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Kim Taehyung se considera una persona pacífica, lo ha sido siempre. Pero, en ese momento, no puede pensar en nada que no sea levantarse del escritorio, entrar en casa de su vecino y hacerle tragarse el puñetero altavoz que está truncando su intento de centrarse en sus apuntes al reproducir a todo volumen canciones de distintos grupos de rock a los que Kim está empezando a odiar de tanto escuchar.

Para poder entender a la perfección el odio que siente Taehyung por el chico que vive en la puerta de enfrente, debes remontarte a dos años atrás, cuando el peliazul llegó por primera vez desde Daegu a aquella residencia de estudiantes en Seúl.

Kim no es una persona conflictiva ni nada por el estilo, es el pelinegro el que parece tener una extraña fijación por hacer de su vida un infierno. El chico es un grano en el culo; siempre tratando de joderlo de cualquier manera.

Si no era la música Jungkook tocaba la guitarra, y si no era la guitarra era algún acompañante de Jungkook causándole a Taehyung unas imágenes mentales que no quiere recordar.

Sin duda, la etapa de exámenes es la peor, ya que Jungkook parece aprovechar la situación para volverse cien veces más molesto. Taehyung tiene en dos días un examen importante, y Jungkook no va a joderle la beca por su estúpida obsesión con molestarle.

Después de dos años haciéndole la vida imposible, Kim ha decidido que es suficiente. Jungkook va a dejar de tomarle el pelo en ese preciso momento.

El peliazul se levanta del escritorio con rabia, caminando hacia la puerta del departamento y saliendo de este. Cuando llega a la puerta del pelinegro no vacila a la hora de apretar el timbre con fuerza, asegurándose de no despegar el dedo del botón hasta que el chico le abra la puerta.

A Kim está empezando a acabásele la paciencia cuando Jungkook aparece al otro lado del umbral de la puerta, vestido completamente de negro, con el cabello azabache cayéndole despreocupado sobre los ojos. Sus orbes lo observan burlones, como si esperasen con ansia su visita.

"Taehyung." empieza "¡Qué agradable sorpresa!" exclama con burla, viendo como el peliazul aprieta la mandíbula con furia. Jungkook sonríe con orgullo ante el gesto, como si el enfado de Taehyung fuese algo extremadamente satisfactorio para él.

"Que te jodan." escupe el menor sin reparo, sin despegar sus orbes de los contrarios. Jungkook no vacila ante su mirada, manteniéndose sereno e impasible frente a él "Baja la música o te juro que te parto la cabeza con el altavoz." amenaza, y Jeon solo sonríe más amplio, dejando ver su pulcra dentadura en el gesto. Taehyung tiene genio, nadie puede negarlo, pero para Jungkook es tan amenazante como un pequeño bebé.

"¿Crees que esa es manera de pedirle algo a tu vecino favorito, precioso?" cuestiona, en un falso puchero que hace rodar los ojos a Kim. Tras la segunda vez que Taehyung tocó a la puerta del pelinegro para pedirle amablemente que se fuese a tomar por culo, Jungkook ha estado usando todo tipo de apodos con él. Kim supone que es su forma de burlarse de él, así que ni siquiera parpadea ante el sobrenombre "Deberías ser un poco más amable." sugiere el mayor, echándose hacia delante con las manos en los bolsillos de su vaquero negro rasgado.

Taehyung puede sentir su perfume enredarse en sus fosas nasales por la cercanía, notando la intención del pelinegro de ponerlo nervioso.

Jeon tiene un aura misteriosa e intimidante, uno de esos chicos de los que es imposible apartar la mirada a causa de la curiosidad, pero Kim hace tiempo que ha parado de dejarse llevar por su aspecto demandante.

"Baja la música." repite de nuevo, imitando la acción del mayor de balancearse hacia delante. El peliazul está dispuesto a jugar a su juego si eso es lo que el pelinegro quiere.

neighbours [kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora