⇢𝐺𝐸𝑆𝑇𝑂⇠

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|CAPÍTULO 5|

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|CAPÍTULO 5|

Carlisle entro a la mansión de los Lombardi la cual estaba repleta de personas adineradas, inspeccionó el lugar buscando con la mirada al señor Lombardi dejándose llevar por las descripciones que le dieron los Reyes Volturis

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Carlisle entro a la mansión de los Lombardi la cual estaba repleta de personas adineradas, inspeccionó el lugar buscando con la mirada al señor Lombardi dejándose llevar por las descripciones que le dieron los Reyes Volturis. Todo al rededor de Carlisle desapareció cuando sus ojos chocaron con los ojos marrones de Daia. Daia rápidamente apartó la mirada pero solo esos segundos fueron suficientes para que Carlisle supiera que la joven pelinegra era su compañera

Daia baja la mirada asustada cuando su mirada se encontró con los ojos dorados del hombre. Si este era amigo de su padre estaría en graves problemas, seguro que este no dudaría en decirle a su padre que su hija lo estaba mirando sin su permiso.

-Rayos- la chica se giró evitando encontrarse nuevamente con la mirada del rubio.

Sin pensarlo mucho el vampiro camino hacia la pelinegra, dejándose llevar por el olor embriagador de Rasberry, Carlisle no tenía duda que ese olor tan embriagador le correspondía al de su compañera. Una sonrisa se asomó por sus labios cuando tuvo a la vista a la joven de ojos marrones la cual le daba la espalda y soltaba varias maldiciones en voz baja inaudible para los demás excepto para el.

-Señorita- murmuro Carlisle llamando la atención de Daia la cual rogaba que no fuera el hombre de ojos dorados. Daia se giró con la mirada en el suelo, tomó el vestido de ambos costados y se inclinó un poco mostrándole respeto a la persona desconocida frente a ella. Carlisle le extendió su mano ansioso por sentir el toque de su compañera, el vampiro había olvidado hasta el motivo por el cual se encontraba en la mansión de los Lombardis. Daia dejó caer su delicada mano sobre la mano pálida extendida hacia ella. Cuando la pelinegra levantó la mirada su respiración se quedó atascada en su garganta, su corazón latía con fuerza y rapidez debido a la mirada dorada de Carlisle, el cual no evitó sonreír al escuchar el corazón de Daia latir con rapidez.

-Oh Dios, lo siento tanto- Daia bajo la mirada al suelo otra vez y se inclino nuevamente pero esta vez en forma de disculpa- no era mi intención mirarlo sin permiso, no le diga a mi padre por favor.- murmura suplicante.

𝕾𝖊𝖊 𝖞𝖔𝖚 𝖎𝖓 𝖆𝖓𝖔𝖙𝖍𝖊𝖗 𝖑𝖎𝖋𝖊- ᴄᴀʀʟɪsʟᴇ ᴄᴜʟʟᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora