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Admitamos algo, la comida de aquel restaurante era deliciosa aparte el servicio era muy bueno, chicas y chicos jóvenes tratando de ganarse dinero como fuera posible dando si una buena vista al restaurante.
—¿Por qué lo comes?— pregunto Zhan mirando a Xing Fei.
—No tengo apetito— Hizo una mueca — pero... — sonrío mirando a los dos chicos— haré el esfuerzo.
—¿Porque venían a comer ustedes dos solos?— pregunto de repente el más pálido mientras miraba su carne.
—Nosotros dos solos...— pensó unos segundos— no creo que seamos los dos solos, entonces, ¿Tu no cuentas lindo?
¿Lindo? ¿Acaso le dijo lindo?, Las mejillas de Yibo se sonrojaron inmediatamente tratando de quitarle la mirada a la carne.
—Oh no, íbamos a venir con una de sus compañeras de su ex trabajo pero después ya no pudo, y no queríamos salir los dos solos así que el pensó en tu y pensamos que sería buena idea— intervino Xing Fei.
—Ya veo..— murmuró.
Los tres acabaron pero uno de ellos te iba que volver a trabajar, enseñarle música a unos kilos pequeños era algo que le había comenzado a llamar la atención a Yibo.
—Me voy primero— hablo la chica mientras de levantaba de la mesa satisfecha .por la comida— Tengo que recoger un pastel y todo eso— rio bajo— me dió mucho gusto conocerte — hizo una inclinación hacia Yibo mientras sonreía — espero volver a comer con ustedes... Nos vemos mañana Xiao.
—¿Cuál era su nombre?— pregunto Yibo viéndola partir.
—Xing Fei, tiene pareja — prosiguió Xiao mientras dejaba el dinero en una charola dónde se ponía la propina.
—Que bueno, no me gustaría ver a alguien soltero a tu lado— se levantó de l silla y espero a Xiao— tengo que volver al trabajo.
—Si, claro, te acompaño— se levantó rápidamente y salieron del restaurante caminando a pasos lentos— ¿Entonces no te gusta verme con Lu?
—¿Lu?, Al principio no— aclaro sus garganta — pero es completamente indefensa así que no no me molesta verte con ella.
Una risita se escuchó a lado de Yibo proviniente Zhan, se apresuró a tomar la mano más bajo, sentir su suave piel contra la suya era algo muy dulce y sin duda podía acostumbrarse a eso.
—¿Paso por ti más tarde, de acuerdo? — dijo al mismo momento que lo soltaba para dejarlo ir a su trabajo.
—De acuerdo— sonrío para después desaparecer entre la gente.
Jamás había imaginado que hubiera pasado esto, solo había entrado a trabajar a ese hospital por casualidad, pero sin duda las casualidades son las mejores.
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