Capítulo uno

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Siempre se veía al rubio rondar por la casa desde las cuatro de la mañana, se duchaba, hidrataba su piel, mantenía una estricta rutina para cuidar su rostro y su cabello. Se detuvo frente al espejo tomando la piedra de jade que estaba sobre el lavabo y empezó a pasarla sobre su piel, sintió un escalofrío ante la diferencia de temperaturas, la dejó de nuevo en su lugar para tomar la secadora de cabello y encenderla, justo en ese momento su hermana apareció en la puerta haciendo una mueca.

—. ¿Sabes? Me preocupa que lleves la misma rutina desde hace dos años. — Confesó la chica de cabellos castaños apoyándose en el marco de la puerta.

—. Que a ti no te guste arreglarte no es mi culpa. — Le sacó la lengua de forma infantil mientras quitaba las mascarillas para las ojeras y limpiaba su rostro con una toalla suave.

—. Te arreglas más que tu novia, eso ya es intenso. — El ojiazul le lanzó una mala mirada antes de salir del baño, le dejó el paso a la menor yéndose hacia su habitación. —. Por cierto, hoy irás a conocer a tu suegro, ¿Verdad?

—. Ay, ¡Ya cállate! — Gritó desde el pasillo, al estar dentro de su cuarto fue hacia su armario, sacó un par de prendas dejándolas sobre el colchón.

Su habitación no era tan grande, tenía su cama al lado de la ventana, frente a esta estaba su armario junto a su escritorio y de una de las paredes colgaban dos guitarras con las que solía practicar. Empezó a vestirse con una camisa celeste, un pantalón de mezclilla, se colocó un cardigan de un celeste más claro por encima, su cinturón blanco y unas botas del mismo color, ambos de cuero sintético.

Fue hacia el espejo de la habitación, acomodó todo con ambas manos antes de tomar su mochila del escritorio, sacó su celular de la mesa de noche notando que ya era hora de irse, entraba a clase a las siete y treinta, eran las seis. Su mejor amigo, y hermano de su novia, ya llegaría a buscarlo.

Bajó las escaleras al primer piso justo cuando sonó el timbre, se encaminó a la puerta tan contento como siempre y abrió la misma encontrándose con un chico de cabellos azabaches claramente teñidos. Todas sus prendas eran negras, camisa, chaqueta, pantalón, botas y el gorro que llevaba también.

Su nombre era Jeffrey, le decían Izzy, era el mellizo de Courtney, su novia. No se parecían en nada, pero vaya que tenían reacciones como si fueran gemelos espejo, los conocía de la universidad, resulta que tenían la misma edad pero la chica llevaba una carrera totalmente distinta a la de ellos, por eso se veían solo en sus tiempos libres.

—. ¿Estás listo para ir a comer con nosotros esta tarde? — Se burló el pelinegro empezando a caminar en dirección a la parada de autobuses, a su lado iba el rubio acomodando su cabello.

—. Eso creo, ¿Qué tan malo es tu padre? — Terminó de peinarse deteniendo su caminar junto a su amigo.

—. Pues no estaba tan contento con la idea de que Courtney tenga novio, pero ya veremos. Tú no te agüites... Todavía.

Ambos amigos salieron de su clase al mismo tiempo, vaya día más estresante entre actividades dentro de clase como los proyectos que harían fuera, también les advirtieron que debían ir empezando con su servicio social para poder graduarse, no sabía donde podía hacerlo si estaban estudiando Letras.

Se encaminaron a la salida del lugar, en la puerta les esperaba Courtney para ir hacia la casa de los mellizos, al estar cerca la rubia se lanzó a abrazar al ojiazul con fuerza dejando un beso en su mejilla, Kurt sonrió tomándola por la cintura para dejar un beso corto sobre sus labios.

—. Papá salió temprano del trabajo y creo que va a llevar a su nueva pareja, pero no estoy segura. — Comentó mientras iban los tres juntos hacia la parada de autobuses.

—. ¿Estaba saliendo con alguien? Creí que dijeron que había dejado de intentar. — Las risas del rubio se le contagiaron a los mellizos que negaron con su cabeza al mismo tiempo.

—. Eso nos hizo creer, estuvo saliendo con una mujer hace poco... Agh, es que literalmente mi papá es un imán de mujeres y hombres, en verdad no sé qué le ven. — El azabache hizo una mueca de asco bastante graciosa, el transporte ya estaba frente a la parada y corrieron a subirse.

—. Quizás que tiene treinta y seis años y no lo parece, pero en general, creo que el hecho de que tenga dos hijos ya debería ser un espanta viejas. — Continuó la mayor de los mellizos encogiéndose de hombros con desinterés.

—. ¿Su papá sabe que hablan así de él? — Según las anécdotas, el progenitor de los mellizos era una persona difícil, algo agresivo y grosero, eso explicaba el carácter de sus hijos.

—. Me vale verga. — Escupió el de orbes hazel apoyando su cadera en el respaldo de un asiento, los dos rubios se quedaron en total silencio reteniendo sus carcajadas.

Pronto llegaron a su destino, bajaron del autobús justo frente a la vivienda de los hermanos, vivían en una zona decente en una casa de dos pisos con jardín delantero y patio trasero, cruzaron el primero para poder llegar a la puerta y que Izzy abriera con ayuda de sus llaves, se adentraron y la casa por dentro también era muy bonita.

las paredes eran grises, los sofás blancos con cojines negros, grises o cafés; la mesa de centro era de madera también blanca y tenía varios cuadros sobre la misma, al frente estaba el mueble con la televisión y con varios objetos al azar como el recipiente donde dejaban las llaves.

—. ¡Pá! ¡Ya llegamos! — Avisó el azabache cerrando la puerta tras ellos, no obtuvieron respuesta hasta que la puerta de la cocina se abrió de golpe sacándoles un susto.

—. ¿Tengo cara de que me importa?

໒❛ 𝐌𝐎𝐔𝐍𝐓 𝐄𝐕𝐄𝐑𝐄𝐒𝐓 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora