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Llegó al árbol donde había dejado a los pequeños, más no había rastro de estos, probablemente Tom huyó con ellos cuando la horda se hizo inmensa. Sus dedos acariciaron el trono del árbol, tenía una flecha tallada; señalando hacia el bosque, se adentró en este.
La noche había iniciado y el estómago de Elliot rugía ante la falta de comida, soltó un leve quejido, en todo ese tiempo no había escaseado de comida, siempre tenía comida en Woodbury, y en la prisión salía cuando los adultos estaban distraídos a tiendas cercanas.
Los gruñidos de un caminante cercano le obligaron a alzar la mirada, pareciese que la suerte estaba de su lado, con una de sus cuchillas degolló al caminante, tomando después la mochila que este traía en sus hombros, se columpio a un árbol cercano, ya estando en una de las ramas, procedió a abrir la mochila, latas de comida, atún, dos botellas de agua y un saco para dormir.
Antes de tomar alguna de estas cosas, miró al caminante muerto, susurrando un gracias; se dispuso a comer mientras miraba el cielo estrellado, sonrió con ligereza, removiendo las verduras enlatadas.
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