DOS

790 73 12
                                    






— Como odio a los idiotas como él — Declaró viéndolo alejarse con su amigo, se veía igual de corrompido que él.

Tomó sus maletas y subió las escaleras, notando un gato. No era fan de los gatos, prefería a los perros, y sin duda iba a ser un año largo.

Kim Taehyung, 16 años, de Busan, estudiante por arriba del promedio que había logrado adelantarse dos años y becado para una de las escuelas más caras de Seúl "Institución Educativa de Seúl 'Butter'", amante de las matemáticas, ateo agnóstico y hetero.
Todo lo que necesitan saber de Taehyung.

Bueno, decir que era hetero era quizá una de las tantas cosas que se le había asignado y que nunca se decidió por cuestionar, como cuando le señalaban que era callado o inteligente, nunca intentó cambiarlo porque todos le dijeron que era aquello, y terminó siéndolo.

Le parecía sencillo vivir, estudiar, trabajar y morir, era lo que debían hacer todos y estaba bien con ello.

Subió las escaleras con ambas pesadas maletas en cada mano, era notorio que no era atlético, se detenía cada dos escalones porque no podía más.

Era una casa grande, muchas escaleras, un hijo emo mimado, pero por alguna razón solo había tres habitaciones. No sabía el motivo, pero seguro la madre no lo vió necesario.

Pensaba en el chico que lo recibió, lo analizaba, era obvio que no se llevarían bien, se veía como un matón popular con padres ricos que en lo único que pensaba era como aspirar polvo por la nariz, tenía la vida resuelta, una matrícula pagada en un colegio de prodigios, dinero de ambos padres y ninguna preocupación.

Todo lo que odiaba y quería ser.

Terminó de subir las escaleras 15 minutos después para darse cuenta que la primera habitación era una puerta pequeña y al abrirla se encontró con que estaba llena de trapeadores, escobas, bicicletas viejas y demás chatarras que no dejaban espacio ni para una caja más.

— Esa escoria — Insultó adentrándose a la segunda habitación, la cuál estaba a varios metros después.

Era todo blanco, una cama matrimonial, un closet gigante y un ventanal de madera, a juzgar por la decoración sostuvo que era la habitación de la madre.
Varios metros frente a aquella puerta encontró la última habitación, y por el simple juzgar de la entrada, supo que era del chico.

Una puerta mal pintada de negro con letras blancas en fuente agresiva que decían "¡GET OUT!", tenía algunas marcas de cuchillos impregnados en la madera, abrió aquella y se encontró con un vómito negro de habitación.

Las paredes eran negras y estaban a más no poder de posters, varias guitarras arrimadas a las esquinas, una cama mal hecha con montones de ropa negra encima, un armario abierto lleno de cadenas y arneses del mismo color, botas monstruosas por todo el piso, una figura de baphomet y una ventana casi invisible por tantos papeles, el escritorio tenía ¿polvo?, y demasiadas latas de bebidas energéticas, dos libros abiertos y frascos de pintura.
Y sorprendentemente al otro lado del cuarto, una cama simple con sabanas blancas y una mesa con cajones a lado que parecía totalmente desocupada.

El cuarto era demasiado grande a decir verdad, a pesar de todo el desastre, había un gran espacio que dividía ambas partes.

Supuso que debía instalarse allí, pero no se iba a tomar ese atrevimiento. Entonces salió de la habitación con sus maletas y se sentó en uno de los sillones redondos del pasillo para sacar un libro de su bolso de mano y empezar a leer la Odisea nuevamente.





...






— ¡Y MURMURÓ QUE ERA EMO! Ese idiota no sabe nada del Grunge — Quizá estaba un poco frustrado.

— Ay Jungkook, ya vas a empezar con que el grunge, el emo, el gótico, ¡Chico a nadie le importa! No es necesario etiquetarte para vivir — Min Yoongi, 20 años y ¿novio? de Jimin, bueno, ni ellos mismos sabían.

— Cállate pansexual, hombre, vegano, animalista y pedazo de bobo — El rubio de ropa holgada se frotó las sienes.

— Tu eres lo último — Rió Jimin mientras se sentaba sobre Yoongi.

Los tres chicos estaban en la pista de Skates, bueno, de drogos como les decían los testigos.
Era un parque amplio cercano al bosque, donde habían 2 piscinas municipales abandonadas que los fans de andar sobre ruedas frecuentaban y donde Jeon Jungkook hizo dos amigos.

— Yoongi, haz un truco — Le pidió Jimin mirándolo con fascinación, el nombrado sonrió de lado mientras que Jungkook rodaba los ojos.

El rubio se levantó de la acera y empezó a andar en su skate.

— Jimin, si quieres que Yoongi te la meta no tienes que portarte como tonto con él — Empezó a reír, se notaba como le empezaba a hacer efecto el estupefaciente.

— ¡Cállate Jungkook, mocoso vírgen! — Se sonrojó mientras evitaba un poco las miradas que le daba Yoongi.

Estudiante de intercambio-- Kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora