𝗌𝗂𝗇𝗡𝗔𝗋𝗌 || 𝗡𝗮𝗵𝘆𝘂𝗰𝗸

veinticinco

Jaemin despertó sintiendo algo pesado sobre su pecho.

El angelical chico abrió los ojos, frunciendo el ceño al encontrarse con una caballera roja en su pecho, ¿por qué estaba Donghyuck encima de él?

— ¿Donghyuck? —susurró Jaemin, palmeando el hombro del demonio para despertarlo.

Este solo gruñó y bostezó antes de estirarse y abrir los ojos —Hola —murmuró mirando a Jaemin con atención — ¿Qué pasa?

— ¿Qué son esos...?

Las cejas de Donghyuck se arrugaron ante la pregunta de Jaemin. El demonio tomó el celular del humano para ver su reflejo en la pantalla antes de sonrojarse.

— Yo... —dejó salir mientras paseaba su mano por su cuello lleno de mordidas y chupetones.

— ¿Yo también tengo? —preguntó Jaemin — ¿Hay alguna clase de insecto en el auto? ¿debo llevarte al hospital?

Donghyuck rio entre dientes ante el repentino estrés de Jaemin. A veces podía ser tan inocente... totalmente lo contrario al hormonal y lujurioso chico en el que se había convertido a noche.

— Tú no tienes nada, no te preocupes— sonrió.

— ¿Sabes qué clase de insecto pudo hacerte eso? —preguntó Jaemin con preocupación, levantando el mentón de Donghyuck para poder observar las marcas con más detalle.

— El insecto eres tú.

Jaemin bajó el mentón de Donghyuck para poder hacer contacto visual — ¿Yo? —preguntó con confusión.

— Bueno... Na.

Jaemin intentó recordar lo que había sucedido la noche anterior. Siempre tenía problemas recordando lo que hacía durante los episodios de Na. Su visión se volvió borrosa, pero pudo recordarlo.

Y los eventos de la noche anterior hicieron que el inocente Jaemin enloqueciera.

Su pesadilla, él convertido en Na, él intentando matar a Donghyuck.

Él BESANDO a Donghyuck.

Na volviendo a Jaemin para después tomar de nuevo el control de su cuerpo.

Él y Donghyuck teniendo un encuentro sexual, Donghyuck quedándose dormido y él mismo masturbándose imaginando que era el demonio quien lo satisfacía.

— Por dios —Jaemin escondió su cara entre sus manos.

Sus mejillas estaban tan rojas que el color podría confundirse fácilmente con el de una quemadura por el sol. No podía creer lo que había ocurrido, ¿qué clase de adolescente hormonal era?

¡Jaemin no tenía ningún tipo de experiencia! Su primer beso se lo había robado Donghyuck en la galería donde casi había asesinado a ese otro hombre.

Y ahora, daba besos apasionados y tenía encuentros sexuales solo por su otra personalidad violenta. Maldición, era tan vergonzoso...

— Jaemin, ¿está todo bien?

— No...

— ¿Por qué lloras? —Donghyuck se sentó, jalando del chico hasta sentarlo en su regazo.

— No lo sé —respondió Jaemin sin querer compartir realmente lo que pasaba por su cabeza.

— ¿Recuerdas lo que sucedió? —cuestionó Donghyuck, acomodando un mechón de cabello de Jaemin tras su oreja.

El humano asintió.

— ¿Eso es lo que te molesta?

Jaemin volvió a asentir.