Capítulo 32 - (Editado)

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.:: The Sweetest Thing ::.

#32

—¡Te ves increíble! —exclama el recién llegado abrazando a Sakura—. Me disculparán señores, pero me llevaré a esta linda señorita —nos informa muy vivaz sin dejar de mirarla. Su actitud, tan despreocupada y serena, pero más que atenta con Sakura, me deja perplejo. ¿Cómo es posible? ¿En qué momento sucedió?

Oh. Aguarden.

El tipo pestañea un par de veces y me mira dubitativo, incluso noto en sus ojos grises una ligera extrañeza, como si recién me hubiera notado. Bueno, no es que nunca me haya visto antes, pero son contadas las ocasiones en las que hemos coincidido.

—¡¿Shaoran?! —pregunta, de muy buen humor, todo lo contrario a mí—. ¡Qué gusto verte!

Gruño como respuesta, estrechando su mano. Sakura me mira consternada.

—Vamos, Cerecito. —Entorno los ojos a tal palabra mientras observo cómo él posa su mano en la delicada cintura femenina—. Cuídate, Li.

¡Qué diablos!

—¿Quién es? —quiere saber Yamazaki mirando por encima de mi hombro—. Se ve que son muy amigos.

Inhalo y exhalo, estático, atando cabos. Es mucha información en tan poco tiempo. Que él estuviera acá hoy era muy probable, pero... ¿que sea tan cercano a Sakura? ¿Cómo no lo pensé antes? Takayama es amigo de sus padres. Es lógico... Sólo que jamás pensé... que él y ella... Demonios.

—¿Quién es, Li? —insiste.

—Kenji Takayama —respondo con una gran desazón.

—Oh mierda. —Me da una palmada en la espalda.

«Sí, amigo, esto es una mierda.»

Los veo caminar hacia el lado opuesto, ella con una sonrisa genuina y él, muy risueño, con gran gallardía, con las ventajas de ser hijo del dueño de la compañía. Al cabo de unos segundos, saludan a los Kobashibawa, sonríen a los Yamamoto y conversan animadamente con el resto de clientes. El ingeniero Chang, principal ejecutor de la Smart City, se une a la plática y les dirige una atención especial, se nota que hace una deferencia con ellos. Es obvio, está frente al hijo del dueño del emporio arquitectónico mas grande de Tokio; pero, ¿Sakura? ¿Cómo ingresa ella a la ecuación? ¿La estará presentando como su novia? No lo descarto... hay mucha familiaridad entre ellos.

De pronto, mis ojos se abren cuando noto que Kenji lleva su mano al rostro de ella y le aparta un mechón de su cabello. Se le queda mirando. Conozco esa mirada...

—Mierda —gruño al tanto que algo cruje entre mis dedos y noto que he partido en dos los bastoncillos de caramelo que estaban decorando los centros de mesa.

—A eso le llamo celos, amigo.

—¡¿Qué?! ¿Estás loco? —Él sonríe, yo me ofusco—: Es mi practicante y no quiero que nadie se sobrepase. ¡Ya todos en la empresa hablan de ella! ¿En dónde queda nuestra imagen? —sostengo, tratando de parecer creíble—. Es una niña, Takashi.

—Li —dice con voz severa—. Ella es todo menos una niña. ¡Solo mírala!

Como un ingenuo, la busco entre la multitud y la encuentro, otra vez sonriendo. ¿Alguna vez me habrá sonreído así? Deslizo mi vista por toda su figura y quedo prendido de su belleza natural, ¡mil demonios! ¿Por qué tuve que hacer caso a Yamazaki?

Sacudo ni cabeza.

—Jódete, ¿sí? —Logro decir. En vez que me ponga mala cara, Yamazaki me sonríe como un idiota, como un idiota bullicioso y exagerado. Se la está pasando en grande, es más, se sirve una variedad de maki sushis y sachimis en un platillo.

The Sweetest Thing | Sakura y Shaoran |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora