Hoy es jueves

Capítulo Uno Y ahora lo más importante.

A Ian, Marcos, Marco y Gabo; porque hace muchos años, ellos también me rodearon.

oOo

Hermione se sintió rodeada. No levantó la vista del libro que estaba leyendo. Estaba demasiado asustada por su primera clase y por conocer a sus nuevos compañeros, muchos de los cuales ya se conocían entre sí. Fingió seguir leyendo por unos segundos, pero de nada le sirvió.

—Disculpa — habló el chico que había conocido la noche anterior — ¿Este es el salón de Transformaciones, cierto?

—Eso creo —contestó ella viendo por primera vez a los chicos que la rodeaban — Es lo que dice en el horario.

—¡Te-lo-dije, comadreja! —habló un chico rubio que acompañaba a Harry — No necesitábamos ningún ridículo mapa para llegar ¡mucho menos uno que, aparte de todo, está mal!

—¡Yo no tengo la culpa! —se defendió el chico pelirrojo, mientras arrugaba un papel que llevaba en su mano —¡Es lo que me dieron mis hermanos!

—Y estoy seguro de que los gemelos querían que llegáramos a tiempo y a salvo a cada una de nuestras clases —ironizó Harry.

Los chicos siguieron hablando, aparentemente sin prestarle atención, aunque en ningún momento le dieron la espalda. Es más, incluso parecía que la habían incluido en su círculo. Hermione, sin decir nada, se limitó a escuchar su pequeña pelea y no pudo evitar reír cuando el chico rubio soltó un "¡y tenías que decir que fuéramos a la derecha!" totalmente exasperado. Cuando se dio cuenta que la habían oído, se quedó petrificada por dos segundos temiendo que ellos la tacharan de entrometida, pero Harry rio con ella y dijo:

—Oh, siento no haberte presentado —se disculpó y luego señaló al chico pelirrojo —Él es Ron y él es...

— Draco Malfoy —se adelantó el rubio ofreciéndole su mano.

—Hermione —contestó ella aceptándola.

Poco sabían los cuatro, que ese momento sería recordado frecuentemente por todos durante muchos años.

"¿Tienes hermanos?" "¿Qué música te gusta?" "¿Cómo que no sabías nada de la magia?" "¿Tus dos padres son muggles?" "¿McGonagall fue por ti?" "¿¡Se convirtió en gato en frente de ustedes?!"

Todas las preguntas que Hermione pensó que le harían en un mes, Harry se encargó de hacérselas para antes de que terminara Transformaciones. Ron a veces intervino, mientras que Draco se limitó a escuchar todo. Hermione se sintió en interrogatorio policial, como los que se ven en las series muggles, pero le contestó cada una de ellas. Esperaba que después fuera su turno, pero antes de que éste llegara, Harry e hizo una última y crucial pregunta.

—Y ahora lo más importante —el chico tomó aire para darse importancia —¿Quieres ser nuestra amiga?

oOo

Hermione dijo "si". Nunca nadie le había pedido ser su amiga tan directamente. Generalmente sus amistades se daban como un pacto no dicho, aunque ninguna de ellas había sido realmente una amistad. En cambio, ahora, por primera vez en su vida sentía que encajaba. Se sentía bien estar con los chicos. Se sentía correcto ser ella misma.

Durante todo el primer año, Harry no supo que lo que le impulsó a preguntarle eso. Hermione resultó ser una niña algo mandona y una sabelotodo. Pero también era graciosa y logró hacer en ese año lo que él no había podido en diez: que Draco y Ron se hicieron amigos. Seguían diciendo que se odiaban, pero pasaban el día entero juntos. Y si ella pudo hacerlo eso, Harry definitivamente quería tenerla cerca.

Draco opinaba que ella era un buen elemento. Era inteligente, y podían hablar por horas sobre prácticamente cualquier cosa. Además, era muy divertido verla pelear con Weasley. Casi tanto como molestarlo él mismo. Aún no sabía que opinaría su padre acerca de su nueva amiga, pero decidió preocuparse por eso hasta el verano.

Un verano para el cual Ron tenía muchos planes. Ahora que definitivamente era el mejor amigo de Harry, sorprendentemente toleraba a Malfoy y que Hermione le hizo saber que no todas las niñas eran tan lloronas como su hermanita, espero a que tuvieran sus notas finales (todas bastante aceptables), para hacerles saber que su madre le había dado permiso de invitarlos a su casa, durante las dos últimas semanas de vacaciones.

