neighbours [kooktae]

13

Taehyung y Jungkook estudian carreras diferentes. Ni siquiera tienen clases en común. Y, aún así, el azabache siempre consigue hacer que se encuentren. En los pasillos, en la cafetería, en las escaleras de la entrada e incluso en los jardines que hay en la parte trasera de la universidad. Jungkook siempre parece dispuesto a que sus caminos se crucen. 

Cuando el peliazul recalca este dato, bromeando con el pelinegro sobre cómo este no puede vivir sin molestarlo al menos media hora diaria, Jungkook responde con un alegre "El destino nos une, Kim." mientras se encoge de hombros con los ojos brillantes. Jungkook es increíblemente atractivo, incluso cuando ni siquiera se esfuerza en ello.

Taehyung se carcajea, porque él no cree que Jungkook forme parte de su destino. Ni siquiera cree tener uno escrito, en realidad. Que su destino haya sido desperdiciar su adolescencia por culpa de un gilipollas es bastante deprimente, así que Taehyung prefiere pensar en que no existe. O, al menos, que el suyo no ha sido escrito todavía. Quizá sea él el único con derecho a escribirlo. Si, eso suena como una buena filosofía de vida.

"Oh, vamos. No seas exagerado." el peliazul rueda los ojos con diversión mientras Jimin le acusa de ligar con todos los chicos guapos de la universidad "Yoongi y yo nos encontramos casualmente. Sabes que no es mi tipo. Y mucho menos si tú tienes el mínimo interés en él." Taehyung sabe que su amigo está bromeando, pero siente que recalcar la última parte nunca está de más. Le gusta asegurarse de que Jimin es completamente consciente de que jamás se entrometería en su felicidad.

"Mas te vale." Jimin refunfuña mientras le otorga una falsa mirada asesina, y el peliazul le revuelve el cabello rubio con burla.

"Yo solo ligo con un chico guapo, y tú ya sabes quien es." Kim le guiña un ojo con burla, refiriéndose claramente a él. Jimin le dedica una última mirada cargada de diversión.

"Oww... Me has llamado guapo..." la voz de Jungkook suena a sus espaldas, y el peliazul se gira para encararle, viendo la enorme sonrisa del azabache ¿De dónde cojones ha salido? ¿Es que acaso nunca tiene nada que hacer? "Es todo un halago viniendo de ti, precioso." le asegura, y Taehyung suelta una risa malévola, ni siquiera esforzándose el reprimirla.

"Una pena que no hablase de ti." el peliazul se encoge de hombros con falsa inocencia, viendo a Jungkook empujarse el interior de la mejilla con la lengua, en un gesto que hace que los contornos de su mandíbula se vuelvan más afilados. Taehyung traga saliva.

"¿Con quién estás ligando a mis espaldas, precioso?" pregunta el pelinegro cruzándose de hombros, haciendo que su camiseta negra haga resaltar los músculos de sus brazos en el gesto. Taehyung trata de no prestar demasiada atención a ese detalle. Los músculos fuertes y elegantes del azabache son sin duda algo por lo que babea sin avergonzarse.

"¿Estás celoso, guapetón?" el peliazul se relame los labios con una sonrisa, haciendo que Jungkook desvíe sus ojos al gesto. Taehyung es consciente de que, si estuviesen solos y en un lugar privado, ya se habría lanzado sobre el azabache.

"Me estás rompiendo el corazón, precioso." Jungkook susurra, y su perfume se enreda en las fosas nasales del peliazul. El peliazul se pregunta cómo es posible que tenga un olor tan característico y a la vez común.

Hay algo que Taehyung no soporta, y es lo bonitos que son los labios de Jungkook. La forma en que se pasa la lengua sobre estos cuando están tan cerca como en ese instante; cómo su labio inferior sobresale suavemente, haciendo que Taehyung quiera mordiquearlo; y el lunar que tiene justo debajo. 

Oh, ese lunar. Taehyung quiere besarlo todo el tiempo. Besarlo con tanta intensidad que sus labios se desgasten, y su piel quede impregnada de sus besos.