.:: The Sweetest Thing ::.
#20
•—¡Buenos días!
Sujeto con firmeza el pincel y trato de no dejarlo caer al escuchar su voz.
Está feliz a pesar de llegar tarde y quiero saber porqué. Realmente quiero saber varias cosas de ella, pero tengo prisa en terminar los bosquejos del Eco-Lodge. Gracias a que Mei-Ling quiso realizar «su despedida» de Tokio, la cual durará tres meses porque estoy seguro que regresará pasado el invierno, no pude avanzar nada. Nos llevó a rastras a un bar ubicado en el piso 52 del hotel Andaz en Minato cuya referencia la había obtenido de un «Blog». ¿Qué demonios es eso? Jamás confío en esas páginas amateurs, pero esta vez, sí se lució. Me gustó el ambiente.
—Buen día, señorita Kinomoto —le dice Kyo, el diseñador gráfico.
—Buenos días —respondo, tratando de concentrarme otra vez en el dibujo. Los Radiohead sonando en mis audífonos.
¿Qué sería de la inspiración sin música?
Doy un par de trazos más con la acuarela marrón, esto le da forma y profundidad al bosque natural que envuelve el Lodge cuando de pronto un sonido molestoso empieza a retumbar cerca de mí. Es una música rara, infantil con una letra estúpida, creo que es coreana.
—Ehhh...
Miro de soslayo. La neófita está parada a mi costado con los audífonos colgando de su cuello.
—Este...
—Sólo dilo.
Siento que retiene el aire. Su aroma se profundiza en mis fosas nasales cuando suelta todo de un golpe:
—L-le he traído e-estos muffins de vainilla rellenos de chocolate.
Ahora sí dejo caer el pincel y enfoco mi vista en ella con una rapidez que ni yo mismo me lo creo. Mi rostro se habrá contraído tanto o habré hecho una mueca atroz porque la niña me mira asustada.
No digo nada.
Ella suspira.
—¿Co... por qué..?
—A-ayer fue el cumpleaños de mi abuelito e hice esto para homenajearlo. Sé que a usted no le gusta la menta... —Me entrega una cajita azul, pintoresca, con las mejillas sonrosadas—. Además, horneé algunas galletas adicionales para compartir aquí en la oficina.
Del bolsillo de su polera hoodie saca una pequeña bolsa transparente envuelta con un lazo azul. Son galletas en forma de osito. ¿Ositos?
—¿Tú hiciste todo esto?
Ella asiente. La miro extrañado con una emoción con la que no estoy familiarizado, que no reconozco. Estoy incrédulo, observando como idiota los dulces que ella ha traído. Nadie, pero nadie nunca antes había hecho eso por mí. Le agradezco y empiezo a comer el muffin. ¡Esto sí que vale la pena! No es el estúpido chocolate con menta.
—¿Le agrada, arquitecto Li?
—Dime Syaoran. —Ella sonríe con timidez. No lo hace, no me llama por mi nombre—. Y sí, me gustan.
—¡Me alegra muchísimo! ¡Sugoi! —salta en su sitio, haciéndome toser. «¿Sugoi?», esto no es kindergarten.
Con paso danzante se retira hasta el cubículo de Kyo a quien le da otra bolsita de galletas. Quiero creer que su bolsa es más pequeña que la mía y que sólo contiene la mitad de las galletas de osito que yo tengo.
Oh Dios. Lo que me hace decir el chocolate.
.
.
Notas:
Creo que la conversación con Meiling tiene mucho que ver 🤣😊 ¿o que piensan ustedes?
Algo dulce tenía que llegar a la vida de nuestro gruñón, ¿no les parece?Besos, Lu.
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The Sweetest Thing | Sakura y Shaoran |
FanficSyaoran Li es un excelente arquitecto, que trabaja para una de las constructoras más exitosas y reconocidas de todo Japón. Es un hombre serio, muy arraigado a sus costumbres y con una vida perfectamente estructurada que un día da un giro total cuand...