—En mi jardín podremos jugar quidditch, mamá cocina delicioso y seguro convencemos a los gemelos para ir al pueblo muggle cercano. Además, dormiremos hasta tarde y...

—Haremos básicamente todo lo que hacemos aquí, ¿no, Weasley? —lo interrumpió Draco, aceptando la invitación. Eran dos semanas menos que pasar solo.

—Seguro que Sirius no tendrá problema —dijo Harry —Probablemente hasta querrá venir él también.

—Y eso a mi madre le hará mucha gracia, seguro —contestó Ron. Sirius era el primo segundo de su padre, o algo así, pero aparte de ser mucho más joven, era también mucho más divertido. O eso decían todos sus hermanos —Hermione, lo siento...

Hermione se asustó. Aparte de no estar bien segura de cómo se sentiría en una casa ajena, dónde los hombres eran mayoría, no sabía si ya era tan amiga de Ron como para que la invitación también fuera para ella.

— ... pero tendrás que dormir con Ginny.

oOo

Compartir habitación con la hermana pequeña de Ron, sorprendentemente fue una de la cosa que menos preocupó a Hermione ese verano. Aunque nunca sabía que esperar de los hermanos Weasley, Ginny era una agradable chica. Se había sentido un poco cohibida al llegar, pero entre ella y su madre, la señora Weasley se encargaron rápidamente de hacer sentir a Hermione como en casa.

Bueno, no exactamente como en su casa, pero si como en un gran hogar llego de alegres y hospitalarios pelirrojos. El señor Weasley disfrutaba haciéndole preguntas sobre el mundo muggle todas las mañanas durante el desayuno y por las tardes, Hermione salía con todos a jugar quidditch, aunque lo que en realidad hacía era limitarse a esquivar las pelotas, algo para lo que Harry y Draco la ayudaban mucho.

Algo en lo que Draco no había recibido nada de ayuda, fue en conseguir el permiso de su padre para pasar las vacaciones en casa de los Weasley. Lucius Malfoy, que había sido fiel seguidor del señor oscuro aún seguía luchando por limpiar su nombre y eso fue lo que Draco usó para conseguir el tan añorado permiso.

—¿Te imaginas, padre, lo bien que hablarán de ti en el Ministerio cuándo sepan que has dejado a tu hijo pasar las vacaciones con los Weasley? —Lucius abrió la boca, pero Draco no le dio oportunidad de hablar —Todos estarán seguros de que no tienes ningún prejuicio, que las viejas enemistades han quedado atrás y que es cierto que el Señor Tenebroso te tenía bajo su poder por una maldición —sorprendentemente, sus palabras le funcionaron.

Y es por eso qué Ron lo "aguantó" por dos semanas. La verdad, nunca admitiría que consideraba al rubio un amigo. Era más bien un amigo de sus amigos. Uno que, por el bien de todos, era mejor incluirlo en los planes.

¿Cómo si no, hubieran organizado los equipos de quidditch? Con sólo seis no era posible. Necesitaban a esos seis más a alguien que hiciera de árbitro. O, ¿quién hubiera entretenido a Hermione, mientras Harry y él hablaban de la liga de quidditch de ese año? Su hermana pequeña no hubiera podido. Además, con él tenían ventaja numérica en contra de los gemelos y es por eso que ellos no los habían molestado... tanto.

Harry estaba feliz, con o sin bromas de los gemelos. Se sentía en familia. Si, esa era la palabra correcta: familia. Él había crecido teniendo sólo a Sirius como figura paternal. Sus padres habían muerto (no, los habían asesinado) cuando él apenas era un bebé de tenía un año. Sabía que su madre tenía una hermana, pero ésta no había querido saber nada de él. Por eso agradecía a los cielos, que el mejor amigo de sus padres lo hubiera tomado bajo su tutela.

Aunque Harry quería mucho a padrino, siempre había deseado tener una madre y hermanos. Por eso, cuando más chico, le insistía muy seguido a Sirius que fueran a ver "a su primo, Arthur". Ahora, que Draco y Hermione habían entrado en el cuadro, sentía que tenía hermanos de verdad. Además, estaba convencido de que así sería por mucho tiempo, porque como todos saben, el primer año es el más difícil en cualquier relación.

¿O no?