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Jungkook se sentía inevitablemente bien cuando estaba al lado de Taehyung, era como un bálsamo para su alma que lo ayudaba a mantener las preocupaciones fuera. Pero por supuesto, esto no era posible por la noche, donde todo volvía para abrumarlo de una forma horrorosa.

Seguía yendo a sus terapias con la señorita Jiwoo, quien cada vez le agradaba más, pues no lo juzgaba y tampoco lo trataba como si fuera una persona incapacitada.

En ese momento se encontraba en la casa de Taehyung, la que tenía un lago. El mayor había hecho un par de compras pues pasarían allí el fin de semana. Jungkook le avisó a la madre de Jimin que estaría fuera por un par de días porque estaría con unos "amigos", por supuesto era mentira, y por esa razón Jimin no se abstuvo de decirle en voz baja "perro mentiroso".

Sintió una presencia detrás de su espalda, y su cuerpo se tenso cuando sintió aquellos brazos alrededor de su cintura. Taehyung apoyó la barbilla en el hombro de Jungkook, aspirando su aroma y sintiendo el calor que su cuerpo emanaba.

-La cena ya está lista.

Jungkook asintió, separándose poco a poco hasta quedar frente a frente con aquel hombre tan perfecto. Taehyung le sonrió con cariño, agarrando un mechón de cabello y pasándolo detrás de su oreja.

-Puedes contar conmigo para lo sea ¿lo sabes, no?

-Lo sé, gracias.

Ambos caminaron en silencio hasta el comedor, donde descansaba una pasta con una salsa blanca, champiñones y cilantro. A su lado una copa de vino y la botella destapada en el medio.

-No sabía que cocinabas tan bien.

-Hay muchas cosas que no sabes de mi, Jungkookie.

-¿En serio? Porque yo aún recuerdo al chico de Busan que soñaba con ser alguien importante- dijo, dándole un sorbo a su copa de vino-. Y lo lograste, lo eres.

-Mmm, no sé si importante sea la palabra correcta. Solo soy una persona que ama escribir todo lo que siente pero con otros personajes, y por ello, me dan reconocimiento, nada más- se encogió de hombros-. Importante pueden ser las personas de Hollywood o esos cantantes que tienen miles de premios.

-Tan humilde.

-Gracias.

Jungkook metió una porción de pasta a su boca. Una pregunta se formuló en su cabeza, para al segundo siguiente tragar la comida y volver a hablar tapando su boca ligeramente con la mano.

-¿Qué pasó con tu madre? Nunca supe más de ella cuando te viniste a Seúl.

-Ella está bien, se encuentra en Japón, haciendo una cosa de retiro espiritual, no lo sé.

-Oh, ya veo.

-¿Y tú? ¿Qué pasó contigo cuando me vine a Seúl?

Jungkook parpadeó varias veces y bajó la mirada a su plato para seguir comiendo, dejando la duda y la pregunta en el aire. No quería hablar sobre ello, pero sabía que en algún momento tendría que hacerlo. Pues se abstuvo de darle explicaciones la vez que se besaron por primera vez y tuvo un episodio psicótico.

Terminaron de comer en silencio, Taehyung lavó los platos y Jungkook se sirvió más vino para luego salir de la casa y sentarse en una de las bancas que estaban cerca del lago.

Hacia bastante frío, pero el alcohol cumplía su rol calentadole el cuerpo. Aún no estaba completamente oscuro, por lo que podía ver las pequeñas olas que se formaban en el lago con calma.

A Seokjin le hubiera encantado estar allí.

-Ya deja de pensar en él- se reprochó a sí mismo bebiendo el vino de un solo jalón.

STARCHILD | KTH&JJK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora