiere invitar a salir y no sabe cómo- Siguió provocando Horacio mientras esperaba a que la tintura tomará color en su cresta.
-Pero que te estoy escuchando, estoy al lado tuyo- Dijo exasperado Blake.
-¿Encima estas con él? Que de esto, Jota lo va a saber- Intentó sonar enojada, pero falló cuando la risa la traicionó.-¿Pero dónde están?- pregunto Alanna.
-En la peluquería, H quería cambiarse el color de su pelo- Respondió B ya que a Horacio le estaban terminando de arreglar la cresta.
-¿Están de servicio, en la peluquería y haciendo chistes desde la radio del FBI? Ésto no es ningún jardín de infantes, se ponen a trabajar, ya mismo- Se escuchó a un Ruso enojado.
-10-4 Volkov- exclamaron ambos agentes.
-Pero... ¿Pero que te pasa?¿Por qué les gritas?- Exclamó Horacio -Dejalos divertirse, no todo es trabajo trabajo trabajo.-
-Entonces salgan de servicio si van a estar payaseando- gritó Volkov.
-¿Te recuerdo que sigo siendo tu jefe?-
-No, pero tú cómo jefe no deberías dar este tipo de imagen.-
-Tenemos un robo a un badulake, Alanna ven con un patrulla, Blake y yo te esperamos- ignorando los comentarios del ruso antes de que se convierta en un show la radio, se dispusieron a ir la última alerta que había saltado.
Blake ya estaba perdiendo la paciencia con los atracadores que no salían del badulake hasta que les dieran un chicle, porque según ellos ahí adentro no había, tenían de rehén al pobre comerciante que lloraba cada vez que escuchaba que lo iban a apuñalar.
-H ¿Tiene usted un chicle? Me dicen que no van a salir hasta que le demos uno- Aviso el más morocho por la radio.
-¿Como que un chicle?- pregunto Alanna.
-Yo no tengo ninguno- Dijo Volkov tocandose los bolsillos.
-Pero.. ¿Ya negociaste con ellos?- intervino Horacio.
-Si ya negociamos la huida pero sin un chicle no salen... La verdad que no entiendo-.
Horacio que se encontraba detrás del patrulla se levantó y se dirigió a la puerta del negocio, saco su arma y apunto directamente al atracador.
-Ni chicles ni nada. O SALES O ROMPO NEGOCIACIONES ENTRO YA TE METO UNA BALA ENTRE CEJA Y CEJA- Amenazó el directo.
-¿Pero que dices tío? Mira que apuñalo a este hombre- dijo el enmascarado poniendo el cuchillo en el cuello de aquel hombre que no paraba de llorar.
-Esta bien, pero si lo apuñalas el siguiente en morir eres tú. Te doy 10 segundos para que salgas o entro a los tiros y como dato somos 4. 10... 9... 8...-
Sus compañeros se preparaban para entrar cuando los atracadores, nerviosos y peleando terminaron por  apuñalar al rehén.
-Disparen- Grito Horacio quien entró seguido por Blake cubriéndole las espaldas mientras Alanna y Volkov entraban por la entrada trasera.
El primero en caer fue el que había apuñalado al hombre que se encontraba inconsciente en el suelo. Horacio lo esquivo, lo tomo del brazo y puso su pierna entre las del otro, logrando así derribarlo y dispararle en la cabeza.
-Te lo dije, un tiro entre ceja y ceja.-
Del otro lado se escuchó un disparo y el grito de Alanna pidiendo ayuda a sus compañeros.
-Blake llama a la ambulancia y atiende al rehén yo ire a ver qué pasa- Exclamó Horacio nervioso.
Cuando llegó dónde se encontraba los agentes vio al otro atracador sosteniéndose la pierna llorisqueando, mientras tanto Alanna sostenía la cabeza de Volkov entre sus piernas apretando una herida sobre la espalda justo por encima del chaleco, la navaja había logrado entrar y hacerle un corte profundo. Éste no paraba de sangrar.
-Lo siento jefe no lo había visto, no lo ví- lloraban Alanna.
-No... No fue... T-tu culpa... Alanna- Intento calmarla Volkov.
-Tranquilo, no te esfuerces ya está llegando la ambulancia. No hables V- Habló Horacio sin quitar la vista de las manos dónde Alanna hacia presión sobre la herida que no paraba de sangrar. Enseguida se escucharon ambulancias quien se llevaron al rehén y al Sub-Director hasta el hospital rápidamente. Horacio, Alanna y Blake se encontraban en los pasillos de la sala de espera, intentando tener alguna noticia sobre Volkov. Ya que si herida fue demasiada profundo y había perdido mucha sangre, al contrario del rehén que se encontraba estable y en recuperación.
Horacio había llamado a Andrew para que asistiera a Volkov, solo confiaba en él para que pudiera curar la herida del ruso y así poder tener la información de cualquier cosas que se pudiera complicar.
Al cabo de unas horas Andrew salió para comunicarle a sus compañeros que todo estaba bien, que la navaja no había llegado a tocar ningún hueso, pero si había quedado un pedazo de ese objeto punzante dentro de él, que por suerte pudieron quitarlo antes que provocará más daño. Ahora se encontraba sedado y en tan solo una hora despertaría aún que el alta se lo darían por la noche.
Horacio al cabo de una hora entro a ver su compañero para saber cómo se encontraba.
-Hola- dijo el crestas con una voz muy dulce.
-Priviet- contesto el más alto con apenas una voz audible.
-No te esfuerces que recién sales de cirugía. No fue nada grave pero aún te tiene que recuperar- comentaba mientras acariciaba el cabello del contrario intentando dejarle el pelo perfectamente peinado como suele usarlo. Volkov miraba a Horacio mientras sentía su mano y comenzaba a relajarse.
-¿Te puedes quedar conmigo hoy?- preguntó sin quitar sus ojos del bello rostro que lo miraba con cariño.
-No me voy a ir a ningún lado, luego te llevaré a tu departamento. Parker se quedará contigo...-
-No. Parker no- interrumpió -Tú- rogó Volkov.
Horacio siguió pasando su mano por el ahora cabello oscuro del ruso, pensando que respuesta le iba a dar.
-Ahora descansa ¿De acuerdo? Tengo que ir a hablar con Andrew. Alanna de quedará un momento contigo, está muy nerviosa y triste por lo que te sucedió- dijo levantándose lentamente, antes de alejarse sintió una mano fría sosteniendo la suya evitando que se alejara.
-¿Por favor?- suplico Volkov.
-Esta bien- Horacio aceptó sin pensarlo dos veces, creyendo que esa noche podía dejar a Volkov durmiendo y volver a su departamento ya que solo estaba un piso más abajo. Lo que no sabía es que en realidad, esa noche, no volvería a su hogar como él creía.

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