CAPÍTULO 9: RECUERDOS

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Valeria Andrade.


Despierto sobre mi estómago con la habitación a completas oscuras. Las ganas de hacer chichi me hacen ir al baño donde descargo mi vejiga en tanto la garganta me arde de lo reseca que está. Mi reflejo en el espejo me baja la autoestima y por eso me baño y me cepillo los dientes retomando el nivel de belleza que me gusta al despertar.

Me seco con la toalla el cabello y me paro desnuda frente al espejo de cuerpo completo que está junto a mi bañera. Alguien una vez me enseñó que si me amo a mí misma y lo que soy; puedo manejar el mundo a mi antojo. Por eso practico esta terapia donde adoro cada parte de mi cuerpo y el volumen de cada cosa.

Deslizo las palmas por mis caderas anchas subiendo por mi abdomen plano esculpiendo cada parte de mi cuerpo. El cabello me cae sobre los hombros y lo aparto dándole paso a los pechos que se me endurecen con la imagen del hombre que mi mente crea y se posa detrás de mí. Los anillos son lo único que lo acompañan y la humedad que desprende mi sexo con la mirada llena de deseo que carga me hace bajar la mano al sur de mi cuerpo.

Puedo sentir su tacto en mi cintura al recordar nuestros momentos en la madrugada, siento su cálido aliento en mi nuca y el tirón en mi cabello que me arquea el cuello permitiendo que sus azules ojos conecten con mis negros que todavía no se creen que un ser como él pueda ser real.

Tiro de mi propio pezón recostando la cabeza hacia atrás mientras estimulo mi hinchado botón con las yemas de mis dedos. El estómago se me contrae y los labios me pican añorando probar los de ese estúpido pelinegro que me persigue en sueños. Deseo probarlo, besarlo y dejar que me use en la cama a su antojo dejando que crea que tiene el control cuando seré yo quien lo esté manejando a él. Si sigo así, voy a ceder más fácil de lo que creo.

Los hombres son tan idiotas creyendo que son ellos quienes dominan sin saber que, con solo chasquear los dedos, nosotras podemos destruirlos para siempre.

Mis inquietos dedos se adentran en mi canal a la vez que me obligo a no cerrar los ojos para no perder el exquisito estimulante que es imaginarlo a él. Gimo apretando uno de mis pechos sin parar las embestidas en mi intimidad, chorreo demasiado y él aprieta mi cuello mordiendo el lóbulo de mi oreja.

—Córrete... —demanda con voz ronca y mi cuerpo obedece desatando el éxtasis que me permito saborear.

No es un orgasmo, solo es el simple cosquilleo del clímax. El corazón me galopa fuerte y cuando me he tranquilizado, él ya no está detrás de mí.

Con el rostro carmesí y la respiración hecha un desastre vuelvo a bañarme y salgo a mi cuarto donde me pongo shorts de jean y una blusa de tiras sin necesidad de poner sostén. Iván no llega todavía a pesar de ser las diez de la mañana. Tomo agua en la cocina y antes de volver a mi cuarto me asomo al de Laura encontrándola acostada sobre su cama con el vestido de anoche puesto todavía mientras que a su lado está Noah apoyado sobre su costado sin camisa detallando con sus dedos el rostro de ella que sigue dormida.

La mirada que ese chico le dedica hasta a mí me sacude el pecho, demuestra tanto cariño que frustra saber que ella todavía no le corresponde como él desea. Su mirada se encuentra con la mía y termina tapándose la cara para que no lo vea reír y lo rojo que se pone al ser descubierto.

Niego devolviéndole la sonrisa y regreso a mi cuarto donde me pongo a hacer los trabajos que tengo de la universidad, no son para muy pronto, pero prefiero adelantar las cosas y usar el tiempo que me sobre.

Suspiro. No está siendo el cumpleaños de mi vida, en mi país despertaba con la música a todo volumen con mis papás golpeando tapas de ollas mientras me cantaban la canción de cumpleaños. La fiesta en la noche era un espectáculo y el guayabo en la mañana valía la pena. Adoro a mis amigos, pero también extraño mucho a mi familia, mi tierra y lo fácil que era encajar allá. Aquí todos te juzgan y es complicado sobrellevar a las personas con complejos de princesas y machos.

Más Allá de Todo  [+18] (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora