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¿Un beso?
—¿Puedo pasar?— pregunto Xiao asomando su cabeza por la puerta de Yibo— ¿Sabes que traje?
Entro a la habitación, con los zapatos mojado y con una bolsa de comida casera.
—¿Que es?— se acercó y miro lo que tenía en sus manos.
—La... Cocine ayer por la noche— le dió el toper y un par de palillos.
—¿Tu cocinas?— rio bajo— Gracias...
Camino con el toper en sus manos y se sentó en su cama, lo abrió comenzando a disfrutar del sabor del kimchi casero.
—De echo, me gusta como cocinas— miro la comida y se otro bocado — es rica tu comida
—Come— sonrío— iré por tu medicamento y por papeles tuyo, prefiero ordenarlos contigo— sonrío mientras salía de su habitación u se dirigía por lo que había dicho, mientras que al otro chico se le dibujaba una sonrisa, antes no le habían cocinado nada, o no había escondido comida para dársela, o no se habían desvelado por el.
Terminando la comida, dejo la bolsa del doctor Xiao sobre el sofá y miro los papeles.
—¿Quien es... Yeosang?— pregunto mirando su página.
— Es uno de mis pacientes, está aquí hace poco y su familia ah pedido que sea despojado de aquí,así que sis su familia y el quiere eso, se hará eso— firmo los documentos afirmando que aprobaba la salida del chico —.
—¿Y... Cómo es el?— dijo de mirarla para después verlo a los ojos a el, no por nada de celos, solo quería saber cómo era con sus demás pacientes.
— Es tierno, adorable, y muy amable— sonrío, mientras el otro chico se cruzaba de brazos.
—¿Ah sí? ¿Y por qué estaba aquí?, Creo que tus ojos lo vieron perfecto— reprochó mirando a su Doctor.
— Tenía... Depresión... Aún no era nada avanzado, pero se irán a Corea así que supongo que por eso se irán— miro al chico con ojos gatunos con una sonrisa.
Sus mejillas, y sus labios fruncidos eran algo muy tierno, y eso le daba tentación a apretarlos.
Dejo los papeles y llevo sus manos a las mejillas de Yibo, mientras las jalaba.
—.Eres muy tierno— sonrío — pareces un gatito muy tierno.
Un calor invadió las mejillas de Yibo, tratando de alejar las manos de Zhan, pero le resultaba inútil, su fuerza había desaparecido... Oh era que tal vez jamás había existido.
— No soy un gato, cállate.
— Ante mis ojos si, acéptalo— apretó sus mejillas
—Ok, ok ante tus ojos lo soy, duele~
Sus mejillas aún seguían siendo sostenidas por Zhan, un contacto visual entre ambos puso el ambiente un poco incómodo, mientras apartaba las manos del más bajo.
— Lo siento, pero eres irresistible.
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