"𝒩𝑜𝓈 𝓋𝑒𝓂𝑜𝓈 𝑒𝓃 𝓁𝒶 𝑜𝓉𝓇𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 𝒶𝓂𝑜𝓇" fue lo único que pudo leer Carlisle Cullen ya que el resto del papel estaba manchado de sangre. Aún lado de la nota está el cuerpo sin vida del amor de su vida.
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|CAPÍTULO UNO|
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-¿Lista?- le pregunta su hermano Amil antes de adentrarse en el estacionamiento del instituto de Forks.
-No- murmura demasiado bajo- pero no tenemos otra opción.- Los ojos vacíos de Amil analizan a su hermana Deene como lo han hecho las últimas tres semanas.
-Estaré todo el tiempo a tu lado- la pelinegra asiente con la cabeza mientras observa por la ventana como algunos estudiantes se detienen para ver con sorpresa el auto del pelinegro.
Deene suelta un suspiro antes de bajar del auto de su hermano, su mano se posiciona en su collar y empieza a jugar con este con nerviosismo cuando la mirada de los estudiantes se posa en ellos.
-Tranquila, todo irá bien- Amil toma su mano con delicadeza y entrelaza sus dedos para empezar a caminar hacia su primera clase.- Cambie mi horario para que pudiéramos estar juntos- Deene hace una mueca ante las palabras de su hermano.
-No tenias porque hacerlo- le dice con la cabeza agachada dejando que su hermano la guíe por los pasillos del instituto. Amil se encoge de hombros sin darle importancia a las palabras de su hermana.- Estas dejando toda tu vida social de lado y lo que te gusta por mí- murmura mientras que sus ojos le comienzan a picar debido a las lágrimas.
-Lo más importante para mi eres tú- le dice el pelinegro antes de entrelazar sus manos y entrar al salón de Trigonometría.
-Collins- el profesor Varner llama la atención de ambos hermanos- me alegra verlos nuevamente-Amil asiente con la cabeza mientras que Denne mantiene su mirada en el suelo con la intención de no mirar a nadie.-Pueden tomar asiento- los mellizos caminan hasta el fondo del salón donde la chica se acostumbraba a sentarse.
Los dedos de Deene rozan la ventana fría donde caían gotas debido a la lluvia que cae sobre Forks, en cambio Amil le prestaba total atención al profesor. Por más que Deene quisiera escuchar al profesor le era imposible, solo veía como los labios del profesor se abrían y se cerraban sin parar. Algunos estudiantes se giraban "disimuladamente" para observar a ambos hermanos.
