Sí, es justo lo que haré

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Siempre le ha gustado lo acogedora que es la habitación de Kirishima a diferencia de la suya. Todo es un desorden total pero es cómodo.

—¿Quieres que empiece yo?

—Sí.

Es algo que suelen acordar antes de alguna conversación importante. Bakugo se sostiene con los brazos detrás de su espalda en la suave cama de Eijiro mirando a su dirección con atención.

—Bien. Yo realmente lamento si dije algo que no te gustó, a veces mis palabras salen antes de pasar por mi cabeza, así que si dije algo que te disgusto o lastimó, de verdad lo siento. Y espero que me digas que fue y aunque espero que no se repita, también espero que me digas siempre que suceda.

—Okay, si fue la vez en la cocina, pero lo dijiste
sin saber lo que pasaba, así que no acepto disculpas de algo que técnicamente no hiciste mal.

—Estaba nervioso y dije algo tonto, así que aceptalas.— Su ceño se frunce y por alguna razón a Katsuki el gesto le parece de lo más tierno aún con la situación.

—No. — Niega tras decirlo y chasquea la lengua con fastidio.

—Sí.

—No.

—Por favor— Hace una mueca que a Bakugo le hace sentir ligeramente culpable por no aceptarlas así que cede.

—Haaa, esta bien. Acepto tus disculpas injustificadas. Ahora tu acepta mis disculpas por el distanciamiento tonto que estaba tomando.

—Las acepto, aunque me gustaría saber porque fue.— Su mirada intensa quema un poco sus ojos así que aparta con su mano el rostro del chico interrumpiendo la guerra de miradas.

—Tsk. ¿Algo más que quieras decir?

Kirishima se aclara la garganta y mira a Bakugo fijamente.

—De hecho sí...Yo, sabes- ya que estamos hablando. S-sí, quería decir algo más.

Bakugo se queda a la espera de las siguientes palabras de Kirishima hasta que por fin habla.

—¿Viste mi carta?

La cabeza de Bakugo se siente lenta ante la mención de una carta. No tiene ni idea de que habla. Kirishima parece leer su expresión y se pone algo más nervioso de lo que antes parecía.

—Deje una carta en tu mochila, San Valentin, roja, letras negras...

La boca de Bakugo forma una pequeña O al recordar de lo que habla. Su cabeza está maquinando a mil hora sin saber como pararla.

—Eh, sí sí. La leí aunque no entendí muy bien lo que quería decir. Ni sabía que eras tú quien me la daba— Bakugo hablaba tan rapido que el pelirrojo apenas podía seguir el ritmo de lo que decía haciendo que se pusiera más nervioso— Y la dejabas de la nada en mi mochila, ni lo noté. Además, ¿esas cartas no se suelen dar a tu enamorado? Oh bueno, también se le dan a tus ami-

—Sí, se la das a tu enamorado– Kirishima interrumpe levantando un poco la voz sobre las divagaciones de Katsuki— Lo hice por esa razón.

Silencio y miradas intensas llenan la habitación antes de que una voz se oiga haciendo que todo se sienta sensible y nervioso.

—No entiendo.

Más que no entender, Bakugo no puede creerlo, necesita una confirmación de lo obvio.

—Se lo di a mi enamorado. Tú eres mi enamorado. A-aunque creo que esta mal dicho porque yo soy el enamorado ¿Debería decir que yo lo soy? —Una risita nerviosa da paso a un Kirishima que no mira en su dirección y no puede diferenciar si el golpeteo de su corazón es suyo o de Kirishima, tal vez ambos.

Su cabeza trabaja en alguna respuesta pero todas están confusas en su procesamiento, algo está sucediendo pero no sigue el ritmo de que.

—En ese caso, yo también seria tu enamorado— Las palabra abandonan sus labios por puro impulso, cuando las nota, sus mejillas se colorean y siente sus palmas sudorosas. Siente que pasan minutos antes de que Kirishima rompa el silencio en trizas con una simple pregunta.

—¿Esto esta pasando?— Se lleva las manos a sus mejillas apretandolas, como si de una historia cliché tratara.

—¿Qué?— Bakugo aparta sus manos de sus mejillas incitandolo a responder.

—No fue unilateral, pensé que sí. Te estabas distanciando yo pensé— Un sollozo rompe sus palabras y se desmoronan encima de Bakugo. Es un idiota, era más que obvio que sus dudas estaban lastimando a Kirishima— Pensé que te estabas hartando de mi o aburriendo. Una vez me dijiste que es algo que te suele pasar, pensé que también pasaría con-...—Sus palabras se cortan al sentir la suave mano de Bakugo sobre su mejilla, levanta su vista llorosa hacia ojos casi parecidos a los suyos y tal vez sea su imaginación pero están rojos y brillantes.

—Lo siento en serio Kiri, realmente yo...yo estaba algo asustado de mis— Se aclara la garganta si poder evitarlo— mis sentimientos hacia a ti, se sienten desconocidos y no lo sé...— Siente que sobre su mano se posa otra calida. Agradece ese sutil gesto de tranquilidad que Kirishima quiere transmitirle.

—Rayos, debemos mejorar nuestra comunicación ¿no crees?— Una risa suave se hace presente relajando el tenso momento y el chico rubio también rie por lo contagioso que es.

—Sí, lo creo—Sigue riendo suavemente y siente la necesidad de tener al chico más cerca de si, por lo que lo atrae en un comodo abrazo extrañando esto por el leve distanciamiento que le había otorgado a la situación.

—¿Ves como me conviertes en un llorón?

—¿De una forma buena o mala?— Duda instalada en su voz.

—De la mejor forma posible.

—Idiota.

Siente que Kirishima esconde su rostro en su cuello y ambos exhalan de forma entrecortada por el nerviosismo.

Ha sido más fácil que su miedo desaparezca gracias a que el pelirrojo siente lo mismo, es obvio que aún hay cosas que hablar y aclarar pero aparte del calor que irradia el cuerpo de Kirishima, también se centra en como su cuerpo se siente liviano, su mente tranquila y  su corazón lleno a pesar del golpeteo errático que aún persiste por estar tan cerca del chico.

Sabe que se enamorará de Eijiro. Si, es justo lo que hará.

Cry BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora