Capítulo 5

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.:: The Sweetest Thing ::.

#5

Me duele la cabeza como no tienen idea. Ni el café ha podido esta vez aliviar mi fastidio.

Cuando ingresé a mi oficina, la subgerente de la compañía me esperaba para solicitarme, como jefe de área, un avance al cuarenta por ciento del proyecto CIAN, un Eco-lodge en el corazón de la reserva nacional de Yokohama. El complejo hotelero tiene un plan de ahorro energético interesante y novedoso y desde el día en que nos encargaron realizar los planos, sabíamos que para la fecha tendríamos un avance del treinta por ciento, ¡no cuarenta!

Sin embargo, los ingresos económicos que se obtendrán de CIAN superarán con creces al proyecto de Kirome y eso era lo que movilizaba los intereses de la empresa y fueron las palabras que la subgerente utilizó cuándo nos amenazó si no teníamos un avance para mañana en la mañana.

Guardé todo mi fastidio y me vi en la obligación de delegar responsabilidades a la practicante-tesista, con quien me siento doblemente amenazado cada vez que hace su aparición por la oficina. De por sí ya es frustrante saber que los lunes, jueves y viernes la tengo revoloteando por aquí, con su cara de corderito y su estúpida Tablet, para que encima tenga que vivir precavido y alerta de que cometa alguna otra trastada con mis materiales.

Resoplo.

¿Por qué serán así los millennials?

Confieso que no tengo fe en ella, pero tuve que hacerlo. Me hubieran visto, parado a su costado, observando atónito su atuendo del día, un pañuelo turquesa en el cuello y una vincha del mismo color, y dándole una pequeña tarea: arreglar mi presentación en Power Point. No es nada del otro mundo, sólo agregar una ficha técnica del proyecto en cuestión y añadir mi firma y sello personal en formato PNG en cada uno de los planos. Algo sencillo que hasta un niño de primaria puede hacerlo.

«—No deberías ser tan reticente con ella, Li, es sólo una estudiante universitaria».

Me había dicho Yamazaki mientras calentábamos un par de sándwich en el microondas. Eran más de las diez de la noche y no habíamos tenido descanso en todo el día.

«—Además, mira lo que hizo Miguel Ángel. No repitas lo mismo».

Niego recordándolo. Miguel Ángel Buonarotti siempre trabajó solo, no educó discípulos ni les traspasó luego sus encargos, como otros pintores del renacimiento que sí lo hicieron; pero la neófita no es aprendiz de arte ni de las manualidades, anda siempre con su famosa Tablet, ¿para qué enseñarle lo que no obviamente no quiere? ¿Y por qué me compara con Miguel Ángel? Demonios.

Es la medianoche y antes de apagar mi computadora, tomo la decisión de revisar el Power Point. Felizmente, la niña no ha cambiado los colores ni la tipografía. ¡Genial! Quizá haya una luz de esperanza en ella, sin embargo...cuando llego a la última diapositiva, derramo todo el café por la nariz. ¡¿Qué es ESTO?!

Me quedo estático. No lo van a creer, pero ¡ha colocado un dibujo! Sí, es un dibujo de un sujeto vestido con casco y portaplanos: la caricatura de un arquitecto, y encima está sonriendo ¿por qué está sonriendo? Y al final, casi al pie de página, un cartel con la palabra «gracias» ¡en lettering!

¿Pero qué carajos? ¡No, otra vez!

¿Cómo se le ocurre que pondré eso al final de la presentación?

Definitivamente, esta alumna es retardada.


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Notas:¡Gracias chic@s por sus favoritos, comentarios y agregados! 😊💚 Durante la mañana y tarde subiré dos capítulos más (ando del celular u

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Notas:
¡Gracias chic@s por sus favoritos, comentarios y agregados! 😊💚 Durante la mañana y tarde subiré dos capítulos más (ando del celular u.u). ¡Son lo máximo!
Besos, Lu.

P.D. Sé que quieren pegar a Shaoran, pero calma... ya verán 😌😌

The Sweetest Thing | Sakura y Shaoran |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora