veintiuno

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"No es alguien que esperes que sea un asesino serial. Es un adolescente. Escuché su nombre. Na Jaemin."

Una foto de Jaemin apareció en la pantalla, haciendo que toda la clase conectara los puntos lentamente.

"Efectivamente, Na Jaemin es un adolescente de diecinueve años que vive por su cuenta cerca del pueblo de Guryong. Él es el responsable de las numerosas muertes..."

Le tomó un par de segundos a todos los estudiantes registrar todo lo que estaba pasando, y pronto todos giraron hacia Jaemin.

Jaemin los miró a todos con nerviosismo, girando lentamente a mirar a una muy confundida Mina.

— ¿Jaemin? Esto no puede ser verdad... —intentó consolarse a sí misma.

"La policía se encuentra en camino para arrestarlo. Gracias por su atención, tengan un excelente día."

Con esa última oración por parte del reportero, Jaemin se dio cuenta de la mierda en la que estaba metido.

El chico brincó de su asiento, corriendo hasta la puerta y cruzando los pasillos a toda velocidad. Llegó a la entrada de la escuela en tiempo record, deteniéndose cuando vio a las patrullas estacionadas frente a la escuela.

— ¡Las ventanas de los laboratorios! —exclamó Donghyuck.

Jaemin asintió, dirigiéndose hacia allí. Abrió una de las puertas de una patada, atravesando el aula con rapidez, ignorando los gritos de pánico de los estudiantes.

Abrió la ventana, saliendo de la institución lo más rápido que podía.

— Donghyuck, ¡¿qué hacemos?! —preguntó sin dejar de correr.

— ¡Vamos a tu casa!

— ¡No podemos! La policía estará allí.

— Mierda.

— Tenemos que huir, Donghyuck. Es la única opción.

Donghyuck asintió, mirando alrededor — ¡Sigueme!

Jaemin corrió detrás del demonio, frunciendo las cejas con confusión cuando Donghyuck forzó la puerta de un auto.

— ¿Qué estás haciendo?

— ¡Sube! —exclamó Donghyuck, tomando asiento frente al volante.

Jaemin obedeció al escuchar las sirenas de policía cerca.

— ¡Ni siquiera tienes las llaves!

Donghyuck colocó una mano sobre el tablero, cerrando los ojos mientras Jaemin le dedicaba una mirada extrañada.

— Qué estás...

El motor rugió y Donghyuck sonrió de manera victoriosa.

— Andando — colocó las manos sobre el volante.

— ¿Sabes conducir?

— Por supuesto.

Y con eso dicho, Donghyuck pisó los pedales haciendo que el coche se pusiera en marcha a una velocidad que casi hace a Jaemin vomitar.

Serpenteó por distintas calles, intentando que la policía les perdiera el rastro.

Jaemin maldijo un montón, gruñendo cada vez que Donghyuck tomaba una vuelta de manera brusca, provocando que golpeara su cabeza contra la ventana o el tablero.

— Donghyuck... —dijo Jaemin mientras daban la vuelta hacia una avenida vacía después de estar varios minutos esquivando el tráfico de la ciudad —hay una patrulla detrás de nosotros.

𝗌𝗂𝗇𝗡𝗔𝗋𝗌 || 𝗡𝗮𝗵𝘆𝘂𝗰𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora