Taehyung se mudó a Seúl en busca de paz y tranquilidad. Escapando de un pasado que lo atormentaba cada vez que cerraba los ojos. Partió de su ciudad natal con la esperanza de pasar desapercibido para el resto, y poder vivir su etapa universitaria sin tener que preocuparse por nada que no fuesen sus estudios.
Y entonces, como si el universo disfrutase enormemente de truncar sus planes, Jeon Jungkook apareció en su vida para joderlo todo. Desde que lo vio por primera vez, Taehyung supo que el azabache no le traería nada bueno.
Durante su primer año en la capital, Taehyung ya estaba tan cansado de él que llegar a casa era la peor parte de su día. Tener que soportar a Jungkook era la peor de las torturas. Siempre haciéndolo rabiar, siempre haciendo cualquier cosa en su poder para que el peliazul estuviese a punto de tirarse de los pelos cada vez que se cruzaban.
A Jungkook siempre le ha gustado la atención. O al menos desde que conoció a Taehyung. Le gusta la suya, concretamente. Le gusta como el peliazul frunce el ceño cuando lo ve de lejos, como lo mira con odio pero, aún así, sus mejillas siempre se colorean cuando lo tiene delante.
Taehyung y Jungkook jamás conseguirían llevarse bien. Es completamente imposible. Ambos son conscientes de ello. Aún así, aunque no sean capaces de pasar más de cinco minutos sin pelearse, el destino parece empeñarse en mantenerlos unidos.
Taehyung intentó cortar esa especie de lazo que los ataba poco después de llegar a la residencia. Intentó por todos los medios conseguir otro apartamento, el más alejado de Jungkook como fuera posible.
Estuvo a punto de conseguirlo en el segundo intento, pero el destino pareció decidir que aún no se había divertido suficiente, arrancándole de las manos la posibilidad de no tener que cruzarse a Jeon cada vez que entraba o salía de casa.
Para Jungkook, Seúl supuso una nueva etapa. Un escape a la realidad. En Seúl podía empezar de cero. Cambiar completamente. Dejar a ese viejo Jungkook atrás. Aquel que tanto daño le había causado. En Seúl la gente le deseaba. Se giraban cuando pasaba y le miraban como si fuese una estrella.
Excepto Taehyung. El chico bonito que vivía en la puerta de enfrente era todo lo opuesto al resto. Parecía detestarlo, y quizá Jungkook se lo había ganado. Pero aún así, el pelinegro también había conseguido ver a Kim en su cama, suspirando bajo su cuerpo, y eso definitivamente se sentía como un gran logro. Ver a Taehyung así hacía que le diese vueltas la cabeza ante el simple pensamiento de ser tan afortunado como para haber compartido algo así con él.
En los dos años que han pasado viviendo puerta con puerta, Jungkook se ha preguntado a sí mismo infinidad de veces por qué nunca ha visto entrar a ningún chico. Es decir, ha visto entrar a chicos, pero no en ese sentido. Taehyung es atractivo, y francamente un espectáculo en la cama, y el azabache no es capaz de entender cómo la gente no hace cola en su puerta para rogar por su atención.
"¿Me estás diciendo que le dijiste a Jungkook que no ibas a volver a acostarte con él?" Jimin observa al peliazul con incredulidad, mientras este asiente. Park parece a punto de tirarse de los pelos "¿Pero tú estás tonto?" sus ojos se amplían de forma cómica, y Taehyung rueda los suyos con cansancio.
"No quiero acostarme con él." le asegura, aunque no suena tan seguro de sus palabras como debería.
Jimin suelta una carcajada frente a él, apartándose el pelo rubio de la frente "Claro campeón, ¿Cómo vas a querer acostarte con el primer tío que realmente te ofrece una vida sexual satisfactoria? Mejor sigue así, llevando la vida de una monja de clausura." le da una palmada en el hombro con ironía, y Kim bufa con las mejillas coloradas.
"Si estás resentido porque a ti nadie te ofrece sexo no lo pagues conmigo." rueda los ojos mientras se cruza de brazos, y Jimin se carcajea de nuevo.
Taehyung trata de buscar la parte cómica de la situación, pero no parece realmente encontrarla.
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neighbours [kooktae]
FanfictionJungkook es el humano más insufrible con el que Taehyung se ha topado nunca. En los dos años que llevan viviendo puerta con puerta, Kim ha aprendido que el chico de enfrente es un completo imbécil que no merece ni una pizca de su atención. Pero Jun...