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Los ojos de Jaemin se oscurecieron al ver al demonio.

Lo odiaba.

Lo despreciaba.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —habló, su voz sonando tan profunda que podría hacer a una persona cualquiera temblar.

— ¿Por qué mataste a este hombre? —preguntó el demonio, con las manos en sus caderas.

El agarre de Jaemin alrededor de los restos de la botella fue tan fuerte que pudo haberse roto nuevamente. Afortunadamente no fue así.

— ¡Te dije que te fueras a la mierda! —aventó con toda su fuerza los restos de la botella contra el demonio.

El demonio desvió su trayectoria con un movimiento de mano antes de que pudiese tocarlo. Esto enfureció aún más a Jaemin.


Él solo deseaba poder deshacerse de ese demonio.

Deseaba poder tener un ángel guardián.

Deseaba estar con sus padres.

Deseaba que no se hubiera aparecido allí en primer lugar.


— Era un hombre inocente, Jaemin —dijo el demonio, acercándose al encolerizado chico.

— ¡VETE AL CARAJO! —el adolescente respondió con fuerza, saltando sobre el demonio y usando sus auriculares para estrangularlo.

Jaemin se colocó detrás de él, sus manos tirando del cable de los audífonos para comprimir el tracto respiratorio del demonio y prevenir el paso del aire. Aun así, el demonio no luchó por su vida. Solo rió entre dientes.

— No soy un humano, Jaemin. No te desharás de mí tan fácilmente.

Jaemin soltó los audífonos, empujando al demonio contra el piso e intentando golpearlo con toda su fuerza. Pero el demonio siempre esquivaba sus golpes, como si pudiese predecir los movimientos de Jaemin.

— ¡Lárgate, demonio de mierda! —Jaemin gritó con la respiración agitada y su enojó en el punto más alto.

Jaemin nunca abandonó la idea de matar a ese ser. Aumentó la fuerza de sus golpes, dando contra los órganos vitales para deshacerse de él más rápido. Aunque, no parecía funcionar.

En un chasquido de dedos Jaemin se encontró pegado al suelo, incapaz de moverse. Vio al demonio acercarse a él, sus ojos de un rojo brillante. Apretó la mandíbula, haciendo su mejor esfuerzo por lucha contra los poderes del ser sobrenatural.

— Bueno. Empecemos de nuevo— dijo el demonio, tronando sus nudillos —Soy tu demonio guardián y no te desharás de mí tan fácilmente.

Jaemin gruñó y gimió como una bestia salvaje, luchando contra el hechizo para liberarse — ¡Te mataré a ti y a todos los de tu especie! —ladró Jaemin.

— Oh. Yo no estaría tan seguro —se burló el demonio.

Jaemin fue estrellado contra la pared por una fuerza mágica e invisible. Se quejó cuando su cabeza golpeó contra la pared de ladrillos.

Odiaba la posición en la que estaba.

Pegado contra la pared.

Odiaba ser dominado por alguien más.

— Dejemos las cosas en claro — dijo el demonio de ojos rojos, atrapando al humano entre sus brazos.

Era obvio que disfrutaba molestarlo. Y tener al más joven bajo su mirada, inmovilizado, era algo que de verdad disfrutaba.

𝗌𝗂𝗇𝗡𝗔𝗋𝗌 || 𝗡𝗮𝗵𝘆𝘂𝗰𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora