47.- Color Pastel

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Kylie

Estar enamorado es una de las mejores y peores cosas que jamás me ha ocurrido.

Es lo peor por el dolor que experimentas cuando estas enamorado, lo vulnerable que descubres que puedes llegar a ser, lo susceptible que te encuentras a que otra persona te lastime, sin poder hacer casi nada, sin poder levantar tus barreras para protegerte a ti mismo.

Y es lo mejor porque te hace sentir vivo. Sí, la otra persona tiene el control de lastimarte, pero lo dejas porque jamás te habías sentido tan vivo. La sensación de sentirse amado es abrumadora. Los malos momentos de vulnerabilidad, quedan completamente olvidados cuando los lapsos de felicidad se hacen presentes.

Estar enamorado es increíble, te duele pero te encanta sentirlo, te destruye, pero te reconstruye en cuestión de segundos. Todo es… hermosamente caótico.

Con Jake he experimentado ambas caras de la moneda. He sido vulnerable, me ha lastimado y herido de varias maneras, pero también me ha hecho infinitamente feliz.

Después de él, no creí que podría volver a sentir algo tan demoledor como nuestra pequeña historia de amor, pero me equivoqué. Sí puedo sentir algo incluso más intenso por él.

Jamás dejé de amarlo, pero mis sentimientos se intensificaron. Antes el amor era algo lindo, dolía, pero no con la intensidad con la que lo hace ahora. Me hizo muy feliz, pero no tan feliz como soy ahora.

Antes lo amaba, pero ahora estoy completa e irrevocablemente enamorada.

Cuando él separa sus labios de los míos, solo sonrío sin darle una respuesta aún sobre lo de vivir juntos. Quiero vivir con él, pero aun es muy pronto. Soy su novia oficial ahora, pero aún es algo muy débil y debemos ir despacio. Pasos de bebé.

—Te amo —digo, en lugar de darle una respuesta y no necesito hacerlo, él sonríe y sabe cual es mi respuesta.

No… por ahora.

—También te amo —murmura y su mano se siente cálida en mi vientre—. En serio lo hago.

—No deberías recalcar lo cada vez que me lo dices —bromeo.

—Lo hago porque lo siento —me da un pequeño pico—. Estoy muy enamorado de ti. Siempre lo he estado, desde la primera vez que te vi.

Siento mis mejillas sonrojarse y a mis ojos aguarse un poco por su confesión.

—Si, me preguntaste si mi cabello era real.

Eso lo hace sonreír y se separa de mí, para darme la vuelta. En este momento le estoy ando la espalda a la ciudad y paso mis brazos por sus hombros anchos, sus manos van a mi cintura y acaricia ligeramente la zona por sobre mi Jersey de lana color rojo.

Sus ojos se encuentran con los míos y me dejo sorprender una vez más sobre lo expresivos que son. En todo este tiempo desde que él regresó a mi vida, he visto mil emociones atravesar sus ojos, desde tristeza a la furia inminente, sin embargo, ahora lucen cálidos. En paz. Es una mirada que quisiera mantener por el resto de mi vida.

—No sabía nada de las niñas en ese momento —murmura, levantando una mano y colocando un mechón de mi cabello rojizo, que se ha movido por el viento, detrás de mi oreja—, pero, mierda, eras la niña más linda que había visto en mi vida.

Sonrío con los labios cerrados, mi sonrojo creciendo y ahora siento toda mi cara caliente.

»Me gusta cuando te sonrojas.

—Y a mi me gusta cuando dices ese tipo de cosas —suspiro y Jake se ríe.

—Las digo porque son ciertas —hace una pausa, sin apartar la mirada de mis ojos—. Aún soy un bastardo y no sé qué hice para merecerte, pero… pero te juro, Kylie, que voy a ser alguien digno para ti.

Mi Mejor Error (AD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora