"𝒩𝑜𝓈 𝓋𝑒𝓂𝑜𝓈 𝑒𝓃 𝓁𝒶 𝑜𝓉𝓇𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 𝒶𝓂𝑜𝓇" fue lo único que pudo leer Carlisle Cullen ya que el resto del papel estaba manchado de sangre. Aún lado de la nota está el cuerpo sin vida del amor de su vida.
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|CAPITULO 8|
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-Permíteme ayudarte- Carlisle se agacho para tomarla en sus brazos pero Daia retrocedió asustada-No voy a dañarte- las palabras de Carlisle salieron con dolor al ver que su compañera evitó su tacto.
-Tus ojos- murmuro la pelinegra asustada por el cambio tan repentino de color en los ojos del rubio. Carlisle se alejó por unos segundos dándose cuenta que el enojo que sentía al ver a su compañera golpeada se reflejaba en sus ojos, y sintió miedo, porque no tenía ninguna excusa para darle a su compañera debido al cambio tan repentino de sus ojos.
-Prometo explicártelo pero déjame ayudarte- le rogó el vampiro. La pelinegra negó con la cabeza y Carlisle sintió como toda oportunidad de conocer a su compañera se desvanecía. A penas la había encontrado hace un día y esta ya le tenía miedo, le tenía miedo sin conocer realmente la clase de monstruo que es el. ¿Que pasará cuando ella se entere que era un vampiro?
-No puedo moverme de aquí- aclaró Daia- si se dan cuenta que me voy será peor- Carlisle soltó un suspiro al saber que no se quería ir con él por las consecuencias que esto le podía traer y no por miedo.
-¿Suele pasar esto muy seguido?- le preguntó el rubio y al ver como la pelinegra bajaba la cabeza supo que la respuesta era afirmativa.
-Solo cuando hago enojar a mi padre o no le obedezco- Carlisle soltó un suspiro innecesario para controlar su ira, no quería perder el control frente a ella.
-Prometo ayudarte Daia- dijo Carlisle al ver el dolor que reflejaban los ojos de su compañera.
Cuando Deene abrió los ojos se encontró en una habitación completamente desconocida, miro a su alrededor inspeccionado la habitación encontrándose con las paredes pintadas de un color beige oscuro y la decoración tenía un pequeño toque de minimalista. Deene retiró la sábana de seda color blanco que la arropaba y se incorporó en la cama pero se lamentó al sentir un leve mareo, se lamentó aún más al recordar lo que había pasado hace unas horas, supuso ella al ver a través de la gran ventana como el cielo estaba oscuro, su actitud no había sido la mejor y estaba completamente avergonzada por dejarse llevar por sus emociones.
