Capítulo Tres Chicas.

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Tercer año comenzó, como todos los años, con un viaje en el Expreso de Hogwarts.

Fue ahí cuando, al salir a comprar dulces en el pasillo, Harry la notó por primera vez. Una linda chica de Ravenclaw. Tenía rasgos asiáticos y él creía recordarla de las pruebas de quidditch del año anterior. Cho Chang, era su nombre. No sabía porqué, pero sentía que no la perdería de vista ese año.

Un año en el que, por otra parte, Draco comenzó a considerar que su "selecto grupo" de amigos, incluía a demasiados hombres. Quizá este año sería buena idea dejar de pasar tanto tiempo con ellos y empezar a pasar más tiempo con sus compañeras de casa. Compañeras como Pansy Parkinson, o las hermanas Greengrass. Un año en el que quizá, alejarse un poco de Hermione, también sería buena idea.

Ron, como siempre, las únicas piernas que notaba eran las piernas de pollo frito que había en la mesa de Gryffindor durante el banquete. Pero un par de ojos comenzaron a notarlo a él. Y tener unos atentos ojos azules observándolo un par de horas diarias, era algo que ni Ron podía pasar por alto. Así que, durante las comidas, comenzó a prestar más atención a las personas que lo rodeaban.

Hermione, atenta como siempre, comenzó a notar cómo durante las clases las miradas de sus amigos pasaban de estar perdidas en la nada, a estar perdidas entre sus compañeras. Por primera vez comenzó a sentir una sensación extraña, que después identificó como celos. No de las otras chicas, sino de las aún inexistentes novias, que sabía, harían que pasara menos tiempo con Harry, Draco y Ron.

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El primero en alejarse fue Ron. Seguía a ese par de ojos azules, pertenecientes a Lavender, durante las tardes. No hacía nada, sólo platicaba con ella, con su amiga Parvati y ocasionalmente con la hermana gemela de esta, Padma. No estaba seguro de que Lavender realmente le atrajera. Pero ella representaba la oportunidad de tener novia, y esa idea definitivamente le atraía. Sería el primero de sus amigos y ya quería restregárselo a Malfoy en la cara.

Además, era un agradable cambio estar entre mujeres. Con una vida rodeado de hermanos y dos años en el colegio con sus amigos, le agradaba tener contacto con alguna chica que no fuera su hermana pequeña o Hermione (que, en la práctica, venían a ser lo mismo). Estas nuevas chicas eran coquetas, femeninas y divertidas. Les desagradaban los insectos y él se sentía la mar de bien en su papel de héroe. Siempre y cuando la cosa no involucrara arañas.

El que no necesitaba hacer de héroe para que las chicas lo siguieran, era Draco. Cuando Ron comenzó a pasar más tiempo con sus nuevas amigas, él no tuvo ninguna razón para no hacer lo mismo. Dos tardes entre semana, y los sábados, los pasaba con las adorables hermanas Greengrass. Él quería estar con Daphne, y buscaba la manera más cordial de deshacerse de Astoria.

No le tomó mucho tiempo empezar una relación con la mayor de las hermanas. Realmente "relación" era una gran palabra para describir su interacción, que era más del tipo física. Draco agradecía haber encontrado a alguien como Daphne. Esta popular y divertida chica no buscaba a ningún príncipe azul. Tampoco buscaba algo serio.

El que por más que lo intentaba no acababa de congeniar con Cho, era Harry. Eran pocos los momentos que coincidían, pues ella era un año mayor que él. Nunca podían verse entre clases y durante las comidas, ella no se separaba de su grupo de amigas. Ni hablar de las salidas a Hogsmeade, que eran la novedad ese año.

El único momento que podía aprovechar, era cuando los equipo de quidditch organizaban partidos amistosos durante los entrenamientos, y estos tampoco eran muy útiles, pues ella también era la buscadora de su equipo. Su frustración aumentó cuando una tarde de primavera, Draco les contó lo que había hecho.

Hoy es juevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora