VEINTE

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Taehyung lo arrastraba por la entrada, cerró la puerta con el pie mientras se maldecía por no tener condición física, subió los escalones como pudo con él. Por suerte la madre se había ido con su prometido y no había nadie en casa.

Eran las once de la noche y tras un llamado de Jungkook llorando, Taehyung fue a buscarlo, estaba tirado en el suelo de un parque, con moretones y lágrimas secas. Lo subió a su patineta y lo jaloneó hasta casa.

Empujó al pelinegro dentro del baño y lo dejó caer en la tina.
Abrió la llave mojándolo con agua helada y viéndolo temblar.

— ¿Jungkook? — Le llamó tomándole la cara con ambas manos, esos ojos perdidos y mejillas sonrojadas, labios abultados y mordidos, cuello con marcas y mirada desolada, le abatió la consciencia.

— ¿Taehyung? ¿Y-ya estoy en casa? — Tae asintió con inmensas ganas de llorar. Se veía tan roto, tan usado.

— No estás bien, ¿a donde fuiste? ¿Con quién estuviste? — Sabía que no debía preguntarle nada en ese estado. Su voz estaba rota y desesperada, pero intentando sonar serena.

— Contigo — Sonrió dejando correr las lágrimas. Sus ojos brillaban al ver al castaño.

— No digas estupideces, quítate la ropa, te ayudaré a bañarte — le dijo evadiendo sus miradas. Era admiración pura, ojos llenos de inocencia y dolor.

— No quiero quitármela otra vez, Tae — Murmuró en voz baja, confundido.
A pesar de sus palabras, el castaño le quitó la chamarra, la camisa y el pantalón, le enjabonó el pelo y cuerpo, acarició sus marcas mientras le miraba cerrar los ojos adormecido. Las quemaduras que tenía en los brazos, sus tatuajes negros que resaltaban su blanca piel.

Con agua caliente le enjuagó y secó con la primera toalla que encontró.

Lo llevó a la cama y recostó ahí, le puso una camisa y lo arropó.
Estaba por irse, cuando una mano le apresó el antebrazo y lo jaló hasta conseguir darle un ósculo en la mejilla.

Quiso guardar su sonrisa, pero le fue inevitable.









...



La alarma sonó, era temprano. El castaño entró al baño frotándose los ojos, hizo su aseo diario mirando hacia afuera del baño, la cama de Jungkook con él en ella, tan tranquilo y sereno.

Escupió la pasta al terminar de lavar sus dientes, entró a la habitación para cambiarse, tomando sus zapatos y poniéndoselos.

Se paró a un lado de la cama ajena, decidiendo si despertarlo o acariciar ese pelo que se veía tan... "No Taehyung, mierda"

— Jungkook — Le llamó — Jungkook — elevó su tono de voz, entonces el pelinegro se removió quejándose.

— Tae, déjame dormir — Balbuceó dándose la vuelta

— Hay escuela hoy, Jungkook — Le jaló la sabana, mala idea Kim Taehyung; sus mejillas se tornaron carmín al verle sin bóxers, y con una maldita erección. Mierda
Le lanzó la sábana otra vez.

— Me duele la cabeza, Tae — Murmuró removiéndose en la cama.

— Vístete y te consigo una pastilla — Salió del cuarto mirando al suelo, al techo, la pared, todo menos aquella cama. — Te espero en la cocina — Medio gritó fuera de la habitación.
Se tomó las mejillas bajando y quedando en cunclillas con la espalda en la puerta.








...


Tae espero veinte minutos en el desayunador hasta que Jungkook bajó con su típica ropa holgada y con cadenas de acero. Tenía una cara demacrada y con un ligero delineado.
Le ofreció la pastilla y algo de agua.

— Iremos juntos a la escuela — Le informó pasándole dos tostadas

— No pienso ir — Refunfuñó mordiendo el pan

— Tu madre me lo pidió, Jungkook, no es tan malo, vamos — No quería suplicarle — Me debes el favor además — No quería mencionar lo de anoche.

— ¿Qué favor? — Intentaba recordar viendo cómo Tae salía de la cocina. El pelinegro rodó los ojos y se dispuso a seguirlo.
Carajo, no lo sabía, pero si tenía en mente como casi se folló a Tae en un sueño, era tan real, él como le decía no merecerlo, el sentirle sentarse en su regazo y moverse. Besarle, aunque sus labios no sabían a fresa como expectaba y finalmente no recordar más.
Le dejaba adormecido.

— ¡Jungkook! — Gritó desde la puerta.





...





En poco rato estuvieron en la escuela, Jungkook llegó patinando y Taehyung prácticamente corriendo tras de él. Riendo tiernamente y bromeando al burlarse de el otro.

El castaño se encontró con una linda Nayeon esperándole en la entrada del instituto, con un vestido tono pastel, su bolso en ambas manos y una mueca cuando vio a Jeon.

— Hola Taehyung, — Sonrió amplió

— Hola a ti también, Nayeon — Ironizó Jungkook, ella rodó los ojos y prefirió ignorarlo, el pelinegro siguió su camino hacia su aula, ignorando el hecho de que la chica le tomó del brazo a Tae para caminar juntos a sus respectivas clases.

Hablaron irrelevancias, como que habían hecho el fin de semana y cosas como la tarea de matemáticas.

Nayeon llego a su aula, y después de pensarlo todo el camino, se puso de puntillas y besó a Tae fugazmente en los labios, el distraído castaño solo la vio irse cubriendo su rojo rostro y él tratando de no pensar en porque no sintió nada.























OK PERO TAEKOOK EN LAS VEGAS!!!!

Estudiante de intercambio-- Kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora