Ya sabía que fumar no se llevaba bien con el descanso y lo comprobé una vez más después de dormir entrecortado porque mis propios ronquidos me despertaban; me costaba realmente dormir profundo y cuando me levanté para ir al trabajo sentía que no había pegado un ojo.
Después de lavarme la cara múltiples veces con agua helada y maquillarme un poco las ojeras, salí de casa en mi bici. Pedalear y sentir el aire fresco me fue despabilando. Tenía mucha bronca encima por no haber sido capaz de controlarme, venía de una buena seguidilla de semanas sin probar ni un cigarrillo y sólo la presencia de ese idiota en mi casa había tirado por la borda el esfuerzo. Pero al menos, cuando llegué mi jefa estaba de buenas recibiendo paquetes de proveedores. La ayudé con las cajas y me mostró cada cosa muy entusiasmada, incluyendo las nuevas marcas de condones y lubricantes. Pero lo que más emocionada la tenía, era la inauguración de la nueva góndola de galletitas.
— Vamos a tener opciones sinTAAC y apto para diabéticos. Mañana llegan las latas de galletas danesas y la estantería para armar. Vos te das maña con eso ¿no? Sino traete a tu hermano, ¿podrá?
— Que bueno... Eh... Ya que está... No sé si usted está buscando por su lado o algo, pero un am... Conocido... Le gustaría tomar el turno del domingo —le comenté. Me ponía un poco nervioso recomendar a alguien, sobre todo cuando apenas lo conocía.
— Ay querido, me hacés un re favor. Traete al chico mañana así te ayuda con esto y después le hago una entrevista. Quiero que todo esté súper lucido. Que parezca confitería de Francia.
Como dije, su emoción no era poca cosa. Un kiosco no podía parecerse a una confitería de Francia, pero si ella quería su estantería de galletas, yo no me iba a oponer.
— Bien, entonces mañana... Gracias, de verdad.
— Gracias a vos. Andá a abrir y después reponemos juntos, que vos sabés mejor que yo qué sale primero.
Asentí y me acerqué al motor de la persiana para subirla. Con una rápida mirada pude ver las heladeras a medio llenar, el mostrador de chocolates casi vacío y los sujetadores de chupetines con más agujeros que palitos. Mientras contaba la cantidad que faltaban me preguntaba en mi mente si MinHye tendría un poco de razón con sus conjeturas de la mañana anterior sobre mi cliente adicto al azúcar.
— Señora Kang, cuando usted atiende a la noche, ¿viene a comprar un chico bajito, con los ojos como cansados y la boca muy... Llamativa?
— ¿HwanWoong? —dijo ella inmediatamente. Era evidente que lo conocía bien.
— Ah, lo conoce... ¿No vió que se comporta un poco...? —comencé, pero ella me interrumpió.
— Es un poco malcriado, sí. Pero es buen chico.
¿Malcriado? No, no era lo que yo pensaba, así que seguí indagando.
— Malcriado... No sé, en realidad me refería a otro tipo de cosas. Siempre viene a la mañana, como a las 10 y no se va sin chupetines, caramelos o chicles.
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Caramelos Sin Azúcar 🍬 | ONEUS +18 | HwanDo
FanfictionDonde GeonHak es vendedor de medio tiempo en un kiosco y un cliente no para de ir a comprar dulces... "¿Otra vez vas a comprar chupetines?¿No se te pudren los dientes?" "B-bueno, si tiene algo que pueda tener más de una hora en la boca y que no teng...