Capítulo cinco

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Amaba a sus padres pero odiaba que le dieran permiso para quedarse en casa de los Rose, metió en su mochila la mayor cantidad de productos que entraran junto con sus prendas, la cerró levantando la mirada hacia la puerta de la habitación donde se encontraba su hermana con una sonrisa divertida.

—. Van a pensar que eres un rarito, nadie usa tantas cosas para el rostro. — Dio un par de pasos dejándose caer sobre la cama de su hermano, el chico solo negó con su cabeza.

—. Ya cállate, ojete. Pinche vida culera, yo ni quiero ir. — Soltó una queja amarga echando su cabeza hacia atrás, justo tocaron el timbre y quiso acariciarse la frente con un ladrillo.

Tomó su chaqueta de mezclilla y la colocó sobre su camisa de un rosa pastel, un pantalón del mismo material y color que la chaqueta, sus botas blancas y su cinturón, eso era lo que vestía. Colgó la mochila sobre su hombro despidiéndose de su hermana, al llegar al primer piso se despidió de su madre que siempre tenía los viernes libres, la mujer solía pasar la tarde viendo telenovelas o yendo a comer con sus amigas.

—. Hijo, ¿Quién vino a buscarte? — Esperaba que Courtney, abrió la puerta mientras su madre iba detrás de él, grande fue su sorpresa al encontrarse con Axl Rose.

—. Señor Rose... Creí que Izzy y Courtney me vendrían a recoger. — Tuvo que evitar tutearlo frente a su madre, temas de respeto y confianza que su familia no sabía separar.

—. Surgió un asunto con su madre, los pasaremos a buscar a la casa de ella pero me pidieron que viniera por ti primero. — Explicó, vestía una camisa blanca y por encima una a cuadros de color rojo, azul y blanco, un jeans negro y unas timberlands. Estiró su mano hacia Wendy, la madre del rubio. —. Mucho gusto, soy William Bruce Rose, el padre de Izzy y Courtney.

—. Un gusto, soy Wendy Cobain. — Tomó la mano del pelirrojo con amabilidad, Kurt se le quedó viendo a su madre incluso cuando ésta alejó la mano, esos ojos... Izzy tenía razón cuando decía que su padre llamaba la atención de todo el mundo.

—. En fin, ya me voy, má. — Se apresuró a salir de ahí como alma que se lleva el diablo, por dos razones, lo primero para no ser cómplice de cuernos y la segunda porque de nuevo esa inseguridad respecto a su cuidado facial se hizo presente.

—. No se preocupe, Kurt está en... Buenas manos. — El pelirrojo se fue detrás del muchacho de cabellos dorados, la mujer solo asintió cerrando la puerta una vez ambos de cabellos claros llegaron a la acera. —. Falta un rato para que Erin suelte a los dos hijos de Lucifer, ¿Quieres esperarlos conmigo o te dejo en la casa?

—. Esperaré en la casa, no quiero molestar. — Axl arqueó una ceja sacando las llaves del auto, presionó un botón abriendo el maletero y le quitó la mochila al menor para ir a guardarla.

—. No molestas y no estorbas, sales con Courtney, ¿No? Estará feliz si la vas a buscar. — Kurt debió admitir que había olvidado a su novia en ese momento, ahora se sentía muy mala persona, el mayor se posicionó a su lado abriendo la puerta del copiloto.

—. No te preocupes, no te voy a robar nada. — Bromeó cruzando sus brazos, el colorín soltó una risita y llevó su mano a pellizcar la mejilla del contrario.

—. Eres un pastelito, no matarías ni a una mosca, de eso estoy seguro, sube. — Finalmente su índice y su pulgar sujetaron su mentón antes de soltarle y señalar el vehículo con su cabeza.

A Cobain se le resecó la garganta ante ese gesto, se subió al auto con rapidez colocándose el cinturón de seguridad, sintió unas náuseas terribles de los mismos nervios. Le gustaba esa atención, le gustaba que le pusiera nervioso, pero al mismo tiempo no sabía cómo responder y sus reacciones resultaban tímidas.

El ojiesmeralda se subió al auto, encendió el motor tomando el volante, salió de donde se encontraban estacionados hacia la calle que aún se encontraba muy poco transitada por los vehículos. Kurt movía sus manos con nerviosismo, el viaje fue de unos quince minutos hasta que se estacionaron frente a una casa pequeña, todo se mantenía silencioso, un tanto incómodo.

—. ¿Si eres así de callado? ¿O es que no te agrado? — Esa pregunta hizo que diera un respingo, en verdad si era una persona de pocas palabras.

—. Sí lo soy, nunca encuentro temas de conversación y, bueno... No lo sé, nadie me habla mucho. — Le restó interés encogiéndose de hombros, el pelirrojo ladeó su cabeza con curiosidad. Era probable que por su trabajo, el colorín estuviera acostumbrado a rodearse de personas conversadoras.

—. ¿Qué cosas te gustan, pastelito? — Kurt sintió sus mejillas arder ante el rubor, pero aún así mantuvo un gesto relajado, no quería ser tan obvio.

—. Amo leer, tocar la guitarra, dibujar... A veces también practico maquillaje artístico, aunque solo puedo usar el de mi hermana porque mis padres no me dejan comprarme maquillaje propio, aparte iba a buscar trabajo pero debo hacer mi servicio social, entonces no puedo. — Cuando se dio cuenta que había hablado mucho se quedó en silencio, apretó sus labios girando su rostro hacia el mayor.

—. Sí tienes de que hablar, solo que casi no lo haces. ¿Puedes mostrarme a alguno de tus dibujos? — Cobain metió su mano a su bolsillo para sacar su celular, se metió a la galería buscando las imágenes. —. ¿Qué estudias? ¿Lo mismo que la aceituna?

—. ¿Izzy? Eh, sí, también estudio Licenciatura en Letras. — Le pasó el aparato cuando encontró una de las tantos fotos que tenía de sus dibujos.

—. Podrías hacer el servicio social en mi editorial. — Empezó a revisar las imágenes que estaban en la pantalla, una sonrisa surco su rostro, el chico era muy talentoso.

—. ¿Eh? ¿Izzy también lo hará ahí? No creo que sea una buena idea... Y no sabía que tenías una editorial. — En realidad los hermanos casi nunca hablaban sobre su padre, a pesar que vivían con él, pero era obvio que lo sabía, por favor; el dueño del New York Times.

—. No, se lo prohibí, le dije que buscara de una forma que no pareciera nepotismo porque no quiero soportarlo ahora también en el trabajo, suficiente con lo que peleamos en la casa. — Le regresó el celular luego de haber visto unas cuantas fotos. —. Eres muy talentoso.

—. Gracias... Entonces, voy a preparar la carta y el plan de trabajo... Señor Rose. — Tomó de vuelta el aparato y lo guardó, Axl solo hizo un pequeño sonido de duda ante ese llamado. —. Digo, Axl, ¿No te llevas bien con tus hijos?

—. No del todo, Izz y Courtney casi que me odian, lo harían si no les pagara la universidad, les diera un techo e intentara llevarme bien con ellos. — Suspiró recostandose en su asiento, se le quedó viendo al menor antes de intentar decir algo.

Pero justo los mellizos llegaron al auto casi corriendo, ahora la curiosidad de porqué los hermanos fingían querer tanto a su progenitor se atoró en sus pensamientos.

໒❛ 𝐌𝐎𝐔𝐍𝐓 𝐄𝐕𝐄𝐑𝐄𝐒𝐓 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora