Capítulo 6

5 1 0
                                    


Con las piernas perezosas y los parpados pesados me dirijo a mi lugar de trabajo. La felicidad de haber pasado una noche increíble no me la quita nadie, ni siquiera los odiosos de mis jefes. Al llegar veo a Ale y Mai saliendo. Detrás de ellos todos los de la oficina.

- Amiga nos vamos a casa – dice Mai. – te mandé un mensaje, pero no lo leíste.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Ni idea, me llamo Walter y me dijo que mandara a todo el mundo a casa y cerrara la oficina. Nadie trabaja hoy.

- ¿nos irán a despedir? - pregunta Ale preocupado.

- No creo. Todo está saliendo bien. Supongo que un ángel nos dio un día libre.

- Walter no es un ángel- le replica Ale.

- Por eso dije un ángel y no Walter. - mientras me lo decía, pude sentir el odio en su voz.

- Vamos a desayunar, ¿venís con nosotros? - me pregunta Ale.

- Si y de paso nos contas de anoche. – Mai obviamente sabe, pero también le conte a Ale, no me avergüenza y además son mis únicos amigos en la ciudad.

- Me voy a dormir, pero mañana les cuento. - me despido de ellos.

- Entonces estuvo muuuuy buena la noche- se burla Mai y Ale la toma del brazo para que camine con el- ¡mañana con detalles! - me grita al alejarse. Ale se ríe.

Vuelvo a casa directo a la cama. Miro mi celular. Efectivamente tenia mensajes de Mai diciéndome que teníamos el día libre, hubiera deseado leerlo antes. Tengo un mensaje de Axel, abro el chat

Que tengas un lindo día

¡Gracias! Me dieron el día libre, asique voy a aprovechar para dormir

¡Que sorpresa! Que descanses

Besos

Los besos se dan en persona

Jajajaja.

Axel

En cuanto nos vestimos y salimos del departamento tomo mi celular. Llamo a Walter que se sorprende por mi llamada, pero se sorprende aún más cuando le exijo cerrar la oficina el día de hoy. Ningún empleado, para no levantar sospechas, es más que la oficina este completamente cerrada, y nada de trabajo en casa. Alan me mira y se rie.

- Estamos frente a un problema – me dice.

- Un problema que no tengo ganas de solucionar.

- Sólo digo. - levanta las manos en señal de rendición.

Sé a lo que se refiere. Nunca antes habíamos hecho esto. El más perjudicado puedo ser yo, Alan sabe eso, me quiere y siempre me cuida, pero esta vez no tengo ganas de ocultar lo que siento. Es cierto que no sé lo que siento, pero es Carol me brinda una sensación agradable que no quiero dejar por ahora. Además, me encanta compartir esto con Alan. Por una vez voy a hacer lo que tengo ganas y no lo que está bien.

Carol

Me despierto absolutamente desorientada en espacio y tiempo. Tardo unos minutos en darme cuenta en qué Ciudad estoy, en qué casa, que estoy sola, esto me pasaba todo el tiempo de pequeña. Hemos viajado tanto que a veces despertaba sin saber dónde estaba. Intento mirar mi celular para ver la hora, pero el brillo de la pantalla me hace apretar los ojos. De a poco los abro, pero me niego a creer lo que estoy viendo. ¿dormí todo el día? ¿son las diez de la noche? Debo haber estado muy cansada. Entonces llegan a mi mente los recuerdos de la noche anterior y entiendo de donde proviene mi cansancio. No puedo evitar sonreír como una idiota al ver que tengo mensajes de Alan y Axel. Ahora que comienzo a despertar me urge el baño, aprovecho y me doy una ducha. Envuelta en una toalla, cepillándome los dientes, algunos recuerdos de anoche me invaden y me siento una adolescente ilusa. El timbre me saca de mis pensamientos. Sin vestir y sólo envuelta en una toalla, me acerco a la puerta. Antes de abrir pregunto quién es.

MESA PARA TRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora